Amiga tu eres más que una imagen. Debes ser una triunfadora, que camine por la vida con paso firme, sin titubeo, debes encontrar la armonía, entre tu mente y tu cuerpo, la belleza mas grande, es la belleza del alma.
(NIZA)
corporal y afectación de las proteínas estructurales. Otro déficit nutricional frecuente es el déficit de zinc.
GASTROINTESTINALES:
• Alteraciones dentales, hipertrofia paratiroidea, erosiones esofágicas, retraso del vaciamiento gástrico, dilatación del intestino delgado y alteraciones del colon por abuso de laxantes. Daño hepático por desnutrición.
CARDIOVASCULARES:
• Disminución de la (bradicardia) y de la tensión arterial (hipotensión).
• Arritmias cardiacas por alteraciones hidroelectrolíticas.
ÓSEAS:
• Osteopenia y osteoporosis ( falta de calcio en los huesos) por el déficit de ingesta de calcio, proteínas e hipoestrogenismo (déficit de hormonas sexuales femeninas).
HEMATOLÓGICAS:
Pancitopenia (déficit de células sanguíneas) y alteraciones del sistema inmune (encargado de las defensas de nuestro organismo frente a las infecciones).
Manifestaciones conductuales
• Dieta restrictiva y/o presencia de atracones.
• Conductas de purga (vómitos, laxantes y diuréticos).
• Alteraciones en la forma de comer y rechazo de tipos de alimentos.
• Conductas obsesivas y realización de rituales.
• Conductas impulsivas (mienten, ocultan) y autolesiones.
• Aislamiento social y familiar.
Manifestaciones psicológicas
• Excesiva preocupación ante la posibilidad de engordar.
• Constantes pensamientos erróneos sobre la comida, peso y figura.
• Sobreestimación de su peso y dimensiones.
• Empobrecimiento de la fantasía y la creatividad.
• Confusión con las sensaciones de saciedad/plenitud.
• Dificultades de concentración y fallo de memoria.
• Pensamientos incorrectos de generalización, dicotomía, etc.
Pensamientos erróneos más frecuentes:
• Polarización: “ si no estoy muy delgada estaré muy gorda”.
• Abstracción selectiva: “ si me dicen que estoy más guapa porque he aumentado de peso, es que estoy gorda”.
• Atribución de pensamiento: “ si la gente me mira es porque piensa que estoy gorda”.
• Personalización: “después de comer pienso que todos me miran y ven que he engordado”.
• Sobregeneralización: “todas las grasas engordan”, “como me lo pasé mal en la fiesta, siempre me lo pasaré mal en todas las fiestas”.
• Catastrofismo: “no he mantenido la dieta, no hago nada bien”.
• Pensamiento mágico: “delgadez es igual a felicidad y éxito”.
Manifestaciones emocionales
• Cambios en el carácter.
• Características depresivas: inestabilidad emocional (llanto, insomnio), ideas suicidas.
• Ansiedad: raramente está relajada o cómoda.
• Puede aparecer fobia generalizada o fobia social.
Este tipo de problemas no desaparecen espontáneamente, es siempre necesaria la intervención profesional. En el tratamiento hay dos especialistas que deben participar para conseguir que el resultado sea adecuado: el endocrino y el psicólogo. En algunos casos se hará necesaria la colaboración de otros: psiquiatras, médicos de familia o pediatras, ginecólogos.
El pronóstico de recuperación empeora con el paso del tiempo, siendo más efectiva la terapia cuanto menos haya evolucionado el problema.
GASTROINTESTINALES:
• Alteraciones dentales, hipertrofia paratiroidea, erosiones esofágicas, retraso del vaciamiento gástrico, dilatación del intestino delgado y alteraciones del colon por abuso de laxantes. Daño hepático por desnutrición.
CARDIOVASCULARES:
• Disminución de la (bradicardia) y de la tensión arterial (hipotensión).
• Arritmias cardiacas por alteraciones hidroelectrolíticas.
ÓSEAS:
• Osteopenia y osteoporosis ( falta de calcio en los huesos) por el déficit de ingesta de calcio, proteínas e hipoestrogenismo (déficit de hormonas sexuales femeninas).
HEMATOLÓGICAS:
Pancitopenia (déficit de células sanguíneas) y alteraciones del sistema inmune (encargado de las defensas de nuestro organismo frente a las infecciones).
Manifestaciones conductuales
• Dieta restrictiva y/o presencia de atracones.
• Conductas de purga (vómitos, laxantes y diuréticos).
• Alteraciones en la forma de comer y rechazo de tipos de alimentos.
• Conductas obsesivas y realización de rituales.
• Conductas impulsivas (mienten, ocultan) y autolesiones.
• Aislamiento social y familiar.
Manifestaciones psicológicas
• Excesiva preocupación ante la posibilidad de engordar.
• Constantes pensamientos erróneos sobre la comida, peso y figura.
• Sobreestimación de su peso y dimensiones.
• Empobrecimiento de la fantasía y la creatividad.
• Confusión con las sensaciones de saciedad/plenitud.
• Dificultades de concentración y fallo de memoria.
• Pensamientos incorrectos de generalización, dicotomía, etc.
Pensamientos erróneos más frecuentes:
• Polarización: “ si no estoy muy delgada estaré muy gorda”.
• Abstracción selectiva: “ si me dicen que estoy más guapa porque he aumentado de peso, es que estoy gorda”.
• Atribución de pensamiento: “ si la gente me mira es porque piensa que estoy gorda”.
• Personalización: “después de comer pienso que todos me miran y ven que he engordado”.
• Sobregeneralización: “todas las grasas engordan”, “como me lo pasé mal en la fiesta, siempre me lo pasaré mal en todas las fiestas”.
• Catastrofismo: “no he mantenido la dieta, no hago nada bien”.
• Pensamiento mágico: “delgadez es igual a felicidad y éxito”.
Manifestaciones emocionales
• Cambios en el carácter.
• Características depresivas: inestabilidad emocional (llanto, insomnio), ideas suicidas.
• Ansiedad: raramente está relajada o cómoda.
• Puede aparecer fobia generalizada o fobia social.
Este tipo de problemas no desaparecen espontáneamente, es siempre necesaria la intervención profesional. En el tratamiento hay dos especialistas que deben participar para conseguir que el resultado sea adecuado: el endocrino y el psicólogo. En algunos casos se hará necesaria la colaboración de otros: psiquiatras, médicos de familia o pediatras, ginecólogos.
El pronóstico de recuperación empeora con el paso del tiempo, siendo más efectiva la terapia cuanto menos haya evolucionado el problema.
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