Llegar al mundo occidental sería su objetivo, el único inconveniente era cómo escapar de la vigilancia de la KGB.
Misha, como es conocido cariñosamente Mikhail Barishnikov en el mundo artístico, es un hombre irreverente, muy conciente de su gran talento para la danza y que a sus 58 años sigue conservando su gran sex-appeal. Este último don le ha sido de gran utilidad, no sólo en su vida personal, sino artística, pues ha logrado hacer llegar al público esa sensualidad y magnetismo cada vez que aparece en escena. De allí, que muchas de sus fans no son sólo amantes de la danza, sino personas comunes y corrientes que han quedado atrapadas con su particular forma de moverse y su gran calidad interpretativa.
Sus inicios en la danza fueron totalmente espontáneos. Mikhail cuenta que un desfile con motivo del Día de la Revolución Socialista, al que él y su familia asistían para a ver a su padre marchar, se reunían los civiles y bailaban danzas típicas rusas o ucranianas; repentinamente, como por instinto se unió al grupo sin estar invitado y terminó llevándose las ovaciones del baile. Una vez descubierta su vena, sus padres buscaron de canalizar su talento de forma académica.
Es así que comienza sus estudios de ballet en Riga a los nueve años de edad, de allí pasa a la escuela de ballet del Kirov de Leningrado, hoy San Petesburgo, en donde se graduó y para la cual se convirtió, rápidamente, en bailarín principal en el año 1969. Con el Kirov, se dio a conocer al mundo; su brillante técnica, calidad interpretativa y asombrosos saltos fueron reconocidos por todos los críticos, que no tardaron en considerarlo una estrella del ballet clásico. Sin embargo y de forma paralela, Misha sentía que su experiencia dentro de la estructura formal de la danza soviética estaba cercando sus límites. El joven bailarín ambicionaba conocer, aprender nuevos estilos, nuevas coreógrafos, nuevas formas de bailar que estaban muy lejos de tierras soviéticas.
En 1974 a la edad de 26 años, Baryshnikov fue invitado a participar en una corta gira por Canadá con otros jóvenes promesas del ballet ruso; una vez en Toronto, Misha pidió ayuda a varios amigos norteamericanos quienes lo pusieron en contacto con un joven abogado canadiense, quien le explicó todas las opciones que tenía y lo que debía hacer para solicitar asilo político. Él sólo debía bailar sin levantar sospechas, terminar su espectáculo y tomar un carro hasta la autopista en donde lo estarían esperando para ayudarlo a escapar.
La única preocupación de Baryshnikov en ese momento no era, ni el carro esperándolo fuera del teatro, ni su desempeño en la escena; sino su padre y hermanos en Rusia, quienes luego de su deserción serían duramente escrutados e interrogados por la KGB. Sin contar la humillación por la que pasaría su padre como militar cuando se supiera que su hijo había huido siéndole infiel a la patria.
A pesar de eso, Misha siguió adelante y años más tarde pudo contactar a su padre y sus hermanos.
Una vez en Canadá, Mikhail Baryshnikov bailó un tiempo con el Ballet Nacional de Canadá, hasta que se trasladó a Nueva York donde comenzó su nueva vida bajo cielos de libertad.
BARYSHNIKOV Y BALANCHINE
Baryshnikov comenzó a bailar en el American Ballet Theatre (ABT) como bailarín principal. Allí participó en innumerables repertorios clásicos, tales como: Don Quijote, El Cascanueces, La Bella Durmiente, El lago de los Cisnes, etc. junto con Natalia Makarova su pareja artística preferida. Según ha declarado varias veces Mikhail, con Natalia había una química especial que hacía que los pas de deux reflejaran una intensidad y sorpresa increíbles.
Baryshnikov comenzó a bailar en el American Ballet Theatre (ABT) como bailarín principal. Allí participó en innumerables repertorios clásicos, tales como: Don Quijote, El Cascanueces, La Bella Durmiente, El lago de los Cisnes, etc. junto con Natalia Makarova su pareja artística preferida. Según ha declarado varias veces Mikhail, con Natalia había una química especial que hacía que los pas de deux reflejaran una intensidad y sorpresa increíbles.
En 1979, Misha se mudó del American Ballet Theare hacia el New York City Ballet para trabajar con el reconocido coreógrafo George Balanchine, con quien amplió sus horizontes en cuanto a técnica y estilos coreográficos. En el New York City Ballet, hizo pareja con la bailarina Gelsey Kirkland, con quien bailó casi todas las piezas existentes en el ballet clásico y en el repertorio de Balanchine.
En 1980, luego de la repentina muerte de Balachine, Baryshnikov regresa al American Ballet pero esta vez no sólo como Bailarín principal sino como Director Artístico de la compañía, puesto que ocupó hasta 1990.
Una vez fuera de las filas del ABT, Mikhail decidió darle un giro a su carrera, orientada hacia otros estilos de la danza. Desde ese momento, comenzó a crear coreografías más modernas que a su vez se adaptaban mejor a su madurez personal y experiencia artística. Con este proyecto, Misha ha fomentado nuevas formas de danza, promoviendo el entrenamiento de nuevos bailarines, coreógrafos y artistas en nuevas disciplinas experimentales o que están interrelacionadas con la danza como es el caso del teatro, la música y el cine.
EL OTRO LADO DE SU VIDA
Aunque muchos autores señalan que se ha casado tres veces, Mikhail Baryshnikov sigue siendo un hombre soltero, pero comprometido con su novia de hace más de 15 años, Lisa Rinehart con quien tiene tres hijos. Su hija mayor es fruto de su noviazgo con la actriz Jessica Lange con quien sigue mantieniendo una relación muy cercana.
Aunque muchos autores señalan que se ha casado tres veces, Mikhail Baryshnikov sigue siendo un hombre soltero, pero comprometido con su novia de hace más de 15 años, Lisa Rinehart con quien tiene tres hijos. Su hija mayor es fruto de su noviazgo con la actriz Jessica Lange con quien sigue mantieniendo una relación muy cercana.
Paradójicamente, ninguno de sus hijos heredó su pasión y talento por la danza; su hijo varón es jugador de jockey, sus dos hijas pequeñas son buenas gimnastas y la mayor está por entrar a la universidad.
A parte de su vida artística dedicada al mundo de la danza, Baryshnikov ha participado como actor en cuatro producciones cinematográficas, “Turning Point” (“Paso decisivo”) (1977), “White Nights” (traducido en su versión en español como “Sol de medianoche” o “Noches de Sol”) (1985), “The Cabinet of Dr. Ramirez” (1991) y “Company Business” (“Espías sin fronteras”) (1991). Por su participación en “Turning
Point” fue nominado al Oscar como mejor actor secundario.
Point” fue nominado al Oscar como mejor actor secundario.
También se hizo acreedor de un premio Tony por su participación en la obra teatral de Broadway “Metamorfosis” de Frank Kafka. Su última aparición como actor la hizo recientemente en la pantalla chica en la afamada serie “Sex and the City” en el personaje de Aleksandr Petrovsky, el último novio de Carrie Bradshaw (Sarah Jessica Parker).
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