En verano no nos dan ganas de prender el horno para cocinar. Es lógico y normal. Y entonces ¿que comemos? Pues hay miles de ideas que con un poco de imaginación pueden funcionar perfectamente como plato principal y no sólo no hay que prender el horno sino que son frescos y deliciosos. Especialmente podemos hacer ensaladas con pasta y arroz combinadas con alimentos que contengan proteínas (carnes frías, huevo, jamón).
Cuando hace mucho calor hay que comer liviano pues eso facilitará la digestión. Hay que evitar en lo posibles alimentos con altos contenidos grasos que caen pesados, así como las frituras. También es importante comer muchas verduras y frutas que nos ayuden a mantener el nivel de hidratación (pues en verano el cuerpo pierde mucho líquido con el sudor). Lo mejor es comer melón y la sandía, que encima son refrescantes. Es también bueno consumir banana que tiene altos niveles de potasio lo que mantiene el equilibrio de hidratación de nuestro organismo.
Lo más importante para sentirnos bien este verano es incorporar la cantidad necesaria de agua. Tener sed es el primer paso del proceso de deshidratación, y muchas veces no bebemos líquidos porque no sentimos la necesidad. Para quienes no gusten de beber agua, pueden optar por jugos y también por gelatinas, tés fríos y jugos energizantes. Los helados de agua son ideales en especial para los niños. En verano no debemos olvidarnos de beber 2 litros y medio por día, especialmente si VAMOS PLAYA o hacemos ejercicio físico.
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