lunes, 22 de febrero de 2010

SEXUALIDA EN EL ANTIGUO PERU

Referirse a la sexualidad en el Perú actual es un desafío, mas aún tiene que ser, al tratarse del Antiguo Perú, cuya acepción difusa en extremo. Entendemos se refiere al Perú prehispánico.

Comenzaré por el término sexualidad, el que según tengo entendido no existía oficialmente en castellano antes de 1974. En la XVIII edición, as como en la ultima XX que circula desde 1984, la palabra sexualidad, es definida así: "Conjunto de condiciones anatómicas y fisiológicas que caracterizan a cada sexo".

Creo poder afirmar que dicha definición no corresponde a la idea de que sobre la sexualidad actualmente tenemos. Me parece que nos satisface más la que da el español Amezua (1) al decir que es: "El modo, la forma y la manera de vivir su sexo", considerando que sexo humano es: "el conjunto de elementos que concatenados, unidos, engarzados, hacen que una persona sea masculina o femenina". Definición esta que como veremos parecería ahora incompleta desde el punto de vista biológico, pero que es más clara que la existente en la II Edición del Diccionario de la Academia de 1783 que la define así: "Distinción en la naturaleza del macho o hembra en el animal. Usase regularmente hablando de los racionales". O como la de la VII edición de 1823 que es: "la diferencia que ha puesto la naturaleza en el macho, y en la hembra, así en los racionales como en los irracionales, y aún en las plantas".

Por esto y otros hechos semejantes y aún peor -como lo señala acertadamente Seguín (49) el Diccionario de la Academia no es en estos aspectos la fuente mas adecuada para comprender el significado de algunas palabras.

Es también necesario puntualizar que sobre este tema de la sexualidad en ese Antiguo Perú existen referencias escritas, historias, leyendas y tradiciones frescas de la época incaica y muy escasas representaciones artísticas de cerámica que conocemos con el nombre de huacos.

En este aspecto, los Cronistas nos han dejado prácticamente la única fuente histórica de información acerca de lo que aconteció en el incario. Con sus crónicas comienza básicamente la Historia del Perú. Están basadas en lo que vieron y, en las tradiciones, descripciones de hechos, mitos y relatos, en su mayor parte a través de segundas o terceras bocas.

Estas Crónicas en lo relacionado con el tema que nos ocupa, han sido criticadas, por los prejuicios o tabúes religiosos y morales con que venían embebidos sus autores.

No olvidemos que por 1517 comienza en América a campear la Inquisición. Por ello, se niega autoridad a los Cronistas para opinar imparcialmente, ya que en ciertas cosas se les considera que toman partido con la cruz y la espada como base de la política del Estado español, a más de sus intereses individuales o de grupo.

Con relación a esto, con la flexibilidad que dá la lógica, recurro a Porras Barrenechea quien escribe: "Las crónicas de la conquista son la primera historia peruana...... la leyenda y el mito, la simple tradición oral de los pueblos primitivos son fuentes remotas de la historia, pues no la constituyen todavía. La historia puede apropiarse de ello pero, por su índole, ella es esencialmente prosa y no poesía...... La historia aclara la conciencia de los hechos, y da al hombre la capacidad y la necesidad para comprobarlos.

No creo que sea la ocasión propicia, ni menos el lugar, para referirme a estos 500 años de descubrimiento, encuentros, hallazgos o como diencefálicamente se califique a la llegada de los europeos a estas tierras. No sabemos que dirían por ejemplo los chimús, los chancas o nuestros puquinas ante el arribo de los incas a sus tierras.

De las culturas pre-incaicas, sólo tenemos la representación artística muda del hecho sexual. Carecemos de otras fuentes. No hay que olvidar que entre mochicas e incas hay un milenio o más de separación.

No obstante la historia de los Incas: "tiene sin embargo, mayores características de autenticidad que la tradición oral de otros pueblos primitivos....... Su eficacia está demostrada en que, mientras en otros pueblos la tradición oral sólo alcanzó a recordar hechos de 150 años atrás, la historia incaica pudo guardar noticia relativamente cierta de los nombres y los hechos de dos dinastías, en un espacio seguramente mayor de cuatrocientos años".

Tengo que confesar que desconozco un estudio integral que nos dé una idea de cual es realmente el comportamiento sexual del peruano actual. No obstante, existen algunas encuestas, tesis y otros trabajos parciales acerca del tema, en general, ya sea en libros, revistas y diarios. (9-10), (11). (13). (14-), (17), (35), (18), (27),(28), (12), (29), (31), (37), (45), (47), (54), (55), (56), (57), (58), (59).

Pero creemos que existe una fuente histórica que aún no ha sido explorada in extenso.

El mestizaje comenzó en el Perú el mismo 12 de Octubre de 1492. De esa fecha se extendió sin inconvenientes, debido a que: "Si al español católico le tenía miedo al agua- como sostiene Jos‚ Gil Fortaul -jamás se detuvo ante las mujeres de raza diferente, fueran moras, judías, negras o indias". De esos usos y costumbres, por lo menos en parte, procedemos la mayoría de los peruanos.

Creo sí que es importante señalar algunos aspectos del comportamiento del indígena peruano imbuido en su cultura. En esta existe un estado prematrimonial temporal de relaciones sexuales, aceptado por los protagonistas, sus familiares y el ámbito socio-cultural en el cual viven.

Data de tiempo inmemorial y que es citado y por supuesto criticado por los cronistas y combatido por los conquistadores durante la conquista y el virreinato. Me refiero al servinacuy, misqui, servinacuy, tincunacuy, tincunacuspa, sarlasi, topacashca, yachanacuy, pantanacuy (pantanaco) o "matrimonio de prueba".

El deseo de erradicar esta costumbre fué tal, que el Virrey Toledo en 1575 promulgó unas ordenanzas al respecto, contraviniendo la Cédula Real del 4 de Septiembre de 1560, que prohibía tener en los "monasterios cepos (ni en ninguna parte) para poner en ellos a los indios‚ indias que quieren, y aprisionan y azotan por lo que les parece y los trasquilan, que es un género de pena que se suele dar a los indios, lo cual ellos sienten mucho".

He aquí unos párrafos de las ordenanzas VIII y XIV, del Virrey Toledo: ...... "Por cuanto hay costumbre entre los indios casi generalmente, no casarse sin primero haberse conocido, tratado o conversado algún tiempo y hecho vida maridable entre sí ..... Ordeno y mando que se procure, así por los sacerdotes, corregidores, caciques y alcaldes persuadir y quitar a dichos indios esa costumbre tan nociva y perniciosa ........ El indio cristiano que tuviese acceso con india infiel o estuviere amancebado con ella, por la primera vez, que lo trasquilen y den cien azotes; y por la segunda lo remitan preso con la información al Corregidor, para que lo castigue conforme a derecho....."

También prohibió al aborigen tener a su lado a "hermana suya", ni cuñada, ni tía, ni primera hermana, ni manceba de su padre, siendo las tales de menos edad de cincuenta años abajo ..... que ninguna india moza, ni viuda sirva ni de beber a su hermano, ni cuñado, ni tío, ni primo, siendo de cincuenta años para abajo ...." so pena de los cien azotes y trasquila y que sirvan dos años en los hospitales".

Anecdóticamente no está demás señalar que en el "Runa Soncco", periódico que editaba en Juliaca el pionero de la Salud Pública en el Perú, Manuel Núñez Butrón, están las participaciones o avisos en la Crónica Social en la que se comunicaba que fulano y zutana "entraron en servinacuy" o que lo terminaban o se casaban. Villavicencio (61) le dedica a esta costumbre interesantes páginas y la lucha estéril por erradicarla durante el virreinato.

Así el Concilio de Lima de 1582 lo condenó y dio disposiciones para terminar con esa costumbre que ahora la practican en gran proporción los habitantes del primer mundo, abierta, indiferente o solapadamente.

Menos citado es el estudio de Terrazas Contreras ( ) que manifiesta que su investigación "tiene el mérito de haber sido el primer trabajo sistemático sobre el particular, en 100 años de arqueología peruana".

Opina que "la preincaica de la costa norte del Perú....se sumergió en el completo hábito del sexo, plasmando sus más íntimas vivencias, muy lejos de prejuicios y tabúes aún actuales ........, que fue precisamente el amor lo que sublima toda actividad vital en el habitante del Perú antiguo", que el coito anal heterosexual era con fines de evitar la concepción y Cita a Varallanos, quien se refiere a dos máximos quechuas: "Ama Maclla" (no seas afeminado) y "Ama Mapa" (no seas invertido).

Entre los libros que he consultado resalta el del Obispo del Obispado de San Francisco de Quito "en que se tratan las materias más particulares, tocante a ellos (los indios) para fu buena Administración" que se titula "Itinerario para Parochos de Indios", en el Tratado X De los Misioneros, Session VIII p: 182, que se ocupa "Del cuidado que debe tener el Ministro Evangélico en quitar a los convertidos algunos vicios y pecados "expresando que El Predicador , y Maestro, que rige las almas de los que fon tiernos en la Fé‚ recién convertidos a Dios, ha de hazer con ellos lo que haze el buen hortelano, efcogiendo los mas fuaves, ni admirandofe, o enojandofe demafiado, porque en un dia no vea trocados en Catones, y Senecas unos Barbaros, ni transformados en Angeles unas bestias......

El primer vicio que ha de quitar es la fodomia, y bestialidad, porque como dizen Antonio de Herrera, hablando de la Ifla Española y de la Ifla de Corro, es muy comun entre aquellos Barbaros. Y Garcilafo Inga dize de los Indios del Perú, que eran muy dados al pecado nefando, y Fray Pedro Martyr, De cada 3. in Hiftoria Generali Indiarum, cap. 62, cuenta, que en la conquifta que hizo Blafco Núñez Balboa en la Provincia de Efcaraguan, halló tan manchada aquella tierra defte vicio, que muchos Indios eftavan veftidos en trage de mugeres, para denotar con el hábito fu torpeza, y fu‚ tanto lo que fe embraveció defto el Capitan, que quarenta deflos, que pudo coger a las manos, los echó a los perros, para que muriellen defpedacados, con admiración y gufto de los dems Indios.

El fegundo vicio, que le ha de arrancar, es la idolatría....

El tercer vicio, y más, dificultofo de arrancar, es la embriaquez .... Lo quanto, fe ha de advertir, que les enfe¤en a veftirfe, y tratar sus carnes con honeftidad......

porque aunque la defnudez total no es intrinfecamente mala (como dize Santo Thomas)......

Americo Vefpufio dixo en la relacion que hizo de fu primera navegaci¢n a las Indias, que entre efta gente bárbara la defundez total no era viciofa, porque no era provocativa a luxutia, pero como no fabia el interior de los coracones, no haze mucha fee fu dicho, cubriendo fus carnes con hojas de higuera luego que pecaron; y afii dize San Agustin: Si nihil in libidine illa ineffer pudendum.

Tambien es abufo comun entre los Indios, y que fe deve atajar, que las mugeres no eftima la virginidad ante nuptias, que en todas las Naciones del mundo fe refpeta y honra, mas antes la tienen por afrenta, y fe tien‚ por tan defdichadas, que ninguno las ha apetecido, como de los Indios del Peru lo dize Acofta... y affi las donzellas antes de cafarfe, llamaran al primero que toparan, para que las corrompieffe; costumbre infernal .....Defta coftumbre de la Gentilidad ha quedado hafta aora el abufo que tienen los Indios, de que no fe han de cafar menos que teniendo primero por algunos mefes trato malo con la que ha de deler fu muger, para faber por experiencia fi es a propofito para el matrimonio: eftas y otras coftumbres comunes entre Indios fe deven arrancar poco a poco,, para que eche hondas raizes en fus coracones la Fé limpia, de los abufos abominables de la Gentilidad, pero el zelofo Miniftro del Evangelio fevaya co mucho tiento, no lo ha de querer acabar todo en un día; que fer echar a perder la cofecha, y dar con todo el edificio en tierra... Algo fe ha de diffimular, y paffar en filencio,. haciendofe diferentamente defentendidos en las faltas de gente tan barbara, que no es poffible menos de que tengan muchas, porque con el ufo de muchos años, y con el exemplo de tantos convirtieron en naturaleza el vicio; que afi lo hazia San Aguftin, con gente de mas capacidad, y Chriftianos mas firmes que eftos indios". ( 16 )

Creo que conviene recalcar que antes que la idolatría se coloca a la sodomía y al bestialismo como vicios que combatir.

Lógicamente Kinsey vino al Perú-. Lo hizo a fines de 1954 y visitó la colección de huacos de don Rafael Larco Herrera, que en esa ‚poca estaba en la hacienda Chiclín. Ahí pudo observar centenares de huacos, considerándolos como el "mas franco y detallado documento de costumbres sexuales jamás dejado por ningún pueblo antiguo".

Aquí su comentario: "Quiero estudiarla (la colección), porque aquí tenemos una documentación completa, sobria y realista de la vida sexual de un pueblo sin las inhibiciones que inhiben la vida sexual del pueblo de los Estados Unidos.

Los Mochicas no fueron condicionados en sus hábitos y actitudes sexuales por las costumbres, principios y prejuicios cristianos, como estamos nosotros. Mi investigación entre esos huacos me dirá mas acerca de lo que es natural en el sexo, comparativamente, tanto como la investigación que llevo a cabo entre el hombre y la mujer Americanos" (3).

Cuidadosamente, recalcó que no sacaría conclusiones acerca de las costumbres tradicionales y maneras de actuar de los Mochicas, dado que sus estudios estaban centrados en la vida sexual de los norte americanos modernos.

La visita de Kinsey fue realizada junto con el Dr. Paul H.

Gebhard y el fotógrafo William Dellemback. A la muerte de Kinsey, Gebhard asumió la dirección del "Institute for Sex Research", a la vez que era Profesor de Antropología de la Universidad de Indiana. El estudio que hizo Gebhard de los huacos con motivos sexuales de las colecciones de Larco Hoyle, el Museo Nacional de Arqueología y Antropología, el Museo Prado y el Museo de Trujillo, la Colección Wassermann-San Blas y otras privadas, se basó en un total de unos 800 huacos de las culturas Vicus, Salinar, Gallinazo, Nazca, Maranga, Recuay, Moche, Tiahuanaco, Huaura, Huari, Ica, Lambayeque, Chancay, Chimú, Chimú-Ica e Inca. La versión traducida que hemos utilizado es la publicada por el Dr. Denegri ( 24).

De esos huacos, el mayor número de especimenes corresponde a la cultura Moche con 450, le sigue la Chimú con 111, Lambayeque con 37, Chimú-Ica con 27, Vicus y Recuay con una docena.

De las otras culturas estudió contadas muestras. Señaló que de la Inca no hay cerámica representacional y si geométrica, concluyendo que esa cultura era contraria a las representaciones sexuales.

En el estudio que Gebhard hace, resalta lógicamente el de Moche, cultura que sabemos comenzó a desarrollarse del año 300 a.C. al 700 d.C., época en la que Alejandro Magno conquista Persia y Egipto. Acababan de morir Platón y Sócrates y todavía enseñaba Aristóteles. Al mismo tiempo, los galos saqueaban Roma y se construía la Gran Muralla China. Termina la Moche poco después de la entrada de Mahoma en la historia, en la ‚poca de Carlomagno. Abarca lo que los arqueólogos llaman Periodo Intermedio Temprano y la mitad inferior del Horizonte Medio.

El 8% de los huacos de la cultura Moche corresponden a representaciones en que no hay actividad sexual manifiesta, como vasijas o artefactos que cumplen la función de cantimploras terminadas en glandes.

Gebhard clasifica como humorísticos a un 15% de los huacos que sirvieron para que se bebiese el líquido que contenían tenían que hacerlo por los órganos sexuales externos, especialmente por el pene. También hay un 4% de ceramios con penes enormes en general, que representan masturbación exclusivamente masculina. Nunca ha sido reconocida por ningún autor un huaco en que se represente una masturbación femenina. Uno se pregunta si es que también culturalmente, aquí, se hizo un escotoma del placer sexual femenino, como sucede corrientemente en muchas culturas.

En otro 8% están las representaciones en que se muestran genitales exagerados en tamaño y a predominio femenino.

Es interesante anotar que los mochicas hicieron un reconocimiento cuidadoso del clítoris, hecho que no es usual en otras culturas tanto locales como foráneas.

Existe un hecho que llama la atención. Es la presencia de personajes que unos llaman "cadáveres" los que por lo general representan a hombres que se masturban o manosean el órgano sexual de una mujer, o, no actúan cuando están en grupo de tres, no existiendo el de cuatro o más personas.

Tampoco encontró ceramios en que se representen caricias a las mamas, ni manuales ni bucales. Sí es curiosa la frecuencia de la caricia al mentón de la mujer por el hombre.

El 8% de las piezas estudiadas representan la felatio. Pero llama la atención que hasta ahora no se ha encontrado la representación del cunnilinguis en la cerámica del Antiguo Perú.

No es de extrañar que el coito heterosexual fuera el tema mas tratado por los ceramistas mochicas. Abarca el 39% de los huacos estudiados por Gebhard. Le llama la atención el escaso número de posturas para ejecutar el coito, estas son ocho, en las cuales no se representan por lo general más de dos personas.

En los casos en que hay un tercer personaje, ese parece que duerme y es una criatura, la que a veces mama normalmente de la madre. Estos representan la cuarta parte de este tipo de huacos. No encontró coitos de pie, ni sentados. La mujer está generalmente desnuda y el hombre con vestimenta. No hay besos ni caricias.

Los coitos son entre seres vivos y, en sólo dos casos, se representa al "hombre cadáver".

En suma el coito en estos casos, es esencialmente genital, sin manifestaciones faciales placenteras o de excitación, lo que no sucede en las representaciones de la masturbación,

En el 21% el coito es anal, lo cual algunos explican como medida anticoncepcional.

Gebhard y otros autores, se refieren a que hay sólo dos ceramios entre los cientos de estudiados en que se representa la homosexualidad masculina. La femenina, no se encontró.

Encuentra sólo un caso de relación sexual de una mujer con un ave, que por el tema recuerda a Leda y el cisne, que como se sabe fu‚ tratado por Leonardo y otros artistas. Otro huaco que está en el Museo de Arte de Chicago representa a una mujer con un perro. Este caso Larco Hoyle lo discute y para él representa a una mujer atacada y derribada por el perro.

En cambio hay una gran cantidad de huacos de coitos entre animales, 27% son entre cuadrúpedos: Llamas y roedores, un 19% entre sapos y criaturas que clasifica como mitológicas.

Entre estas representaciones hay autofelaciones en las que el personaje tiene un pene enorme.

La cultura Chimú dice Gebhard, "recogió la antigua tradición erótica de los mochicas", y en menor cuantía las de Huaura y Lambayeque.

En la Chimú, en un 50% se trata de coitos heterosexuales, en que la mujer está en actitud pasiva, sin la representación de cadáveres.

Después de la conquista Inca todavía quedan rezagos de estas representaciones sexuales, para durante el imperio incaico desaparecer, posiblemente porque no quisieron recibir influencias de los vencidos.

En el resto de las culturas, en las que Gebhard encuentra representaciones sexuales, en una buena parte, sólo se trata de desnudos o coitos, cuya descripción detallada creo que sobrepasaría los alcances de este artículo.

Por todo lo expuesto puede concluirse que por ahora es casi imposible tener una idea precisa del comportamiento sexual del antiguo habitante de lo que hoy es el Perú. Hace falta un estudio integral del tema, ya que no se trata simplemente de describir con palabras lo que se puede ver en los huacos mismos.


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