.Cada tumor -- y cada paciente-- es diferente. Por esa razón los tratamientos tienden a ser cada vez más personalizados.
¿Qué es el cáncer?
El proceso se inicia cuando células de alguna parte del organismo empiezan a crecer de forma descontrolada. Hay más de 100 tipos de cáncer, pero todos comienzan con ese crecimiento celular anómalo y descontrolado.
¿Cómo se convierte en cancerosa una célula normal?
Las células normales crecen, se dividen y mueren, en un proceso ordenado. Las de un niño se dividen muy deprisa, para permitir su crecimiento. La mayoría de células de un adulto se dividen solo para reemplazar células deterioradas o que van a morir o para reparar daños. La diferencia de las células del cáncer es que no mueren: siguen creciendo y dividiéndose en nuevas células cancerosas. Otra diferencia es que pueden invadir tejidos diferentes a aquellos en las que se originaron (metástasis). Esas dos capacidades, la de crecer de forma descontrolada y la de invadir otros tejidos caracteriza a las .
¿Por qué se inicia el proceso cancerígeno?
Normalmente, cuando el ADN de una célula resulta dañado, la célula lo repara. Si no puede repararlo, la célula muere. En las células cancerosas ese proceso no ocurre, y la célula sigue reproduciéndose sin parar, dividiéndose en nuevas células con los mismos daños en el ADN. Podemos heredar daños en el ADN, pero casi siempre son consecuencia de factores del entorno, tanto conocidos--humo del tabaco, sustancias tóxicas, contaminación ambiental, virus, radiactividad—como desconocidos.
Tipos de cáncer
En la mayoría de casos, las células cancerosas forman un tumor. En otros, como la leucemia, afectan a la sangre y circulan por los tejidos en los que se desarrollan. A veces, estos cánceres pueden también formar masas de tejido tumoral. La metástasis se inicia cuando el cáncer pasa a la corriente sanguínea o al tejido linfático. Independientemente del lugar donde ésta se produce, el cáncer toma el nombre del lugar donde se originó. Así, un cáncer de mama que se ha extendido al hígado seguirá siendo siempre un cáncer de mama. No todos los tumores son cancerosos. Los tumores benignos se caracterizan porque no pueden invadir otros tejidos ni crear metástasis. Casi nunca suponen una amenaza para la vida.
Cánceres diferentes, tratamientos diferentes
Cada cáncer es diferente y cada persona responde de forma diferente al tratamiento, por eso la terapia oncológica debe ser individualizada. Afortunadamente, los métodos diagnósticos son cada vez mejores y permiten el tratamiento en estadíos iniciales del tumor, cuando las probabilidades de curación son más altas. Cirugía, radioterapia y quimioterapia son los pilares del tratamiento. La cirugía tiende a ser cada vez más conservadora. La radioterapia dispone hoy de aparatos de alta tecnología que le permiten ser cada vez más eficaz y específica. La quimioterapia ha evolucionado de forma espectacular en los últimos 10 años. A la carta de tratamientos se unen hoy los llamados “fármacos diana”, que actúan en las alteraciones específicas de la célula tumoral y las bloquean o anulan para impedir el comportamiento celular anómalo y, como consecuencia, el desarrollo del cáncer.
El pronóstico dependerá del estadío o fase en el que se encuentre el tumor, el tipo de células del mismo, el estado de salud del paciente y la eficacia demostrada por el tratamiento que se aplica.
¿Qué es el cáncer?
El proceso se inicia cuando células de alguna parte del organismo empiezan a crecer de forma descontrolada. Hay más de 100 tipos de cáncer, pero todos comienzan con ese crecimiento celular anómalo y descontrolado.
¿Cómo se convierte en cancerosa una célula normal?
Las células normales crecen, se dividen y mueren, en un proceso ordenado. Las de un niño se dividen muy deprisa, para permitir su crecimiento. La mayoría de células de un adulto se dividen solo para reemplazar células deterioradas o que van a morir o para reparar daños. La diferencia de las células del cáncer es que no mueren: siguen creciendo y dividiéndose en nuevas células cancerosas. Otra diferencia es que pueden invadir tejidos diferentes a aquellos en las que se originaron (metástasis). Esas dos capacidades, la de crecer de forma descontrolada y la de invadir otros tejidos caracteriza a las .
¿Por qué se inicia el proceso cancerígeno?
Normalmente, cuando el ADN de una célula resulta dañado, la célula lo repara. Si no puede repararlo, la célula muere. En las células cancerosas ese proceso no ocurre, y la célula sigue reproduciéndose sin parar, dividiéndose en nuevas células con los mismos daños en el ADN. Podemos heredar daños en el ADN, pero casi siempre son consecuencia de factores del entorno, tanto conocidos--humo del tabaco, sustancias tóxicas, contaminación ambiental, virus, radiactividad—como desconocidos.
Tipos de cáncer
En la mayoría de casos, las células cancerosas forman un tumor. En otros, como la leucemia, afectan a la sangre y circulan por los tejidos en los que se desarrollan. A veces, estos cánceres pueden también formar masas de tejido tumoral. La metástasis se inicia cuando el cáncer pasa a la corriente sanguínea o al tejido linfático. Independientemente del lugar donde ésta se produce, el cáncer toma el nombre del lugar donde se originó. Así, un cáncer de mama que se ha extendido al hígado seguirá siendo siempre un cáncer de mama. No todos los tumores son cancerosos. Los tumores benignos se caracterizan porque no pueden invadir otros tejidos ni crear metástasis. Casi nunca suponen una amenaza para la vida.
Cánceres diferentes, tratamientos diferentes
Cada cáncer es diferente y cada persona responde de forma diferente al tratamiento, por eso la terapia oncológica debe ser individualizada. Afortunadamente, los métodos diagnósticos son cada vez mejores y permiten el tratamiento en estadíos iniciales del tumor, cuando las probabilidades de curación son más altas. Cirugía, radioterapia y quimioterapia son los pilares del tratamiento. La cirugía tiende a ser cada vez más conservadora. La radioterapia dispone hoy de aparatos de alta tecnología que le permiten ser cada vez más eficaz y específica. La quimioterapia ha evolucionado de forma espectacular en los últimos 10 años. A la carta de tratamientos se unen hoy los llamados “fármacos diana”, que actúan en las alteraciones específicas de la célula tumoral y las bloquean o anulan para impedir el comportamiento celular anómalo y, como consecuencia, el desarrollo del cáncer.
El pronóstico dependerá del estadío o fase en el que se encuentre el tumor, el tipo de células del mismo, el estado de salud del paciente y la eficacia demostrada por el tratamiento que se aplica.
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