Desde que Soffia Coppola, niña mimada de la prensa y del cine, se decidiera a hacer una película sobre Maria Antonieta, la reina frívola, Francia se puso de moda y decidió vivir una segunda revolución… En vez de “liberté, egalité et fraternité” los modistos cambiaron el lema por “Soffia, Kirsten y Maria Antoinette!” como demostración de amor a la reina frívola de Versalles que convirtió a Francia en la capital de la moda, y a la moda en el emblema de la nación y asunto político…
De ella se decía que poseía gracia, encanto, belleza y estilo y que, encandilaba a todos los presentes… Las joyas eran su obsesión y pronto satisfizo sus necesidades afectivas con sedas de Lyon, brocados de Versalles, diamantes y perlas y peinados desproporcionados con bellísimos decorados, maquillajes y perfumes distinguidos y opulentos… ¡la primera fashionista! La patisserie francesa la hacía perder, irónicamente, la cabeza y gozaba de la admiración de su marido aunque no de su amor que permitía todos sus caprichos…
La siempre divinísima Soffia se encaprichó de su predilecta, Kirsten Dunst, y, decidió convertirla en su reina decapitada y frívola… Miles de metro s de seda, gasas, brocados, terciopelos y cientos de diamantes, broches, anillos, collares y pulseras adornan los preciosos decorados del film… Si Francia es la capital de la moda, Maria Antonieta es el emblema de la moda… Bellísimos jardines, maravillosas fuentes, flores y lazos, hilo de palta, terciopelo brocado, broches antiguos y tacón coma, Manolos para la reina y corte balconette para su escote, recogidos bañados en talco que hacían tambalear las carrozas, el aire bucólico de la Arcadia de Maria Anttoinette… Su confesora era Ministra de la Moda que diseñaba para ella los vestidos más opulentos de la corte y, su meilleur amie su peluquero que, construía peinados de más de dos metros decorados con raso, joyas y terciopelo…
Las escenas se suceden ante los ojos del espectador y, con ellas retazos de la vida de una de las mujeres más fascinantes de la historia… Imágenes de pastisseries, zapatos, sedas y gasas, abanicos y joyas inundan y nublan la vista y todos divinos! Naturaleza abrumadora y perfecta, decorado asombroso y neoclásico y barroco… ¡Perfecto!
Los detalles de moda se suceden, primero viene la Maria Antonieta amante de los sombreritos: azul cielo, rosa encantador, tocados de flores… Ella es sencillamente divina con adornos florales en seda y con joyas encantadoramente excesivas… Sombreros casi Napoleónicos mezclados con el exceso de la opulencia. Cómicos y fashions!
Las plumas son los aliados de la Reina, bailes de máscaras, noches de juego, decorando complementos, sombreros y zapatos y gozando de bailes sinuosos y ritmos armónicos de los que la Reina disfrutaba en fiestas opulentas rodeada de cortesanos que danzaban a su son… La elegancia de la Reina era fastuosa!
Los abanicos eran otro de los objetos fetiche de la reina ya que, brocados, bordados, labrados, coloreados, decorados eran su accesorio más fiel y más fascinante. La Reina encerraba en ellos el secreto arte de la comunicación con sus doncellas y amantes y, les decora con piedras preciosas o con las más bellas telas…
Los guantes son uno de sus complementos favoritos, las escenas naturales más bellas van brocadas en sus guantes rojos que, la protegen del frío como la convierten en una fashionista vintage…
Las joyas son su predilección, desde luego, el collar que llevó a Francia a la ruina le luce la reina en todas las ocasiones… En el pelo, como anillo, como pendiente, en los zapatos, como collier de sus chiens o de sus bucólicas ovejas… ¡Siempre excesiva!
La reina siempre fue una mujer instruida que cultivaba las artes como las Gracias de Zeus… Siempre chic combinaba la belleza, el talento para la palabra y la música con el delicado arte de la moda o el buen gusto de los zapatos… ¡maestra del estilo y musa de la elegancia!
Las escenas íntimas se suceden en el film de Soffia: baños relajantes cal Cleopatra en el Nilo o escenas sensuales y lujosas en el dormitorio: durmiendo, conversando, en ropa interior o tapada solo con un abanico y unas sinuosas ligas azules… Cariñosa con sus hijos, adorada por su marido y amada por sus amantes en un mismo lecho…
Los tocados florales son sus predilectos, decoran su pelo y su cuerpo con la belleza de una rosa perfecta en color rosa maquillaje, a la joven de mejillas sonrosadas la decoran bellamente las más hermosas flores que realzan su belleza, su inmaculada belleza… Las flores decoran y estampan sus vestidos, colorean sus zapatos y tiñen sus mejillas y su rostro…
Una mujer volcada en su familia que satisfizo su amor con caprichos… Amante de sus hijos y dedicada a su familia, protectora de su descendencia aunque frívola en su carácter…
Bucólico chic es la esencia de su vida en la última etapa de esplendor… Pasea despreocupada por los jardines de Versalles como si fuera una damisela efímera y etérea y, disfruta de sus delicadas fuentes de agua jugando como una fille por los prados cuajados de lilas… Naturaleza idílica y pastoril que encandila a la reina frívola y, que hace que “pierda la cabeza” por sus perfectos y refinados animales…
Las relaciones con su marido se debaten entre la pasión que éste la tiene y, los caprichos que ella le exige… Los hijos de la pareja son amados por sus padres y odiados por el pueblo como sus progenitores aunque su madre siempre les protege y defiende…
Excesivas fiestas disfruta la reina en las que el juego, el carnaval, la coronación, los cumpleaños, las conquistas… son motivo de decreto de fiesta nacional. La reina se debate en devaneos banales y trascendentes para su pueblo y, mientras tanto, disfruta, como evasión de fiestas apocalípticas en las que la danza, la música, el juego, la mentira y la evasión se alían para crear las fiestas perfectas aunque, hay que decir que no todo era opulencia ya que, la reina debía recorrer grandes distancias para desplazarse a ellas en carruajes que, se la quedaban pequeños, debido al tamaño excesivo de sus peinados…
Aunque se la conoce por su faceta frívola, no hay que olvidar que una de las mujeres más exquisitas del planeta tuvo un trágico final y un recto principio ya que, como miembro de la familia real alemana, el rígido protocolo al que la Reina estaba sujeta la llevó a vivir, en sus comienzos, una vida marcada por la rectitud que, pronto desvió por sus caprichos franceses… Aún así, una mujer admirable
De ella se decía que poseía gracia, encanto, belleza y estilo y que, encandilaba a todos los presentes… Las joyas eran su obsesión y pronto satisfizo sus necesidades afectivas con sedas de Lyon, brocados de Versalles, diamantes y perlas y peinados desproporcionados con bellísimos decorados, maquillajes y perfumes distinguidos y opulentos… ¡la primera fashionista! La patisserie francesa la hacía perder, irónicamente, la cabeza y gozaba de la admiración de su marido aunque no de su amor que permitía todos sus caprichos…
La siempre divinísima Soffia se encaprichó de su predilecta, Kirsten Dunst, y, decidió convertirla en su reina decapitada y frívola… Miles de metro s de seda, gasas, brocados, terciopelos y cientos de diamantes, broches, anillos, collares y pulseras adornan los preciosos decorados del film… Si Francia es la capital de la moda, Maria Antonieta es el emblema de la moda… Bellísimos jardines, maravillosas fuentes, flores y lazos, hilo de palta, terciopelo brocado, broches antiguos y tacón coma, Manolos para la reina y corte balconette para su escote, recogidos bañados en talco que hacían tambalear las carrozas, el aire bucólico de la Arcadia de Maria Anttoinette… Su confesora era Ministra de la Moda que diseñaba para ella los vestidos más opulentos de la corte y, su meilleur amie su peluquero que, construía peinados de más de dos metros decorados con raso, joyas y terciopelo…
Las escenas se suceden ante los ojos del espectador y, con ellas retazos de la vida de una de las mujeres más fascinantes de la historia… Imágenes de pastisseries, zapatos, sedas y gasas, abanicos y joyas inundan y nublan la vista y todos divinos! Naturaleza abrumadora y perfecta, decorado asombroso y neoclásico y barroco… ¡Perfecto!
Los detalles de moda se suceden, primero viene la Maria Antonieta amante de los sombreritos: azul cielo, rosa encantador, tocados de flores… Ella es sencillamente divina con adornos florales en seda y con joyas encantadoramente excesivas… Sombreros casi Napoleónicos mezclados con el exceso de la opulencia. Cómicos y fashions!
Las plumas son los aliados de la Reina, bailes de máscaras, noches de juego, decorando complementos, sombreros y zapatos y gozando de bailes sinuosos y ritmos armónicos de los que la Reina disfrutaba en fiestas opulentas rodeada de cortesanos que danzaban a su son… La elegancia de la Reina era fastuosa!
Los abanicos eran otro de los objetos fetiche de la reina ya que, brocados, bordados, labrados, coloreados, decorados eran su accesorio más fiel y más fascinante. La Reina encerraba en ellos el secreto arte de la comunicación con sus doncellas y amantes y, les decora con piedras preciosas o con las más bellas telas…
Los guantes son uno de sus complementos favoritos, las escenas naturales más bellas van brocadas en sus guantes rojos que, la protegen del frío como la convierten en una fashionista vintage…
Las joyas son su predilección, desde luego, el collar que llevó a Francia a la ruina le luce la reina en todas las ocasiones… En el pelo, como anillo, como pendiente, en los zapatos, como collier de sus chiens o de sus bucólicas ovejas… ¡Siempre excesiva!
La reina siempre fue una mujer instruida que cultivaba las artes como las Gracias de Zeus… Siempre chic combinaba la belleza, el talento para la palabra y la música con el delicado arte de la moda o el buen gusto de los zapatos… ¡maestra del estilo y musa de la elegancia!
Las escenas íntimas se suceden en el film de Soffia: baños relajantes cal Cleopatra en el Nilo o escenas sensuales y lujosas en el dormitorio: durmiendo, conversando, en ropa interior o tapada solo con un abanico y unas sinuosas ligas azules… Cariñosa con sus hijos, adorada por su marido y amada por sus amantes en un mismo lecho…
Los tocados florales son sus predilectos, decoran su pelo y su cuerpo con la belleza de una rosa perfecta en color rosa maquillaje, a la joven de mejillas sonrosadas la decoran bellamente las más hermosas flores que realzan su belleza, su inmaculada belleza… Las flores decoran y estampan sus vestidos, colorean sus zapatos y tiñen sus mejillas y su rostro…
Una mujer volcada en su familia que satisfizo su amor con caprichos… Amante de sus hijos y dedicada a su familia, protectora de su descendencia aunque frívola en su carácter…
Bucólico chic es la esencia de su vida en la última etapa de esplendor… Pasea despreocupada por los jardines de Versalles como si fuera una damisela efímera y etérea y, disfruta de sus delicadas fuentes de agua jugando como una fille por los prados cuajados de lilas… Naturaleza idílica y pastoril que encandila a la reina frívola y, que hace que “pierda la cabeza” por sus perfectos y refinados animales…
Las relaciones con su marido se debaten entre la pasión que éste la tiene y, los caprichos que ella le exige… Los hijos de la pareja son amados por sus padres y odiados por el pueblo como sus progenitores aunque su madre siempre les protege y defiende…
Excesivas fiestas disfruta la reina en las que el juego, el carnaval, la coronación, los cumpleaños, las conquistas… son motivo de decreto de fiesta nacional. La reina se debate en devaneos banales y trascendentes para su pueblo y, mientras tanto, disfruta, como evasión de fiestas apocalípticas en las que la danza, la música, el juego, la mentira y la evasión se alían para crear las fiestas perfectas aunque, hay que decir que no todo era opulencia ya que, la reina debía recorrer grandes distancias para desplazarse a ellas en carruajes que, se la quedaban pequeños, debido al tamaño excesivo de sus peinados…
Aunque se la conoce por su faceta frívola, no hay que olvidar que una de las mujeres más exquisitas del planeta tuvo un trágico final y un recto principio ya que, como miembro de la familia real alemana, el rígido protocolo al que la Reina estaba sujeta la llevó a vivir, en sus comienzos, una vida marcada por la rectitud que, pronto desvió por sus caprichos franceses… Aún así, una mujer admirable
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