martes, 21 de junio de 2011

LAS SOMATIZACIONES O ENFERMEDADES PSICOLOGICAS



Se entienden las somatizaciones coom una forma de expresar malestar piscológico, ejemplo la rabia, los celos, etc. a través del cuerpo o sea a través de síntomas físicos.
Es muy común escuchar exclamaciones como éstas: «coincidiendo con serios problemas del trabajo he empezado a sentir dolor de cabeza, ¿estaré somatizando? Con frecuencia existe una relación temporal entre la presencia de uno o varios factores de estrés, como pueden ser el aumento de responsabilidad laboral, una separación, la muerte de un ser querido, y el inicio o intensificación de los síntomas.

Entre un 70 y 80 por ciento de los pacientes somatizadores presentan un trastorno físico demostrable, pero éste no explica los síntomas por los que el paciente efectúa la consulta, es decir, son somatizaciones, todo ello prueba que el trastorno de somatización no sólo es uno de los problemas psicológicos más frecuentes en las consultas de medicina general, sino que acarrera graves complicaciones y riesgos a quien lo padece.

En el ámbito global las somatizaciones son causa de importantes problemas de orden social y económicos. Casi todos percibimos síntomas somáticos leves y transitorios, pero no por ello consultamos al médico. Sin embargo algunas personas experimentan un profundo malestar o se sienten incapacitados hasta tal punto que creen estar enfermos.

Estos los lleva a consultar a su médico, el cual después de la entrevista y de las exploraciones necesarias, puede que no encuentre ninguna alteración que justifique su malestar. A pesar de ello, algunos pacientes continúan preocupados y con malestares, es entonces cuando pueden ser remitidos al especialista correspondiente, lo cual implica someterse a nuevas exploraciones, tratamientos, consultas, sin que encuentre una causa orgánica a su sufrimiento. Después de la visita al especialista, muchos se tranquilizan y dejan de preocuparse, pero otros continúan con molestias y siguen intranquilos por ellas, y así realizan nuevas exploraciones, nuevos tratamientos durante años, y sin éxito.

Estos enfermos imaginarios, suelen ser diagnosticados y tratados por trastornos vagos y difusos, en vez de recibir el tratamiento para su verdadero problema, que es el trastorno por somatización.

Esto quiere decir que la persona es sometida a un «sobre-tratamietno» somático, con los consiguientes riesgos y se aplaza la evaluación y el tratamiento psicológico. Por todo ello, las somatizaciones tienden a hacerse crónicas, lo que a menudo, genera un abuso o dependencia de determinados fármacos, como sedantes, analgésicos etc.

Una complicación que frecuentemente se presenta asociada es la depresión y la ansiedad.

En ocasiones las somatizaciones no son más que síntomas fisiológicos, como los dolores musculares, trastornos del sueño, taquicardias correspondientes a un estado depresivo, o ansioso, pero que son identificados por la persona que sufre no como un problema psicológico, sino como una señal de enfermedad.

Por otro lado, es fácil imaginar que la cronoficación por tanto, el sufrimiento de las somatizaciones acaba provocando una alteración del estado de ánimo, es decir, una depresión o un estado ansioso.

Este estado afectivo comporta la presencia de síntomas psicológicos y son percibidos como enfermedades y esto a su vez genera más ansiedad y depresión y así sucesivamente.

En la ansiedad son características los síntomas neurovegetativos: la taquicardia, palpitaciones, hiperventilación y consecuentemente el mareo, los calambres, la tensión muscular, y la tendencia a la diarrea.

En cambio son más características de la depresión; la astenia, la anorexia, la pérdida de peso, y la disminución del deseo sexual también el estreñimiento, dolores de cabeza, vértigos, migrañas, etc.

Cuando hablamos de la etiología de las somatizaciones, debemos pensar en aquellos factores que pueden predisponer a la persona a expresar sus dificultades psicosociales a través de síntomas somáticos, como también en aquellos que la precipitan y las mantienen.

A nivel psicológico se sabe que los y las somatizadores son personas, en las que se percibe una excesiva aprensión y una gran sensibilidad para detectar en su organismo anomalías sin significación clínica, las que convierten en el centro de su atención al interpretarlas de forma amenazante.

Los somatizadores presentan en grado elevado el rasgo de personalidad denominado afectividad negativa, que se caracteriza por la propensión e insatisfacción personal, por la tendencia a la introversión y la auto-observación, y también a las catástrofes o negativismos.

Con toda probabilidad, se trata de personas especialmente vulnerables a situaciones de estrés.

Existe gran tendencia a somatizar aquellas personas que tienen dificultad para manifestar sus emociones y sentimientos, niños, adultos, ancianos, de todas las edades y sexos; no hay excepciones.

El tratamiento exige una serie de cambios en el comportamiento del paciente. Si se le ayuda a cambiar su conducta ante los síntomas, puede ocurirr que éstos tengan una menor intensidad, así como un cambio en la forma de interpretarlos: el paciente debe experimentar por sí mismo de qué manera la distracción disminuye los síntomas y el aburrimiento los aumenta.

El objetivo principal del tratamiento es ayudar al paciente a cambiar la percepción que tiene de sus síntomas, esto quiere decir aprender a interpretarlos desde una perspectiva psicológica más que organiza.

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