Una escapada al País Vasco
Tomar un avión de hélice en Madrid, y volar hasta el Aeropuerto de San Sebastián en Fuenterrabía, es el inicio de una aventura sin igual para aquellos que visitan España, o para aquellos españoles que buscan el reencuentro con sus raíces.
La bahía de San Sebastián, así como las playas de Concha y Ondarreta están rodeadas por el lindo paseo La Concha, muy concurrido por visitantes y locales. Sus farolas blancas crean una imagen romántica y de Belle Epoque, evocando el tiempo en que los reyes veraneaban allí y la ciudad vivía su momento de mayor elegancia. Sitios de interés a visitar: El edificio 1929, que parece un barco moderno, muy nombrado en las novelas de María Teresa Sesé. El Casco Viejo, la Plaza de la Constitución, la Barroca Iglesia de Santa María del Coro y de San Vicente, y el Museo de San Telmo, en un Monasterio del siglo XVI.
De aquí es recomendable alquilar un auto y conducir a Francia; las carreteras son seguras y hay una autopista de Peaje a8, que lleva directo a Francia, en medio de un recorrido rodeado de verdes paisajes y caseríos vascos: Ovejitas, laderas de montañas y un clima fabuloso. Luego de media hora se conseguirá con un sitio de interés como es el Balneario Biarritz, donde se encuentra el Hotel du Palais, Palacio de verano de los Emperadores Napoleón III y Eugenia de Montijo. Luego de disfrutar del balneario y darse vida de emperadores, el regreso a España se recomienda por la Costa a Fuenterrabía (U Hondarribia) bellísimo pueblo de pescadores.
Una vez allí se debe subir al Castillo de Carlos V, hoy “Parador Nacional El Emperador”, uno de los más bellos de España, y recorrer luego los pueblitos pesqueros Pasajes de San Pedro y Pasajes de San Juan, disfrutando de los paisajes y sus casitas de colores. Se regresa a San Sebastián y con la ayuda de la señalización se sube al monte Igueldo, y aquí, luego de todo este disfrute, se cierra con broche de oro, contemplando una esplendorosa puesta de sol de cara a la bahía.
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