¿Cómo afecta el abuso de heroína a las mujeres embarazadas?El abuso de heroína durante el embarazo, conjuntamente con los muchos factores ambientales asociados (por ejemplo, la falta de cuidados prenatales), ha sido vinculado a complicaciones adversas, incluyendo un bajo peso del bebé al nacer, lo que constituye un factor de riesgo importante para retrasos futuros en su desarrollo. El mantenimiento con metadona, en combinación con cuidados prenatales y un programa de tratamiento integral para el abuso de drogas, puede aminorar muchas de las consecuencias negativas, tanto en la madre como en el recién nacido, que suelen estar asociadas con el abuso de la heroína en las mujeres que no reciben tratamiento. No obstante, los bebés expuestos a la metadona en el embarazo generalmente requieren tratamiento para los síntomas del síndrome de abstinencia. Varios estudios realizados en los Estados Unidos han encontrado que la buprenorfina es tan eficaz y segura como la metadona, en el tratamiento ambulatorio de pacientes con dependencia a los opioides. Dado este nivel de eficacia en los adultos, los estudios actuales están tratando de establecer la seguridad y la eficacia de la buprenorfina en las mujeres embarazadas con dependencia a los opioides. En el caso de las mujeres que no quieren o no pueden recibir farmacoterapia para su adicción a la heroína, se puede logra la desintoxicación de los opiáceos durante el embarazo con una relativa seguridad, aunque se debe tomar en cuenta la posibilidad de recaer en el uso de la heroína.
¿Por qué los usuarios de heroína tienen mayor riesgo de contraer el VIH/SIDA y la hepatitis B y C?Las personas que abusan de la heroína corren peligro de contraer el VIH, la hepatitis C y otras enfermedades infecciosas al compartir y volver a usar jeringuillas y otros equipos de inyección que fueron utilizados por personas infectadas. También se pueden contagiar a través de contactos sexuales sin protección con una persona infectada. Los usuarios de drogas inyectables (UDI) representan el grupo que corre el mayor riesgo de contraer el virus de la hepatitis C. Se calcula que entre un 70 a un 80 por ciento de los 35.000 casos de infecciones nuevas de hepatitis C que surgen en los Estados Unidos anualmente, ocurren en los UDI.
Las investigaciones financiadas por el NIDA han encontrado que los abusadores de drogas pueden cambiar los comportamientos que los ponen en riesgo de contraer el VIH, a través de programas de tratamiento, de prevención y de alcance comunitario destinados a combatir el abuso de drogas. Ellos pueden eliminar el uso de drogas, los comportamientos de riesgo relacionados a las drogas como el compartir agujas y las prácticas sexuales poco seguras, a la vez previniendo el riesgo de ser expuestos al VIH/SIDA y a otras enfermedades infecciosas. La prevención y el tratamiento para el abuso de drogas son altamente eficaces en prevenir la diseminación del VIH. |
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