martes, 12 de enero de 2010

DONDE VAN LOS QUE MUEREN

Evidentemente que las personas que se dedican a pensar detenidamente sobre este tema llegarán eventualmente a la conclusión que debe de haber algo mas allá de lo que el ojo humano pueda ver. La experiencia muestra que hay un ser único totalmente abstracto asociado con cada individuo y ese manifiesta a través de la habilidad de pensar y razonar. Así que, el “verdadero usted” es esa persona inmaterial --esa personalidad-- que utiliza los impulsos eléctricos dentro de su cerebro y es una entidad clara del cuerpo mismo. Y porque este hecho es reconocido, la ciencia médica define generalmente la vida como un estado en la que se poseer actividad cerebral.

Esa fuerza misteriosa es la que llamamos “vida” es algo que el hombre no puede duplicar. Cada ser vivo--cada hoja del césped, cada insecto, cada animal-- la posee y solo podemos ver su duración y tomar nota de su inevitable partida. ¿Pero donde se origino y a hacia donde se dirige? Aparentemente se ve como que la vida engendra vida en un circulo que aparenta ser infinito y de pronto finaliza con lo que llamamos “muerte”. ¿Pero en esta breve existencia esto es todo lo que hay? La Biblia nos informa que hay muchas cosas más envueltas en el asunto que no son percibidas sólo por las observaciones científicas.

En el Libro de Génesis, encontramos la siguiente declaración acerca del origen del hombre:

“Entonces Jehová Dios formó al hombre del polvo de la tierra, y sopló en su nariz aliento de vida, y fue el hombre un ser viviente.” (Génesis 2:7 RV1960)

Luego en el Libro de Salmos, El Rey David tuvo que decir esto acerca del papel de Dios en su propia creación:

“Te alabaré; porque formidables, maravillosas son tus obras; Estoy maravillado, Y mi alma lo sabe muy bien. [15] No fue encubierto de ti mi cuerpo, Bien que en oculto fui formado, Y entretejido en lo más profundo de la tierra.” (Salmos 139:14-15 RV1960)

Así que la vida humana como sabemos comenzó con que Dios creo a Adán. En la cual la vida se esfuerza ella misma, fue dada y ha pasado a nosotros por una virtud como una cuerda irrompible de la procreación. A las plantas y a los animales se les dieron también la vida, pero no se les dotaron de las facultades humanas como son conocimiento propio y razonamiento. (Mientras que es verdad que algunos animales han demostrado tener una habilidad rudimentaria a razonar no esta ni lo mas cerca de aquella que un pequeño niño posee). Esta habilidad de pensar y comunicar pone a los humanos a parte y nos establece a cada uno de nosotros con una personalidad diferente. Entonces la teología va aun mas allá definiendo al hombre como un hombre dual, que consiste de cuerpo y alma/espíritu – material y espiritual. La diferencia entre el alma y el espíritu (términos usados frecuentemente intercambiablemente) es que esa “alma” se refiere a ambos aspectos materiales e inmateriales, mientras que el “espíritu” es estrictamente inmaterial-- no incluye el cuerpo.

Nuestros pensamientos, motivos, y acciones nos hacen lo que realmente somos. Y es a esto que la Biblia se refiere cuando habla del “corazón” -- nuestro ser interno, nuestra “alma” la esencia inmaterial de uno, que va a existir para siempre a la vista de Dios quien nos creo. Así que cuando El quita la vida, viene la “muerte” , el cuerpo para de funcionar y vuelve al polvo del cual fue tomado, pero de acuerdo a la Palabra de Dios nuestra inmortal alma / espíritu ¡vive donde va estar en la eternidad nuestro punto de discusión.

Como es el caso usual con las Escrituras, debemos tratar de unir las piezas para saber lo que realmente dice acerca de cualquier tema antes de llegar a una conclusión. En el Antiguo Testamento los muertos que partían se decían que habían ido al sheowl-- o "Sheol,"—El termino Hebreo para la tumba, o lugar de los muertos. El equivalente en Griego en El Nuevo Testamento es "Hades". (En la mayoría de los casos, la Versión del Rey Santiago traduce ambos términos como “infierno”) Pero la enseñanza definitiva concerniente al destino de aquellos que rechazan a Cristo como Señor y Salvador se encuentran en las propias Palabras del Señor en Lucas capitulo dieciséis:

[19] “Había un hombre rico, que se vestía de púrpura y de lino fino, y hacía cada día banquete con esplendidez. [20] Había también un mendigo llamado Lázaro, que estaba echado a la puerta de aquél, lleno de llagas, [21] y ansiaba saciarse de las migajas que caían de la mesa del rico; y aun los perros venían y le lamían las llagas. [22] Aconteció que murió el mendigo, y fue llevado por los ángeles al seno de Abraham; y murió también el rico, y fue sepultado. [23] Y en el Hades alzó sus ojos, estando en tormentos, y vio de lejos a Abraham, y a Lázaro en su seno. [24] Entonces él, dando voces, dijo: Padre Abraham, ten misericordia de mí, y envía a Lázaro para que moje la punta de su dedo en agua, y refresque mi lengua; porque estoy atormentado en esta llama. [25] Pero Abraham le dijo: Hijo, acuérdate que recibiste tus bienes en tu vida, y Lázaro también males; pero ahora éste es consolado aquí, y tú atormentado. [26] Además de todo esto, una gran sima está puesta entre nosotros y vosotros, de manera que los que quisieren pasar de aquí a vosotros, no pueden, ni de allá pasar acá. [27] Entonces le dijo: Te ruego, pues, padre, que le envíes a la casa de mi padre, [28] porque tengo cinco hermanos, para que les testifique, a fin de que no vengan ellos también a este lugar de tormento. [29] Y Abraham le dijo: A Moisés y a los profetas tienen; óiganlos. [30] Él entonces dijo: No, padre Abraham; pero si alguno fuere a ellos de entre los muertos, se arrepentirán. [31] Mas Abraham le dijo: Si no oyen a Moisés y a los profetas, tampoco se persuadirán aunque alguno se levantare de los muertos.” Lucas 16:19-31 (RV 1960 énfasis mío).

En el versículo 23 vemos que el hombre rico fue al “infierno” (Hades) --el lugar de los muertos. Y el contexto del verso sitúa a Lázaro muy cercano en la misma vecindad, porque ellos se podían ver. Sin embargo, sus circunstancias en ese instante eran completamente diferentes. El no nombrado hombre rico esta en “tormentos” (plural) y “en esta llama” (Vs. 24), mientras que de Lázaro se dice que estaba “en el seno de Abraham” y consolado (Vs. 25). Entre estos dos evidentes lugares distintos estaba un “gran abismo” o sima, que prohibía el paso a cualquiera que quisiera pasarse de un lado a otro. Y debido a esta enseñanza, varios teólogos han teorizado que durante la era del Antiguo Testamento (antes del sacrificio expiatorio de Cristo en la Cruz), este lugar de los muertos estaba comprendido de dos “lugares” un lugar de tormento y otro un Paraíso, el hogar de los redimidos. Recuerde que el Señor le dijo al ladrón en la cruz, “hoy estarás conmigo en el paraíso.” (Lucas 23:43) Luego cuando El Señor fue resucitado, El “llevó cautiva la cautividad, Y dio dones a los hombres.” (Efesios 4:8), llevando a muchos a creer que El vació el Paraíso donde se encontraban los creyentes elegidos para así trasladarlos al Cielo – La morada de Dios. Pero en cualquier caso, debe estar bien claro lo que El Señor ha dicho que todos los que mueren van a ir a uno de dos lugares distintos – “Cielo o Infierno” términos que han sido ya descritos.

Sin embargo, cuando decimos que un redimido esta “muerto” estamos usando una palabra inadecuada, nos damos cuenta de esto por lo que el Señor tuvo que decirles a los Saduceos en el siguiente pasaje:

[18] “Entonces vinieron a él los saduceos, que dicen que no hay resurrección, y le preguntaron, diciendo: [19] Maestro, Moisés nos escribió que si el hermano de alguno muriere y dejare esposa, pero no dejare hijos, que su hermano se case con ella, y levante descendencia a su hermano. [20] Hubo siete hermanos; el primero tomó esposa, y murió sin dejar descendencia. [21] Y el segundo se casó con ella, y murió, y tampoco dejó descendencia; y el tercero, de la misma manera. [22] Y así los siete, y no dejaron descendencia; y después de todos murió también la mujer. [23] En la resurrección, pues, cuando resuciten, ¿de cuál de ellos será ella mujer, ya que los siete la tuvieron por mujer? [24] Entonces respondiendo Jesús, les dijo: ¿No erráis por esto, porque ignoráis las Escrituras, y el poder de Dios? [25] Porque cuando resuciten de los muertos, ni se casarán ni se darán en casamiento, sino serán como los ángeles que están en los cielos. [26] Pero respecto a que los muertos resucitan, ¿no habéis leído en el libro de Moisés cómo le habló Dios en la zarza, diciendo: Yo soy el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob? [27] Dios no es Dios de muertos, sino Dios de vivos; así que vosotros mucho erráis.” Marcos 12:18-27 (RV 1960, énfasis mío)

Los Saduceos negaban cualquier posibilidad de una resurrección literal de los muertos y estaban tratando de tenderle una trampa al Señor utilizando una tonta situación “que pasaría si...” que implicaba lo que se llamaba "matrimonio leviratico"-- bajo la Ley Mosaica que requería de un hermano no casado casarse con la viuda de su hermano para que así perpetuarse la línea familiar. Así que después que 7 hermanos se casaron con la misma mujer, ellos querían saber de cual de ellos seria la esposa en la resurrección.

¡El Señor arruinó su día, indicando que la resurrección cambia todo! Los Santos en cuerpos glorificados no permanecerán con las mismas distinciones humanas y su estado (masculino, femenino, casado, soltero, etc.) de su vida anterior. Pero la frase que he subrayado arriba inmediatamente capta nuestra atención por sus ¡tremendas implicaciones! El Señor refutó la creencia de los Saduceos de que no había resurrección de los muertos, lo hizo citando a Exodo 3:6 en informándoles que cuando Dios le habló a Moisés desde la salsa ardiendo, El dijo YO SOY El Dios de Abraham, Isaac y Jacob-- ¡¡¡ noYo era” su Dios!!! En otras palabras, sus almas/espiritus estaban todavía en existencia y viviendo en la presencia de Dios. Vemos también esto demostrado en Mateo 17:3 cuando Moisés y Elías aparecieron en el monte de la transfiguración con el Señor y tuvieron una conversación con El mientras Pedro, Jacobo, y Juan los miraban maravillados. Sus cuerpos mortales tenían mucho tiempo en la tumba, pero ellos tenían la habilidad de materializarse en forma corporal.

En el Libro de Segunda de Corintios, el Apóstol Pablo hace algunos comentarios que nos dan una luz adicional en la transición entre esta vida y la por venir:

[1] “Porque sabemos que si nuestra morada terrestre, este tabernáculo, se deshiciere, tenemos de Dios un edificio, una casa no hecha de manos, eterna, en los cielos. [2] Y por esto también gemimos, deseando ser revestidos de aquella nuestra habitación celestial; [3] pues así seremos hallados vestidos, y no desnudos. [4] Porque asimismo los que estamos en este tabernáculo gemimos con angustia; porque no quisiéramos ser desnudados, sino revestidos, para que lo mortal sea absorbido por la vida. [5] Mas el que nos hizo para esto mismo es Dios, quien nos ha dado las arras del Espíritu. [6] Así que vivimos confiados siempre, y sabiendo que entre tanto que estamos en el cuerpo, estamos ausentes del Señor [7] (porque por fe andamos, no por vista); [8] pero confiamos, y más quisiéramos estar ausentes del cuerpo, y presentes al Señor.” 2 Corintios 5:1-8 (RV 1960, énfasis mío).

Al referirse a nuestro cuerpo como “tabernáculo”, o morada terrestre, Pablo hace notar claramente que los creyentes tienen un “edificio, una casa no hecha de manos, esperando por nosotros en los cielos. Pero mientras estamos todavía aquí en nuestros cuerpos mortales, tenemos el Espíritu Santo dentro de nosotros como la garantía de Dios, o las “arras” (2 Corintios 1:22 y 5:5) de que Su promesa de darnos cuerpos eternos va a cumplirse. Luego en el verso 8 Pablo expresa su deseo de estar “ausente del cuerpo, y presente al Señor”. El era un hombre viejo en aquel momento, extremadamente fatigado de sus deberes como apóstol, y expresaba nostálgicamente su deseo de partir de su tabernáculo -- su cuerpo mortal--para así finalmente poder estar presente al Señor en su “cuerpo celestial” (vs. 2). Pero parece que de otros comentarios que Pablo hace en el Libro de Primera de Corintios (Capitulo 15) que el cuerpo glorificado, o celestial, no será una realidad completa para los creyentes hasta el “sonido de la ultima trompeta” (vs.52) --el Rapto de la Iglesia. Así que, muchos teólogos creen que el alma/espíritu de los creyentes que se marchan existen con Dios en alguna clase de estado inmediato hasta que el rapto los reúna con cuerpos glorificados resucitados.

Pero debe estar bien claro que la “muerte” para el creyente es solamente un cambio instantáneo de dirección mientras nos movemos de un reino a otro que es de una infinita gran importancia, y duración. Bajo circunstancias normales (el Rapto es la excepción) el cuerpo es dejado solo como una casa vacía después que los ocupantes se han mudado. Pero Gloria a Dios, un día muy pronto El viene por Su Iglesia y todos los que han dejado su casa atrás lo recibirán a El de nuevo-- ¡pero en una versión completamente nueva y perfecta! Los creyentes que estarán vivos para ese momento solo van a cambiar de dirección y van a recibir cuerpos glorificados en el proceso.

Así que los comentarios del Señor con respecto al hombre rico y a Lázaro, conectado con la enseñanza del Apóstol Pablo, vamos a creer que la muerte es solo la separación de este cuerpo del alma/espíritu. Una transición instantánea ocurre en la que nuestra esencia inmortal pasa de esta realidad presente de ser un prisionero del tiempo al reino de la eternidad cada uno con su propio destino determinada por la mente infinita de Dios mismo. Esta verdad la encontramos expresada en lo siguiente:

[5] “Pero por tu dureza y por tu corazón no arrepentido, atesoras para ti mismo ira para el día de la ira y de la revelación del justo juicio de Dios,6 el cual pagara cada uno conforme a sus hobras[7] vida eterna a los que, perseverando en bien hacer, buscan gloria y honra e inmortalidad, [8] pero ira y enojo a los que son contenciosos y no obedecen a la verdad, sino que obedecen a la injusticia; [9] tribulación y angustia sobre todo ser humano que hace lo malo, el judío primeramente y también el griego.” Romanos 2:5-9 (RV 1960 énfasis mío).

¿Hacia cual destino se dirige usted?

Si usted ha aceptado a Jesucristo como su Salvador personal, pero ha sido muy tibio en su caminar espiritual con El, usted necesita pedirle inmediatamente perdón y renovación. El lo perdonará instantáneamente, y llenará su corazón con el gozo del Espíritu Santo. Entonces, necesita iniciar un caminar diario de oración y estudio personal de la Biblia.

Si usted nunca ha aceptado a Jesucristo como Salvador, pero ha comprendido Su realidad y el Fin de los Tiempos que se acerca, y quiere aceptar Su regalo GRATIS de la Vida Eterna, usted puede hacerlo ahora, en la privacidad de su hogar. Una vez lo acepte a El como Salvador, usted habrá Nacido de Nuevo, y tendrá el Cielo tan seguro como si ya estuviera allí. Entonces, podrá descansar seguro de que el Reino del Anticristo no lo tocará espiritualmente.

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