Considerando este maravilloso restaurante en las alturas, la Torre Eiffel como clásico para cenas románticas, se queda obsoleta. Movámonos a otro país y continente, Nueva Zelanda. Para otros, como es mi caso, simplemente por diversión, aventura, lujo y exquisitez. Quién se apunta?
Además de la orginalidad en sí mismo, éste restaurante fue elogiado en el festival de Cannes por su campaña en los medios y por su difusión en Internet.
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