sábado, 31 de marzo de 2012

SERIES DE T V




Cinco años, cinco maridos.
Como todo lo bueno, pasó por accidente. Así, un buen día, me encontré simbólicamente casado con más de un maromo.


Quizá no sean los más guapos, pero son mis preferidos.
Conocerlos tuvo la excitación del gran descubrimiento. Los encontré para no parar de pensar en ellos y buscarlos en imágenes.


Los traje a este blog, proclamándolos míos y colocándome su apellido.


Chiste privado, sincera admiración, evidencia de mi ecléctico gusto por los caballeros, ¿quiénes son mis cinco maridos?


Hoy los revisito. Y los encuentro guapos como siempre, mejores que nunca, llenos de buenas noticias.


Mi primer hubbie se llama Christopher Meloni.
El flechazo por él fue culpa de "Oz", evidentemente.


En el melodrama carcelario de la HBO, Meloni era el súper sexy y peligroso Chris Keller, un homme fatale en toda regla.


Quien haya visto "Oz" sabe que los momentos entre Christopher y Lee Tergesen son pura electricidad.
No ha habido pareja homosexual que se haya besado mejor en la pantalla.


Christopher se acercaba a Lee y le recordaba aquello de: "Oz no te hizo una perra. Naciste así".


"Oz" no hizo maromo a Christopher, pero lo convirtió en ese hombre hiperdeseado, desplegando alopecia favorecedora, toque maduro y frecuentes ganas de descamisarse.


La intensidad define a Meloni; su mirada azul y fuerte, su pesada respiración, su insolencia. Es un robaescenas de toda la vida y lo sabe muy bien.


Durante doce años, hemos podido verlo en "Law & Order: Special Victims Unit", al lado de Mariska Hargitay.
Christopher era Elliot Stabler, ese detective al que no le negaría un buen cacheo.


El año pasado, Meloni abandonaba la serie y reinaba la desolación. Pero no hay mal que por HBO no venga.
Y mi Christopher no sólo vuelve a la gran cadena, sino que será en "True Blood". Oh, my. Todavía no me lo creo.


Además, Christopher Meloni aparecerá en 2013 en "Superman: Man Of Steel", revisitación del mito preparada por Zach Snyder.

¿Quién será Superman? Nada menos que mi segundo esposo: Henry Cavill.


Cavill es el más joven de mis maridos; de hecho, es el único más joven que yo. Y también Henry es el que más despierta unanimidad.
Porque, ¿a quién no le gusta Henry Cavill?


Es lindo hasta decir basta y ahora tiene el mundo a sus pies.


Como tú, lo conocí en "Los Tudor". Enseguida, el Duque de Suffolk se convirtió en la excusa para ver otro episodio más.


La cámara de "Los Tudor" lo adoraba y pudo demostrar cierto talento, protagonizando los pasajes más interesantes de la serie.


Por entonces, a Henry se le negaban muchos papeles codiciados, pero la suerte cambió el año pasado cuando se publicaba el notición.


Con el rol de Clark Kent entre sus manos, se le vio con una sonrisa triunfal en la premiere de "Immortals".


Al poco tiempo, se filtraban unas imágenes infartantes, donde se le veía scruffy y musculoso en pleno rodaje de "Superman: Man of Steel".


¿Queda duda de mis intenciones sobre ver esa película?


Esperemos que ser Clark Kent sólo signifique cosas buenas y fructíferas para el futuro de Cavill.


Larga es la carrera de Tim DeKay, mi tercer desposado.


Es el menos conocido; un actor casi de culto para los devoradores de las series de televisión.


Otra buena prueba de que me van los daddys, yo me enamoré de Tim en "Carnivàle", magna joya de la HBO.


En tan inclasificable serie, DeKay era Jonesy, el astro del béisbol devenido en lisiado obrero del circo itinerante.


Un personaje inolvidable y, sin duda, la serie donde sale más favorecido.
El momento en que se lava el cuerpazo en el barril es para morirse.


Tras las cancelaciones de "Carnivàle" y "Tell Me You Love Me", DeKay regresó al estatus de actor episódico hasta que llegó esa monada de "White Collar".


"White Collar" se hacía la luminosa respuesta a la carrera laboriosa de Tim y la oportunidad para obtener el reconocimiento que merece.


Conocer al encantador Tim DeKay significa amarlo.


Ben Cohen es mi cuarto marido y no creo que haya que dar muchas explicaciones a esta nupcial decisión.


Con Ben, no hay palabras. Sólo fotos, fotos y más fotos. Si es cierto que tengo un tipo de hombre, él lo resume a la perfección.


Hot, hairy, huge.
Entre ese cuerpo orgiástico y esa cara de buenazo, se resumen mis máximas aspiraciones maridables en la vida real.


De momento, sólo lo tengo en sus calendarios, la mejor manera de ir pasando las hojas de los meses.


Como todos mis chicos, Ben también ha crecido mucho en los últimos años.


El año pasado, contábamos su decisión de retirarse del rubgy, decidido a enfrascarse por completo en su lucha contra la homofobia y el acoso escolar.


Detrás, la tragedia personal como motivación. El padre de Ben Cohen murió defendiendo a una víctima de agresión.


Con el heroísmo como sublime obsesión, Ben es bueno y está bueno. Un modelo masculino en todos los sentidos.


El amor puede significar descubrir a quien ya estaba allí.


A Patrick Wilson ya lo había visto y deseado en "Little Children", pero fue su papel en "Angels In America" lo que lo convirtió instantáneamente en mi quinto hubbie.


Patrick es un sueño.
Se le reconoce como el más completo de todos mis maridos, el más elegante y polifacético, que lo mismo canta un himno que ofrece la más desazonadora interpretación.


La temporada televisiva parecía mejor cuando se anunciaba "A Gifted Man", primera serie que Wilson se animaba a protagonizar.


La cosa no convenció demasiado, pero él era razón suficiente para engancharse.


Es otro caballero adorado por la cámara y, como dijo cierto periodista, "es tan guapo, simpático y talentoso que dan ganas de odiarlo".


Mientras la renovación de "A Gifted Man" parece poco probable, Patrick no sufre y sigue luchando en terrenos cinematográficos.


Lo veremos próximamente en "Prometheus" y ahora se encuentra en el rodaje de "The Warren Files", título de terror fantasmal, donde Patrick protagoniza junto a Vera Farmiga.


Quiero más para mis maridos y sé que lo tendrán, porque son maravillosos.
Con ellos, el mundo es mejor. Palabra de Josito Montez Meloni Cavill DeKay Cohen Wilson.


¡Larga vida a mis hubbies!