viernes, 11 de mayo de 2012

EL AMOR DE LOS ABUELOS

 

Los abuelos ya no son esas personas mayores a los que ir a visitar los domingos o en verano y que mimaban a los nietos. Ahora son superabuelos que los cuidan por la noche, los llevan y recogen del colegio, les dan de comer y de paso les educan. Se han convertido en un eje fundamental de las familias sobre los que se sustenta el entramado sobre el que muchos padres hacen equilibrios para ajustar su vida laboral y familiar.

Cuando los abuelos se hacen cargo de los nietos, las relaciones entre las tres generaciones cambian respecto a lo que había sido habitual durante siglos y aunque la mayoría de las veces es para bien, a veces surgen problemas por la forma en la que cada uno asume su nuevo papel. Como en otras tantas situaciones, el diálogo, el establecer las reglas del juego y la paciencia y mano izquierda son las mejores formas de prevenir conflictos naturales.
 

Hay que subrayar que en general los abuelos asumen encantados su nuevo papel, ya que lo toman como una nueva oportunidad que les da la vida; en lugar de trastos viejos e inservibles, se sienten útiles y los niños les hacen recuperar una juventud ya lejana y el contacto con una nueva generación les hace “mantenerse en forma”.
 

Otros, sin embargo, aceptan la nueva situación sólo por ayudar a sus hijos, ya que saben que de otra forma no podrían trabajar. Por último, hay abuelos que ante esta situación reaccionan recordando que ellos ya han educado a sus hijos y reconocen que no tienen salud ni fuerzas para el esfuerzo que supone cuidar a un niño pequeño.

Experiencia enriquecedoraAl margen de si es una imposición o un placer para los mayores, que abuelos y nietos pasen tiempo juntos puede ser una experiencia muy enriquecedora para ambas generaciones. Los niños aportan frescura, curiosidad, espontaneidad afectiva y vitalidad y los mayores serenidad y un punto de vista más reflexivo.
 

Y es que en la mayoría de ocasiones, los problemas o tensiones no se producen entre abuelos y nietos, sino entre abuelos e hijos. Cuando un padre delega el cuidado de su hijo en sus propios padres o en sus suegros, debe respetar la forma de actuar de éstos. Al pasar mucho tiempo con los niños los abuelos educan y su modelo es personal aunque difiera en las formas del de los padres.


Por ello, es importante que entre las tres generaciones se dé una relación de respeto, cariño y equilibrio. Así, los padres deben entender que cuando el niño está con sus abuelos estos son los que ponen las normas, y los mayores deben intentar educar manteniendo la misma línea que tiene el menor en su propia casa, para que el niño no se sienta desconcertado por la contradicción.

 Para que la relación de las tres generaciones sea buena, no olvides …


- Comentar con los padres las normas y rutinas familiares. Respetar las formas de educar de tus hijos o de tu yerno o nuera, aunque lo hagan con su propio estilo.
 

- No criticar o dar consejos a los padres, intentando que eduquen a los nietos como a ti te gustaría


- No sobrecargar a los abuelos y respetar sus tiempos de ocio.
 

- Confía en ellos, ya han criado unos hijos, sabrán criar a unos nietos. No busqués rivalidades absurdas con preguntas del tipo ¿me ha echado de menos?

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