sábado, 23 de abril de 2011

COCINA SANA

“El cocinar, preparar alimentos para generar salud, energía,
equilibrio y paz interior es un arte olvidado,
¡que hay que volver a recuperar a toda costa!.
Todo el mundo, por ocupado que esté, puede dedicar unos minutos a
confeccionar platos simples, sabrosos y satisfactorios para toda la familia”
Montse Bradford
Adentrarse en los libros o los cursos de Montse Bradford y su cocina energética es acceder a una nueva dimensión en la alimentación que tiene poco que ver con lo que oficialmente nos recomiendan los médicos y nutricionistas, y ninguna relación con lo que nos ofrece la industria alimenticia y los anuncios televisivos a quienes no les importa realmente nuestra salud sino nuestro consumo.
Ni calorías, ni contar sólo las vitaminas y elementos químicos,… la cocina de Montse Bradford se centra principalmente en el efecto energético de los alimentos y cómo nos nutren a todos los niveles: físico, emocional, mental y espiritual.
Montse Bradford es experta en nutrición natural, terapeuta de Psicología Transpersonal y curación vibracional y pionera en el campo de la alimentación energética.
Estudió en EEUU, Japón y varios países europeos y posteriormente ha sido directora y profesora de diferentes Centros de Salud y Escuelas de Cocina. Actualmente imparte cursos en España e Inglaterra.
Sus enseñanzas se basan en que los alimentos nos proporcionan diferentes tipos de energía. Ella lo explica así en esta entrevista:
Cada alimento tiene su carácter y personalidad, su efecto y reacción en nosotros. Es un conocimiento vital que no nos han ofrecido en nuestra educación.
Todos los alimentos conllevan una acción y una reacción. Hay alimentos con energía acumulativa y pesada, como los embutidos, carnes rojas, huevos, pan… También están los que proporcionan energía rápida y más dispersa: frutas tropicales, verduras solanáceas (pimiento, patata, berenjena y tomate), o estimulantes como el azúcar, el alcohol o el vinagre. Estos dos tipos de comida son extremos. Hay que intentar ir al centro, donde están los alimentos moderados, como los cereales, pescados, legumbres, verduras, frutas o frutos secos, que son los que más deberían abundar en nuestra dieta.
Los alimentos moderados ayudan a generar endorfinas, la hormona del bienestar. Los alimentos extremos y de energía dispersa, como el café, fomentan la producción de adrenalina.
Por supuesto, hay comida que nos debilita. Generalmente, son aquellos alimentos a los que nos hemos referido como extremos. Nos proporcionan una energía o bien muy pesada, o muy débil. Hay que moverse hacia el centro, hacia los alimentos moderados.
Las algas, que suponen una enorme fuente de minerales. Contienen yodo, muy bueno para depurar la radioactividad, a la que hoy en día estamos sometidos constantemente con los teléfonos móviles, ordenadores, televisión… Hay que fomentar su consumo. Yo recomiendo dos o tres cucharadas de algas de mar por cada comida.
La alimentación de esta escuela es totalmente personalizada según las necesidades por edad, sexo, constitución, clima, estación del año, estado anímico, …
No es lo mismo darle de comer a Don Quijote que a Sancho Panza. Hay que centrarse en los alimentos moderados, pero cada persona tiene distintas necesidades. Siguiendo este ejemplo, a Don Quijote le daríamos más proteínas, y a Sancho Panza verduritas, para que se depure.
Montse Bradford tiene 6 LIBROS publicados en castellano:
Sus libros están explicados de forma amena, práctica y totalmente adaptados a la cultura mediterránea aunque también tengan sus fundamentos orientales. Son muy pedagógicos, repletos de fotos, con una parte teórica y con numerosas recetas sencillas y apetitosas.
Tengo su primer libro que es el básico para introducirse en su cocina, “La nueva cocina energética”, y recientemente he realizado un cursillo con una de las profesoras de su escuela: Teresa Segura.
Mi primera inmersión en este mundo ha sido impactante y muy positiva porque no es lo mismo leer un libro que recibir explicaciones personales y ver cocinar las recetas en tiempo real y degustarlas.
Esta cocina no es la que hacen nuestras madres ni la que ofrecen los restaurantes, pero, poco a poco, podemos integrarla en nuestros hábitos de vida y notando sus efectos beneficiosos.
Coincide en muchísimos aspectos con “La Biblia de la nutrición óptima” de Patrick Holford, pero Montse Bradford da un paso más allá que este autor al contemplar los niveles energéticos en la alimentación.
En esta escuela no recomiendan la carne, ni leche, ni azúcar blanca y apenas huevos, pero sí toman cereales integrales (arroz, quinoa, mijo, avena, trigo sarraceno, centeno, cebada …), raíces, verduras redondas y de hoja, pescado, legumbres, proteínas vegetales (seitán, tofu, tempeh), frutas, frutos secos, germinados, semillas y algas.
También explican que los diferentes tipos de cocción nos aportan una reacción/efecto distinta. No es lo mismo comer una zanahoria rallada cruda (efecto de enfriamiento) o cocinada tipo papillote al horno (calor profundo) o salteada rápidamente (creando actividad y movimiento) o al vapor (energía de relajación y dulzor).
Y no hay que ser un esclavo de la cocina, sino que con organización se puede adaptar perfectamente en la rutina diaria.
En cualquier caso, se trata de revalorizar el acto de cocinar en un mundo fugaz y con cocinas cada vez más pequeñas, y descubrir y honrar el verdadero significado de la comida:
Comemos para construir una buena calidad de sangre, que nutra nuestros órganos y nos genere energía y vitalidad. Según la calidad de nuestra sangre, ácida o ligeramente alcalina, nuestro cuerpo responderá, nos hablará. Es interesante observarnos dándole una buena calidad de gasolina a nuestro coche, cada vez que lo requiere, sin embargo, nos olvidamos hasta puntos muy extremos, cuando se trata de darle a nuestro cuerpo lo que necesita.
Para generar amor y dulzor en algo o en alguien, hay que dedicarle tiempo. Con un poco de imaginación y práctica podríamos aportar a nuestro cuerpo físico los alimentos que necesitamos y también la adecuada nutrición para nuestro cuerpo emocional y mental.
En conclusión, la cocina energética de la Escuela de Montse Bradford es mucho más que alimentación vegetariana y natural porque se adentra en el mundo de lo sutil y la energía y representa una nueva forma de relacionarnos con la comida. Con más conocimiento, con más respeto por los alimentos y por nuestro cuerpo, con más sabiduría holística y con la sana intención de convertir la cocina en lo que siempre ha sido: pura ALQUIMIA para vivir mejor.
“En nuestra cocina creamos salud.
Si lo que realmente deseamos es obtener calidad de vida,
uno de los primeros pasos es reflexionar sobre qué clase de efectos
y energía generan los alimentos que comemos al menos 3 veces al día”
Montse Bradford

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