miércoles, 3 de marzo de 2010

PlAYAS DE LIMA

Al norte de Lima existen varias playas agradables. Una de ellas es La Isla: en el km 190 de la Panamericana Norte a la altura de la localidad de Puerto Supe, donde se vira en dirección al mar hasta llegar a una extensa y solitaria orilla. Algunos la llaman El Faraón, pues a pocos metros mar adentro se divisa una isla que recuerda a las pirámides de Egipto. Los veraneantes acostumbran recorrer a nado los 35 metros que separan a la playa de la isla, ya que detrás de esta se ha formado una especie de laguna, donde uno se puede bañar lejos de las miradas inoportunas. Para disfrutar de la gastronomía de la región hay que ir a Supe-Pueblo, ahí no mas: cebiches, jaleas, parihuelas y los clásicos tamales de maíz y pollo, son excelentes.

El Paraíso

En el departamento de Lima, la península y playas de El Paraíso (El Palmero, Tilca Tocoy y otras) cumplen con todos los requisitos para hacerle honor a su nombre: numerosas playas sin presencia humana, un mar tranquilo y siempre limpio, buena pesca y sol intenso durante el verano. Durante esa temporada son concurridas por veraneantes en busca de paz y un escenario natural de gran belleza. Muy cerca, al norte se encuentra la laguna Playa Chica, lugar de refugio de una abundante fauna silvestre. Suelen ser ventosas por las tardes. Se encuentran ubicadas entre Las Salinas de Huacho y la ciudad del mismo nombre, para acceder a ellas es necesario tomar un desvío en el km 135 de la Panamericana Norte. Son aptas para todo tipo de vehículos.

Ancón

Situada en el km 38, este balneario tiene limeño un ondulante malecón frente al cual se alternan viejas casonas de madera con modernos edificios. Ancón ofrece a sus visitantes un interesante museo de sitio, la vieja estación del tren y la oportunidad de disfrutar en tradicional cebiche de pejerrey en su muelle. Los que deseen playas mas solitarias pueden ir a San Francisco Chico (a pie), San Francisco Grande (en bote alquilado en el muelle) o al vecino balneario de Santa Rosa (en automóvil).

El Silencio

Entre la zona de mayor concentración de playas del sur de Lima, destaca El Silencio, a media hora de la capital. Luego de pasar por la Huaca Pachacamac y la isla de la Ballena (que tiene la forma de este cetáceo), se sigue un sendero de tierra que conduce a esta playa en forma de "U". Es una de las más visitadas debido a sus aguas claras con olas que no llegan a reventar, arena convenientemente gruesa (no se pega a la piel); además cuenta con un amplio espacio para estacionar y numerosos restaurantes. En la playa no hay casas, pero sí sobre el barranco que la rodea.

Punta Rocas

También ubicado en Lima, es el lugar más conocido por los surfistas. Pequeña punta de rocas con una playa de arena donde se realizan campeonatos nacionales e internacionales de tabla y conciertos de rock. Sin duda también encontrará algunos restaurantes y cebicherías.

Punta Hermosa y Punta Negra

Estos bellos balnearios limeños son muy parecidos en lo arquitectónico, pero con algunas variantes topográficas: Punta Hermosa tiene tres playas y una pequeña isla al frente; Punta Negra es una playa abierta donde hay que bañarse con cierta prudencia. Ambas cuentan con buena cantidad de hostales y restaurantes y ofrecen la posibilidad de practicar todo tipo de deportes náuticos.

San Bartolo

Es el balneario más grande de la zona sur cercana a Lima. San Bartolo es casi una pequeña ciudad cuya playa se caracteriza por su suelo marino rocoso. Aquí se encuentra situada Punta El Peñascal, playa de peñas, con olas grandes muy adecuadas para la tabla hawaiana.

Ventosa

También en este tradicional balneario rodeado por malecones encontramos un lugar llamado El Huayco, ideal para correr olas, el cual es concurrido todo el año.

Santa María

Santa María es el más lujoso balneario del sur de Lima, con edificios que desafían los acantilados y playas de poco espacio y arena, dentro de este balneario, se encuentra la playa Embajadores, una playa bonita y pequeña en forma de media luna, con una ceja de arena que a veces el mar se traga. Mar muy tranquilo y orilla plana. Excelente para nadar, es apto para todos.

Pucusana

Pucusana, balneario y caleta de pescadores, impresiona con su túnel de 50 metros, abierto en roca viva, por cuyo canal al que llaman "Boquerón del Diablo" corren rugientes olas. Pucusana es un pueblo de pescadores muy activo. Muchas embarcaciones menores se hacen lugar apretadamente en su mar laguna, que apenas suspira una diminuta olita en la orilla de arena dura y oscura. En Pucusana hay mucho para ver, por un lado su embarcadero siempre activo y lleno de pelícanos mendicantes, más allá una caletita escondida conocida como Las Ningas, y el fabuloso boquerón que ha formado la terquedad de las olas en el alto cerro, un accidente cuyas dimensiones no se repiten en toda la costa. A través de Pucusana se puede acceder a la playa Naplo, llena de casas muy finas y un mar hermosamente benigno. Así también, dentro de Pucusana podemos acceder al único balneario peruano al que sólo se puede llegar por agua, Islas Galápagos. Este se trata de una isla alta y grande donde se han levantado lujosas residencias. Cuenta con una pequeña playa y con un mar laguna.

Bujama y Chocaya

Frente al pueblo de Mala (km 100), en el departamento de Lima, conocido por sus chicharrones y tamales, hay dos playas para refrescarse: Bujama, la playa es de arena, plana y con conchitas trituradas hacia el final. Aquí se levantan casas grandes y bonitas. El mar es tranquilo y la orilla casi sin inclinación. Existe una urbanización no muy lejos de esta playa, en la bella Caleta Bujama. La playa vecina es Chocaya, playa recta de arena, ventosa y con mar bravo. Es una playa despoblada al principio (algunos campistas en todo caso), y que hacia el sur tiene una gran cantidad de balnearios.

Chepeconde

Un poco más al sur, en el km 119,5 se encuentra la hechizante Chepeconde, con peñas que se internan en sus aguas y misteriosas cuevas comunicadas entre sí. Esta playa fue conocida en antaño bajo el nombre de La Barca, fue descubierta por los aficionados al campismo hace unas dos décadas. Desde entonces, su popularidad ha ido en aumento hasta convertirse en uno de los lugares de camping más visitados durante el verano. La playa es de arena muy fina, aguas tranquilas y limpias. Unos peñones la dividen en tres partes, siendo la del extremo norte la más concurrida. Se accede a esta playa tomando un desvío, justo en el km 120 de la Panamericana Sur. Es apta para todo tipo de vehículos.

Cerro Azul

Ubicada a 131 km al sur de Lima, mediante la carretera Panamericana Sur, Cerro Azul fue un prospero puerto hasta el primero de mayo de 1971, cuando el barco griego Chrysovalndov utilizó por ultima vez sus instalaciones. Queda como testigo mudo de esos tiempos un viejo muelle por el que ahora solo transitan pescadores y surfistas. En esta playa es fácil encontrar hoteles y restaurantes a discreción. Resguardando el balneario está el cerro Centinela, que llega hasta el océano como un segundo muelle. En sus laderas son visibles las construcciones pre-hispánicas que, según el cronista Cieza de León, eran de color verde claro, pero que, vistas desde el mar, adquirían un color azul, origen del nombre del pueblo. Este balneario es muy conocido por sus temporadas de camping entre la arena y el sol.

Playas de Ica

San Pedro

Es obligatorio parar en la ciudad de Chincha (km 202 de la Panamericana Sur) para abordar un colectivo que se dirija al poblado de Lurinchincha. Desde allí hay que caminar 10 minutos hasta la playa San Pedro, ubicado en el departamento de Ica, donde el mar aparece entre los cultivos de algodón. Numerosas huacas dominan el paisaje y contrastan con el verdor de las chacras (o sembríos). Paralelo al océano se estiran lenguas de agua dulce, donde abundan los juncos y las garzas blancas. La arena es limpia y las olas lo suficientemente grandes para no aburrirse.

Paracas: La Mina, La Catedral y Mendieta

Paracas posee sin duda, la porción de costa mas espectacular del litoral peruano. Con un escenario incomparable donde el salitroso desierto se entrega a un mar azul a través de bellas playas en herradura, acantilados gigantescos y peñones labrados por la fuerza de las olas, esta Reserva Nacional de 335.000 hectáreas es uno de los destinos playeros más recomendables del país. Actividades como el buceo, la pesca, el windsurf, la tabla hawaiana y la fotografía encuentran en Paracas y sus islas -como las concurridas Ballestas (1-3 horas, dependiendo de la embarcación) - el lugar de su plenitud. Es también el hogar de enormes bandadas de aves guaneras, colonias de lobos marinos, santuario de aves migratorias y refugio de especies tan raras como el pingüino de Humboldt y el gato marino. Lo recomendable es movilizarse mas allá del cuello de la península, pues en dicha zona quedan autenticas playas de fábula. A 7 km de Paracas, una pequeña lengua de mar forma la playa La Mina. El agua es limpia de color esmeralda y desde sus inmediaciones existe un mirador desde el cual se puede observar lobos marinos retozando en diminutos islotes.
Un poco mas lejos a 14 km de paracas otro sendero de tierra pasa por la parte alta de la playa La catedral, así llamada por la forma que le ha dado el caprichoso asedio del océano en los arrecifes de la costa. Es fácil bajar a pie y darse un baño en sus aguas tranquilas antes de ingresar a esa cúpula natural que cuando sube la marea es golpeada por fuertes latigazos salobres. Del mismo modo, vale la pena desplazarse hasta la playa Mendieta, a 25 km de Paracas, ubicada frente a la isla Zarate, en pleno corazón del desierto. Se accede a la reserva y sus playas tomando la carretera asfaltada que parte de Pisco (a la altura del km 24 de la Panamericana Sur). Una vez traspuesto el control, el camino se vuelve afirmado.
En el cercano balneario de Paracas y la playa El Chaco es posible encontrar hoteles, restaurantes y alquiler de botes. Aptas ara todo tipo de vehículos.

Puerto Caballas

El primer paso es dirigirse a Palpa, 398 km al sur de Lima, para luego transitar dos horas por el camino arenado que, corriendo paralelo al río Grande, se orienta hacia el océano. Se recomienda ir con movilidad propia. En Punta Caballas, Ica, no hay agua dulce, menos hoteles, y apenas si se consigue pan y gaseosa. Se puede acampar o refugiarse en las casas deshabitadas (rezagos de un antiguo balneario). Su fuerte esta en las moldeadas olas que demoran en reventar pues tiene el viento en contra. Una delicia para los surfistas. La presencia de algunos pescadores permite aprovisionarse de pejerrey, lenguado y machas.

Playas de Arequipa

Jiuay

En el departamento de Arequipa existe una playa sin defectos, arena blanca, mar azul y desnuda de casas que se aprecia perfectamente desde el km 594 de la Panamericana Sur. En la parte alta hay una increíble cantidad de andenes abandonados y la ciudadela preincaica de Ayparipa.
Al norte de Jiuay se encuentra Champeque con una playita de pintura, bastantes silos donde antiguamente se almacenaba alimento y una isla (Santa Rosa) repleta de lobos que casi roza la orilla.

Mollendo

El balneario tradicional de la cálida gente arequipeña solía ser Mollendo, pintoresca urbe de hermosas callejuelas y alargadas playas. Pero si se quiere conocer caletas menos conocidas, no dude en alquilar un bote en el vecino puerto de Matarani, para dirigirse a los acantilados que lo separan de Quilca. Esta costa todavía virgen, domadora de soledades y nostalgias, alberga playas como Huayquiray, Arantas, San José, La Huata, Honorato y Punta Hornillos.

Mejía

De Mollendo parte una carretera costanera que se prolonga hasta Moquegua y Tacna, no sin antes, aún en territorio arequipeño, pasar por Mejía, una playa muy atractiva no solo porque el pequeño pueblo ha sabido mantener sus viejas casas de madera de principios de siglo, sino porque esta ubicado en medio de un paisaje excepcional por su vegetación y celebres lagunas, frecuentadas por un incalculable número de aves migratorias.

Playas de Tacna

La Boca del Río

En Tacna, el único balneario con facilidades para el turista es La Boca del Río. No obstante, recorriendo la costanera que viene desde Ilo, uno puede cruzar elevados arrecifes que luego se convierten en playas tranquilas, como Las Gaviotas, con piedras en la orilla al igual que todas las de esa zona. Piedra y agua acariciándose todo el día hasta que el cielo comienza a desangrarse en sus ponientes.

Surf

Aunque pocos lo saben, es en el Antiguo Perú y no en la Polinesia ni en las islas del Pacífico Sur donde se han encontrado las primeras evidencias de hombres cabalgando sobre las olas con ayuda de aditamentos artificiales, como lo atestiguan los textiles y ceramios de varias culturas prehispánicas. Dicha práctica, con más de 2.000 años de antigüedad en el Perú, continúa siendo empleada por los pescadores de las caletas norteñas de Huanchaco, Santa Rosa y Pimentel, en los departamentos de La Libertad y Lambayeque, quienes ingresan al mar sobre balsas de fibras vegetales de totora en procura de la pesca diaria.
Las olas peruanas son hoy ampliamente conocidas alrededor del mundo y algunas de sus mejores reventazones -como la de Punta Rocas, al sur de Lima, o Cabo Blanco, al norte- forman parte del tour mundial de este deporte.

El Perú cuenta con playas ideales para satisfacer a los surfistas más exigentes durante todo el año: la costa central cuenta con oleaje permanente durante el invierno (abril a septiembre), mientras que la costa norte presenta sus ya famosas "crecidas" entre los meses de octubre y marzo. De otro lado, al existir unos 12.000 surfistas en el país - frente a los 700.000 que pueblan las playas brasileñas, por ejemplo-, en el Perú siempre encontrará una playa poco concurrida y una ola perfecta para disfrutar. Sólo tiene que escoger el point de su preferencia.
Desde interminables points breaks, perfectos beach breaks, inmensas olas de hasta 25 pies y poderosas playas de arrecife el Perú lo tiene todo. Deja que los guías (experimentados surfistas locales) te lleven en un viaje de ensueño por la hermosa y desolada costa llena de historia, cultura y antiquísimas ruinas. Así mismo, las agencias cuentan con un reporte profesional de las condiciones futuras del oleaje para estar en el lugar indicado en el momento preciso.

Algunas de las principales rompientes son:

  • El norte del Perú : Cabo Blanco, órganos, Chicama, Pacasmayo, Bayovar, etc.
  • El centro del Perú : Pico Alto, Punta Rocas, Herradura, Punta Hermosa, etc.
  • El sur del Perú : Arequipa, Moquegua y Tacna.

Tips:

Accesibilidad: Varias de las playas de la costa peruana carecen de servicios para el visitante, lo que es para muchos, el motivo de su encanto. Por eso, cuando viaje hacia una playa que no conoce lleve siempre agua y alimentos en cantidad suficiente. No olvides el protector solar y alguna casaca ligera para el viento de las tardes, así como una bolsa plástica para llevar de vuelta los desechos.

Tránsito: En caso de transitar por caminos afirmados o de arena, evita aventurarte en ellos a menos que esté acompañado y cuente con la experiencia del caso. Si vas a circular por arena, desinfla algo tus neumáticos para evitar frecuentes atascos.

Servicios: Para los que gustan de las comodidades urbanas, muchas playas -especialmente las ubicadas en las cercanías de las ciudades grandes- cuentan con restaurantes y establecimientos de hospedaje que funcionan generalmente entre diciembre y marzo. Tales lugares se llenan durante los feriados nacionales, por lo que en esas fechas es necesario hacer reservas con anterioridad.

Rayas: En ciertas playas, como las de la bahía de Paracas y algunas del norte, existe el riesgo de ser "picado" por una raya o pastelillo. En tales casos se recomienda ingresar al mar arrastrando los pies, con lo que se las ahuyenta, o utilizar zapatillas de goma cerradas. Si a pesar de esto o por descuido, se es aguijoneado por una raya, lo recomendable es lavarse con abundante agua y jabón y luego vendarse. Aunque las consecuencias varían según la persona o el tamaño del animal, la solución local suele ser efectiva: poner el pie inmediatamente en arena caliente o succionar el veneno.

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