*Centro de Producción costó 600 millones de dólares, con 45 mil 200 metros cuadrados, 12 estudios de televisión y 50 de radio
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De hecho, a nivel de tecnología, los nicaragüenses no podemos «escupir en rueda». A lo sumo somos receptores de todo lo que se produce en el mundo, y a costos elevados por los impuestos de importación y a los pagos a esas empresas que se dicen «representantes». Pero si de algo nos dimos el gusto (o como usted lo vea) con las «desveladas» que dejó el Mundial de fútbol, es que fuimos parte de toda una revolución tecnológica encabezada por Japón, Corea y resto de países europeos, que se encargaron de que, cada segundo que se jugara en el mundial, fuese transmitido con la mejor calidad hasta su casa.
Un excelente estudio realizado en la víspera del mundial por el master colombiano, William Zambrano Ayala, especialista en asuntos de Comunicación de la Universidad Javeriana de ese país (publicado en el último número de la Revista española Chasqui), basta para conocer todo el despliegue tecnológico que sirvió para ver el mundial. Un despliegue que traspasó las fronteras de la competición deportiva y se trasladó al orgullo de los asiáticos, deseosos de demostrarle al mundo de lo que son capaces cuando de adelantos tecnológicos se trata.
Iniciemos por los periodistas que cubrieron el evento. Según este especialista, días antes del Mundial se habían acreditado ante el Comité Organizador, 10 mil periodistas de todo el mundo (un promedio de 312 reporteros por cada selección), con todo a mano y con una red tecnológica que les permitiría estar presentes en videoconferencias con personajes que se encuentre en el otro extremo del mundo, o con un jugador que estuviera en cualquiera de las 20 sedes donde se realizó el mundial.
A los medios se les permitió usar teléfonos vía Internet con sus computadoras y así hacer comunicaciones simultáneas de voz, datos, fax y correo electrónico; y acceder a dicha red desde una computadora portátil mientras se movían por el Centro Internacional de Medios o en los estadios, mediante acceso remoto inalámbrico con la red. En suma, la tecnología vista en el mundial fue una convergencia entre la electrónica, la informática y las telecomunicaciones.
A los periodistas, dice el estudio de Zambrano, se les permitió contar con un mundo de información almacenada en las oficinas gubernamentales y de prensa, en los estadios, en los hospitales, en las compañías de seguros, en las tiendas, en los bancos y en otros lugares.
ENORME COMPLEJO DE PRODUCCION
Para el mundial, construyeron un enorme y moderno complejo Centro de Producción, que les costó 600 millones de dólares. Su arquitectura es envidiable, dice el estudio, con 45 mil 200 metros cuadrados, dentro de los cuales hicieron 12 estudios de televisión y 50 de radio; 15 salas de grabación, 17 salas de controles y sus áreas de servicios correspondientes.
Construyeron también la llamada Red Nacional de Télex, digital todo, con 80 mil nuevas líneas. En cada uno de los 20 estadios (de Corea y Japón) se instalaron centros especiales con salas de prensa y cabinas de transmisión. Cada uno de estos centros tenía capacidad para 5 mil o 10 mil pupitres (para reporteros acreditados) con su respectiva computadora portátil satelital.
Los periodistas se conectaron a áreas locales o áreas de PC mediante bases de datos para pedir información a la FIFA, a cada Federación de fútbol, a bibliotecas, videotecas y para tener acceso a Internet, multimedia, televisión por demanda y correo electrónico con mayor celeridad, fidelidad y seguridad de funcionamiento y transmisión. Todo lo concerniente a vídeo y audio fue por medio de fibra óptica (rayo láser que transmite imágenes, datos y voces) para garantizar una comunicación pura y rápida, dice Zambrano. Esta fibra (hay de dos tipos, monomodo y multimodo) estaba ubicada (o está) de forma submarina, subterránea y aéreamente.
Ambos países crearon circuitos cerrados de TV en los estadios, campos de entrenamientos y hoteles de los equipos. En dicho circuito instalaron cámaras, micrófonos y teclados o controles que estaban disponibles en el master de cada medio, para pedir con mayor rapidez, artículos, videoconferencias y programas en vivo, con la participación de jugadores, cuerpo técnico y directivos desde sus sedes de concentración y salas de prensa. Y cuando se pedía alguna información, ésta era enviada al instante por medio de una fibra óptica correspondiente a 102 canales de televisión y 180 mil líneas telefónicas, en tiempo corto y a costos bajos para las empresas de comunicaciones mundiales como AT&T y MCI en América y en Europa PIRELLI, que fueron quienes prestaron este servicio.
Otro servicio que hubo disponible para las empresas de TV, fue la señal de 300 canales de alta definición para ver todos los partidos, programas, reseñas de juegos, eventos especiales y acceso a juegos interactivos; así como a 600 canales de audio digital para oír espacios deportivos de cualquier país sin comerciales y tener acceso a una audioteca con las voces de la mayoría de jugadores que han hecho historia en los mundiales de fútbol y de los que participaron en este mundial.
LA CONSTELACION SATELITAL
Con esto del mundial, se desató toda una constelación de satélites geoestacionarios, bueno para transmitir a 400 estaciones de TV que abarcarían con sus transmisiones los cinco continentes de esta «aldea global».
Las emisoras y canales de televisión en el mundial, según el estudio de Zambrana, y gracias al satélite, usaron un sistema de manejo de audio y video que unió a los organizadores del mundial con el resto del mundo.
Y por ejemplo, los juegos que vimos por el Canal 10 (o por DirecTV, comercial aparte), fueron gracias a una red satelital compuesta por estaciones terrenas conectadas entre sí por medio de satélites colocados en una órbita terrestre; estos satélites retransmitían las señales por medio de microondas, a través de la atmósfera.
Vale contar que el equipo instalado dentro del satélite, recibía las señales (de los juegos) enviadas desde la estación terrestre, las amplificaba y las retransmitía a otra estación ubicada en la tierra, que las distribuía por medio de cables coaxiales, guías de onda, fibra óptica y sistemas de repetición de microondas.
Al final (para no aburrirles), esas ondas nos llegaban en la madrugada a nosotros (a los televisores pues), y así fue que nos dimos cuenta de cómo Brasil labró su camino para llegar a su Pentacampeonato, y de cómo Corea y Turquía dieron sus respectivas sorpresas.
A decir verdad, este trabajo hecho a partir del estudio que hizo el especialista colombiano William Zambrano, es apenas una ínfima parte de todo lo que hizo posible ver el mundial, en lo relativo a tecnología; lo cual no se limitó sólo al uso de la internet, sino a todo lo concerniente a periódicos, televisión y radio.
Pero, como dice el especialista Zambrano, si bien, en América Latina ni soñamos con montar esa gigantesca y moderna red de telecomunicaciones, de informática y televisiva para transmitir 64 juegos de fútbol, lo que nos queda es la forma cómo pensamos, sentimos y tomamos el fútbol, un deporte que une a las mayorías, en cualquier rincón del planeta.
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