La musulmana es amable y respetuosa con sus padres
Una de las principales características de la verdadera musulmana es su trato respetuoso y amable para con sus padres. El Islam estimula el respeto y el trato amable y afectuoso hacia los padres en muchos textos del Corán y de la Sunnah. Cualquier musulmana que lea estos textos, no tendrá otra opción más que adherirse a sus enseñanzas y tratar a sus padres con benevolencia y respeto, sin importar las circunstancias o el estado de la relación con ellos.
La musulmana se preocupa mucho por obedecer a sus padres
Así como a la musulmana le urge tratar a sus padres con afecto y respeto, también es temerosa de cometer el pecado de desobedecerlos, al darse cuenta de la gravedad de este pecado, el cual es contado como uno de los mayores pecados (Al kaba'ir). Ella es consciente del aterrador cuadro que el Islam pintó de una de las personas que desobedecieron a sus padres, y esto le hace examinar su consciencia y suavizar cualquier aspereza del corazón o sentimiento severo que pudiera estar albergando.
El Islam establece una comparación entre la desobediencia a los padres y el crimen de asociar copartícipes a Al-lah, así como establece un vínculo entre la verdadera fe en Al-lah y el trato respetuoso a los padres. La desobediencia hacia nuestros padres es una falta horrenda que la verdadera musulmana odiará cometer, al ser el más grande de los pecados mayores y el peor de los errores. Abu Bakrah Nufai‘ Ibn Al Hariz dijo: "El Mensajero de Al-lah, sallallahu ‘alayhi wa sallam, nos preguntó tres veces: '¿Acaso os debo decir cuál es el mayor de los pecados?'. [Bujari y Muslim] Nosotros dijimos: ‘¡Sí, Mensajero de Al-lah!". Él dijo: ‘Asociar copartícipes a Al-lah y desobedecer a vuestros padres’".
Una mujer puede disfrutar una vida de tranquilidad y holgura en la casa de su marido, y puede mantenerse muy ocupada con su marido y sus hijos, disponer de poco tiempo para compadecerse de sus padres, visitarlos para ver cómo están, y tratarlos bien. Pero la verdadera musulmana está a salvo de estos graves errores, al leer las recomendaciones del Corán y la Sunnah en lo relativo a los padres. Por eso, les presta la debida atención visitándolos a menudo para ver cómo se encuentran, y esforzándose en tratarlos bien, siempre que su energía, tiempo y circunstancias se lo permitan y tanto como ella pueda.
El trato cariñoso hacia sus padres
La mujer musulmana que haya abrazado los valores del Islam, es amable y respetuosa hacia sus padres, los trata bien, y escoge los mejores modos de hablar y dirigirse a ellos. Ella les habla con toda cortesía y respeto, y los rodea con toda la honra y cuidado, siendo humilde con ellos, como fue ordenado por Al-lah en el Corán. Ella jamás pronuncia una palabra de desprecio o queja hacia ellos, no importa cuáles sean las circunstancias, siempre hace caso a las palabras de Al-lah, Quien Dice (lo que se interpreta en español):
Si uno de los padres, o ambos a la vez, están desviados del verdadero Islam de alguna forma, la hija musulmana respetuosa debe aproximarse a ellos de una manera gentil y sensible, para disuadirlos de su error. No debe condenarlos duramente, sino tratar de convencerlos con pruebas sólidas, palabras prudentes y paciencia, hasta que ellos vuelvan hacia la verdad, en la cual ella cree.
Trata bien a sus padres aunque sean idólatras
A la mujer musulmana se le pide tratar a sus padres bien, aunque sean mushrikun. Ella no olvida que está obligada a tratarlos bien a pesar de su shirk (idolatría). Aunque sabe que el shirk es el peor de los pecados, esto no le impide tratar a sus padres como corresponde, de acuerdo a la extraordinaria tolerancia de la Shari‘ah del Islam, pues Dice Al-lah (lo que se interpreta en español):
El afecto y respeto hacia nuestros padres es una cuestión importante en el Islam, pues surge del más vigoroso de los vínculos humanos, el vínculo entre un hijo y su madre o padre. Pero, este lazo o vínculo, al ser tan grande, debe situarse en segundo término después de los vínculos de fe. Si los padres fueran mushrikun, y ordenaran a su hijo o hija a unirse a ellos en su shirk, el hijo o hija no deberá obedecerlos. No hay obediencia a un ser creado que ordene desobedecer al Creador; ningún otro vínculo puede substituir al de la fe y la creencia en Al-lah. Sin embargo, los hijos todavía están obligados a honrar y cuidar de sus padres.
Se esfuerza por hacer felices a sus padres
La musulmana es afectuosa y respetuosa con sus padres, en todas las circunstancias, y no escatima ningún esfuerzo para hacerlos felices, tanto como pueda y dentro de los límites del Islam. Por tal razón, se asegura de su bienestar regularmente, ofreciendo sus servicios, visitándolos a menudo y saludándolos con una sonrisa jovial, un corazón cariñoso, lindos regalos y palabras de afecto.
Así es como cuida de ellos mientras vivan. Después de su muerte, ella demuestra su amor y respeto orando por ellos, dando caridad en su nombre, y cancelando cualquier tipo de deudas que puedan haber tenido con Al-lah y con terceros.
Tratar a nuestros padres con afecto y respeto es una de las actitudes esenciales de los hombres y mujeres musulmanes. Esta noble actitud debe ser progresiva y continua, no importa cuán elevado sea el costo de vida, y no importa cuánta cantidad de obligaciones y responsabilidades tenga una persona.
Esta postura, es un indicio de las ricas emociones que todavía existen en las tierras musulmanas, Al Hamdulil-lah, y es una prueba de la gratitud que los hombres y mujeres musulmanes sienten hacia la generación más vieja, la cual hizo tantos sacrificios por sus hijos, cuando ellos necesitaban de palabras afectuosas y consoladoras, y de una mano que los ayudara.
Esta actitud protegerá a la persona, sea hombre o mujer, de la indiferencia y la ingratitud; y, lo que es mejor, les abrirá los portales del Paraíso.
La madre viene primero, luego el padre
El Islam alentó el respeto y el afecto hacia los padres. Algunos textos tratan sobre la madre y el padre separadamente; pero, tomando todos los textos en su conjunto, vemos que prescriben un saludable balance en la atención de los hijos hacia sus padres, para que el respeto a uno no sea en detrimento del otro. Algunos textos confirman que a la madre se le debe otorgar prioridad por encima del padre.
Cuando un hombre vino a dar la bai‘ah y a ofrecerse para tomar parte del yihad, el Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, le preguntó: "¿Alguno de tus padres está vivo?". Esto indica claramente que el musulmán está obligado al buen trato de sus padres por igual. Similarmente, a Asma', le fue encomendado mantener contacto con su madre, a pesar de ser mushrikah.
Un hombre fue hasta donde estaba el Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, y le preguntó: "¡Oh, Mensajero de Al-lah! ¿Quién de entre la gente es el más merecedor de mi buena compañía?" Él, sallallahu ‘alayhi wa sallam, respondió: "Tu madre" El hombre preguntó de nuevo: "¿Y luego quién?" El Profeta,. sallallahu ‘alayhi wa sallam, dijo: "Tu madre". El hombre preguntó por tercera vez: “¿Y luego quién?” El Profeta dijo: “Tu madre”. El hombre preguntó nuevamente: "¿Y luego quién?" El Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, dijo: "Luego tu padre" [Bujari y Muslim]..
Este hadiz confirma que el Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, dio prioridad al trato amable hacia la madre por encima del trato amable para con el padre, y los Sahabah solían recordar esto a los musulmanes después de la muerte del Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam. Ibn ‘Abbas, un gran sabio y faqih de esta Ummah, consideró el trato afectuoso a la madre como la mejor obra que nos acerca a Al-lah, Exaltado sea. Cierta vez, un hombre se presentó ante él y dijo: "Pedí la mano de una mujer para contraer matrimonio, y ella me rechazó. Otro hombre le pidió la mano, y ella aceptó y se casó con él. Me sentí celoso, así que la maté. ¿Acaso podrá ser aceptado mi arrepentimiento?” Ibn ‘Abbas le preguntó: "¿Tu madre aún está con vida?" Él contestó: "No". Entonces le dijo: "Arrepiéntete ante Al-lah y haz lo mejor posible para estar más próximo a Él”.
‘Ata' Ibn Iasar, quien narró este relato de Ibn ‘Abbas, dijo: "Fui y pregunté a Ibn ‘Abbas: ‘¿Por qué le preguntaste si su madre aún vivía?’ Él contestó: ‘Porque no conozco otro acto que acerca más a la gente a Al-lah que el trato amable y el respeto hacia la madre’". [Bujari]
El Imam Bujari abre su libro ‘Al Adab Al Mufrad’ con un capítulo sobre el respeto y la amabilidad hacia los padres (birr al ualidain), en el cual coloca la sección sobre el buen trato a la madre antes de la sección del buen trato para con el padre, algo compatible con las enseñanzas del Profeta, sallallahu ‘alayhi wa sallam, al respecto.
El Corán evoca sentimientos de amor y respeto en el corazón del hijo o hija, y lo alienta a tratar bien a sus padres. Por otra parte, se refiere a la madre de una manera más gentil y compasiva, otorgándole prioridad por el embarazo, el amamantamiento, y los dolores y molestias que sufre durante esos dos estados. Reconoce además su noble sacrificio, su gran ternura y cuidado. Dice Al-lah (lo que se interpreta en español): [Corán 31:14]
¡Qué enseñanza tan suprema! Mostrar gratitud a los padres por lo que han hecho por sus hijos viene en segundo lugar, precedido solamente por la gratitud hacia Al-lah, y esto constituye uno de los mejores actos de virtud que podamos realizar. ¡Qué elevada condición otorgó a los padres esta religión!
El sacrificio de la madre no tiene precio
Ibn ‘Umar vio a un hombre yemení circunvalando la Ka‘bah, mientras llevaba a su madre. El hombre le dijo: "Soy como un camello domesticado para ella, la he cargado más de lo que ella me ha cargado. ¿Tú piensas que se lo compensé, ¡oh, Ibn ‘Umar!?” Él contestó: "No, ni siquiera una contracción". [Bujari]
Todo esto señala la elevada condición a la que el Islam ha realzado la posición de la maternidad, pues otorgó prioridad a la madre sobre el padre. Al mismo tiempo, el Islam concedió una gran importancia a ambos padres, y prescribió el afecto y el respeto para ambos.
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