“Aspiro a ser un cantante popular”
La historia de Andrea Bocelli podría resultar casi cinematográfica: una madre joven que decide no abortar a pesar de que los médicos le habían advertido que el bebe nacería con alguna discapacidad; un niño que a los 12 años se le declara la ceguera definitiva por el avance del glaucoma; un adolescente apasionado por el piano y el canto lírico; un muchacho que se gradúa con honores en abogacía, y un encuentro crucial con Luciano Pavarotti que lo transformaría en un heredero del pop lírico capaz de vender setenta millones de discos alrededor del planeta.
“Cuando era niño, escuché a un tenor y me volví loco; quedé muy impactado por esa música y desde ese día es una pasión que creció día tras día. Todos me alentaban en mi familia y en la escuela, pero creo que fue el destino quien decidió por mí”, cuenta el tenor italiano con un pronunciado acento toscano, en diálogo telefónico con La Nacion, antes de su presentación en GEBA pasado mañana.
Parece que todo estaba predestinado en su vida. En 1992, cuando Andrea Bocelli todavía litigaba en los juzgados de Turín, tuvo un encuentro fortuito con Franco Correlli, el afamado tenor italiano retirado de la Opera Metropolitana de Nueva York, que le cambiaría su rutina legal. Las vueltas de la vida lo habían puesto nuevamente frente al camino del canto lírico que había abrazado desde la infancia. La leyenda se completa cuando el cantante de rock italiano Zucchero Fornaciari, que conocía de las clases de Bocelli con Correlli, lo contactó para grabar un demo del tema “Miserere”, coescrito con Bono, líder del grupo U2. Andrea Bocelli, un completo desconocido para la música, grabaría la voz de referencia para que lo cantara Luciano Pavarotti. Cuando el tenor escuchó la versión, quiso conocer al muchacho que la cantaba. Dicen que el maestro le puso una de sus pesadas manos sobre el hombro y le dijo cerquita del oído: “Ya te lo digo: vas a llegar lejos”. La profecía del gran Luciano Pavarotti se cumplió con creces, y desde que Andrea Bocelli grabó el álbum Romanza, en 1996, con el hit “Vivo per lei” (que vendió más de quince millones de discos), se transformó automáticamente en heredero de un nuevo formato de estrella lírica del pop junto a propuestas como la de Katherine Jenkins, Il Divo o el propio Luciano Pavarotti. “Un tenor debe aspirar a ser siempre popular. Gente como Carusso o Luciano fueron ídolos populares. Yo no los copio, pero me inspiran en mi carrera”, dice el tenor.
En estos conciertos, el cantante nacido en Lajatico el 22 de septiembre de 1958, amante de la poesía de Leopardi y de los personajes de Puccini, se transformó en el ejemplo de ese crossover entre la lírica, el pop, el rock y la balada que llena estadios. “La voz es un instrumento y está al servicio del repertorio. No me considero una estrella pop, sino un tenor italiano tradicional.”
Bocelli tiene claro el lugar que ocupa dentro de la industria musical y no se inquieta por lo que piensen los puristas del género. “En mis conciertos puedo incluir música popular de la tradición italiana y de los melodistas napolitanos, otras canciones de mi repertorio que grabé en estos años y las arias de ópera que me gustan tanto. En mi carrera como tenor lírico, lo que cuenta es el rigor, y por eso llevo una vida de mucho cuidado. Es bastante parecida a la vida de un atleta”, dice el divo.
Como otros tenores populares, Bocelli llevó el canto lírico a los grandes estadios y colaboró con artistas disimiles como Bono de U2, Eros Ramazzotti, Marta Sánchez, Sarah Brightman, Cristina Aguilera, Michael Jackson y Stevie Wonder. “Mientras sean cosas bellas, no tengo prejuicios con los géneros. Como dice un dicho en Italia: todo lo decide la Providencia. Hay muchas bellas canciones por cantar todavía”, desliza, con esa voz cálida y envolvente que cautivó a seguidores fuera del mundo operístico a partir de éxitos como “Con te partirò” y en su versión inglesa “Time to Say Goodbye” a dúo con Sarah Brightman, éxitos que se convierten en récord de ventas en muchos países y ganan premios en toda Europa. En Francia, el simple se mantuvo a la cabeza de los rankings durante seis semanas y ganó tres discos de oro; en Bélgica, fue número uno durante 12 semanas: el mayor éxito en muchos años. Por otra parte, el álbum Bocelli obtuvo cuatro discos de platino en Alemania (casi 2 millones de copias vendidas), cuatro en los Países Bajos y dos en Italia.
Pero el cantante siempre se ocupó de hacer bien los deberes en el mundo lírico. En 1998 lanzó Aria, un disco que buscaba abrir un surco dentro del ambiente operístico y ratificarlo como un tenor lírico. Andrea grabó ocho óperas completas (Andrea Chénier, Carmen, La Bohème, Il Trovatore, Cavalleria rusticana, Pagliacci, Werther y Tosca), que fue alternando con sus discos de música pop y le significaron el apoyo de artistas relevantes de la clásica como la soprano Cecilia Bartoli, René Flemming, Barbara Fritolli, Bryn Terfel, Violeta Urmana, Anna Netrebko y directores como Zubin Mehta, Valery Gergiev y Lorin Maazel.
“Soy una apasionado de la ópera y de la voz, y para los que son apasionados de la lírica lo que importa es confrontar esas voces, y eso es lo que hace este trabajo interesante. Por ejemplo, cuando grabé el disco Incanto, junté todas esas canciones que eran caballitos de batalla del 900, temas que eran los favoritos en las voces de artistas como Caruso. Me gusta llegar al público con ese repertorio, pero según mi versión.”
LAS ESTRELLAS POP DEL CANTO LÍRICO
Desde la aparición de Luciano Pavarotti como referente del crossover lírico con el mundillo del pop, distintos tenores, sopranos y sellos se vieron seducidos por llegar a las grandes masas. Entre los templos líricos y los grandes estadios, estos artistas encontraron otra faceta en su coqueteo con estrellas de otros géneros, como Barbra Streisand y Bono de U2.
LUCIANO PAVAROTTI
Cuando conoció a Bocelli a mediados de los 90, el tenor italiano le dio su bendición y lo invitó a participar de conciertos y discos como el proyecto Pavarotti & Friends, que lo hizo mundialmente famoso.
Cuando conoció a Bocelli a mediados de los 90, el tenor italiano le dio su bendición y lo invitó a participar de conciertos y discos como el proyecto Pavarotti & Friends, que lo hizo mundialmente famoso.
KATHERINE JENKINS
La mezzosoprano lanzó cuatro discos que alcanzaron rápidamente al número uno de ventas en Inglaterra. Sus discos, con arias, canciones populares, himnos y crossovers, son un éxito clásico.
La mezzosoprano lanzó cuatro discos que alcanzaron rápidamente al número uno de ventas en Inglaterra. Sus discos, con arias, canciones populares, himnos y crossovers, son un éxito clásico.
Il DIVO
Es un grupo internacional de ópera-pop, creado por el productor musical Simon Cowell. La agrupación está formada por Carlos Marín, Urs Bühler, David Miller y Sébastien Izambard.
Es un grupo internacional de ópera-pop, creado por el productor musical Simon Cowell. La agrupación está formada por Carlos Marín, Urs Bühler, David Miller y Sébastien Izambard.
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