En medio del escándalo por los abusos sexuales de
menores por parte de curas de la Iglesia Católica se han levantado voces
para indicar que el papa Benedicto XVI debería renunciar.
¿Es posible esto? David Willey, corresponsal de la BBC en el Vaticano, examina la cuestión.
En teoría, no hay nada que frene al Papa a tomar
un pedazo de papel de su escritorio y escribir una carta de renuncia al
Colegio Cardenalicio, el cuerpo de cardenales de la Iglesia Católica y
órgano supremo electoral dentro de la institución.
Bajo el derecho canónico, las únicas condiciones
para la validez de una renuncia de ese tipo son que se haga libremente y
que sea debidamente publicada.
Pero ningún Papa lo ha hecho en los tiempos modernos.
Ha habido, sin embargo, una persistente
especulación de historiadores de que durante la Segunda Guerra Mundial,
el papa Pío XII elaboró un documento asegurando que si él era
secuestrado por los nazis se considerara que había renunciado y que su
sucesor debía ser elegido.
Como el Vaticano ha retrasado la publicación
completa de sus archivos relativos al pontificado de Pío, a causa de una
disputa sobre su reacción ante el Holocausto nazi, no hay manera de
verificar si esto es verdad.
Pretendientes
Yendo más atrás en el tiempo, el último caso de
un Papa renunciante se remonta a más de cinco siglos. El papa Gregorio
XII, que reinó desde 1406 hasta 1415, lo hizo para poner fin a lo que se
llamó el Cisma de Occidente.
Había tres pretendientes al trono papal en ese
momento: el Papa romano Gregorio XII, el Papa de Aviñón Benedicto XIII y
el antipapa Juan XXIII.
Antes de renunciar, Gregorio XII formalmente convocó a un concilio de la Iglesia y lo autorizó a elegir su sucesor.
El único otro ejemplo significativo de una renuncia papal se remonta aún más lejos en el tiempo.
En 1294, el papa Celestino V, apenas cinco meses
después de su elección, emitió un decreto declarando solemnemente que
estaba permitido que un Papa dimitiera. Y luego lo hizo.
Vivió durante dos años más como un ermitaño y
más tarde fue declarado santo. El decreto que emitió terminó con
cualquier duda entre los especialistas de derecho canónico sobre la
validez de una renuncia papal.
Habiendo dicho todo esto, explica el
corresponsal en el Vaticano, la probabilidad de que el papa Benedicto
XVI renuncie voluntariamente a su cargo es escasa.
El Vaticano hasta ahora ha defendido
enérgicamente sus cinco años de papado y la conducta previa de Benedicto
XVI durante el período en que fue cardenal arzobispo de Munich y,
posteriormente, líder de la Congregación para la Doctrina de la Fe, el
departamento de vigilancia del Vaticano responsable de la disciplina de
los sacerdotes culpables de mala conducta.
No hay comentarios:
Publicar un comentario