miércoles, 12 de enero de 2011

ALZHEIMER

La edad y los antecedentes familiares son factores de riesgo para el mal de Alzheimer.
  • A medida que uno envejece, el riesgo de desarrollar el mal de Alzheimer aumenta. Sin embargo, desarrollar esta enfermedad no es parte del envejecimiento normal.
  • Tener un pariente consanguíneo cercano, como un hermano, hermana o padre que desarrolló la enfermedad aumenta el riesgo.
  • Tener cierta combinación de genes para proteínas que parecen ser anormales en el mal de Alzheimer incrementa el riesgo.
Otros factores de riesgo que no están bien comprobados abarcan:
  • Presión arterial alta por mucho tiempo
  • Antecedentes de traumatismo craneal
  • Pertenecer al género femenino
Existen dos tipos de mal de Alzheimer: de aparición temprana y de aparición tardía.
  • En el mal de Alzheimer de aparición temprana, los síntomas aparecen primero antes de los 60 años y es mucho menos común que el de aparición tardía; sin embargo, tiende a progresar rápidamente. La enfermedad de aparición temprana puede ser hereditaria y ya se han identificado varios genes.
  • El mal de Alzheimer de aparición tardía, la forma más común de la enfermedad, se desarrolla en personas de 60 años en adelante. Esta forma de la enfermedad puede ser hereditaria en algunas familias, pero el papel de los genes es menos claro.
La causa del mal de Alzheimer no se conoce por completo, pero se cree que abarca tanto factores genéticos como ambientales. El diagnóstico de esta enfermedad se hace cuando ciertos síntomas están presentes y verificando que no haya otras causas de demencia.
La única forma de saber con certeza que alguien sufrió el mal de Alzheimer es examinar una muestra de tejido cerebral después de la muerte. Los siguientes cambios son más comunes en el tejido cerebral de personas con Alzheimer:
  • “Nudos neurofibrilares” (fragmentos enrollados de proteína dentro de las neuronas que las obstruyen).
  • “Placas neuríticas” (aglomeraciones anormales de células nerviosas muertas y que están muriendo, otras células cerebrales y proteína).
  • “Placas seniles” (áreas donde se han acumulado productos de neuronas muertas alrededor de proteínas).
Enfermedad de Alzheimer
Mire éste video sobre:
Enfermedad de Alzheimer
Cuando las células nerviosas (neuronas) se destruyen, hay una disminución en los químicos que ayudan a dichas células a enviar mensajes entre sí (llamados neurotransmisores). Como resultado, se desconectan áreas del cerebro que normalmente trabajan juntas.
Ya no se cree que la acumulación de aluminio, plomo, mercurio y otras sustancias en el cerebro sea una causa del mal de Alzheimer.

Síntomas

Los síntomas de demencia abarcan dificultad con muchas áreas de la función mental, incluyendo:
  • El lenguaje
  • La memoria
  • La percepción
  • El comportamiento emocional o la personalidad
  • Las habilidades cognitivas (como el cálculo, pensamiento abstracto o la capacidad de discernimiento)
La demencia aparece primero generalmente como olvido.
El deterioro cognitivo leve (DCL) es la fase entre el olvido normal debido al envejecimiento y el desarrollo del mal de Alzheimer. Las personas con deterioro cognitivo leve tienen ligeros problemas con el pensamiento y la memoria que no interfieren con las actividades cotidianas y, con frecuencia, son conscientes del olvido. No todas las personas con deterioro cognitivo leve desarrollan mal de Alzheimer.
Los síntomas del deterioro cognitivo leve abarcan:
  • Olvidar hechos o conversaciones recientes
  • Dificultad para realizar más de una tarea a la vez
  • Dificultad para resolver problemas
  • Tardar más tiempo para llevar a cabo actividades mentales más difíciles
Los síntomas tempranos del mal de Alzheimer pueden abarcar:
  • Problemas del lenguaje, como tener dificultad para encontrar el nombre de objetos familiares
  • Extraviar artículos
  • Perderse en rutas familiares
  • Cambios de personalidad y pérdida de habilidades sociales
  • Perder interés en cosas que previamente disfrutaba, estado anímico indiferente
  • Dificultad para realizar tareas que exigen pensar un poco, pero que solían ser fáciles, tales como llevar el saldo de la chequera, participar en juegos (como bridge) y aprender nueva información o rutinas
A medida que el mal de Alzheimer empeora, los síntomas son más obvios e interfieren con la capacidad para cuidar de sí mismo. Los síntomas pueden abarcar:
  • Olvidar detalles acerca de eventos corrientes
  • Olvidar eventos en la historia de su propia vida, perder la noción de quién es
  • Cambio en los patrones de sueño, despertarse con frecuencia por la noche
  • Mayor dificultad para leer o escribir
  • Deficiente capacidad de discernimiento y pérdida de la capacidad para reconocer el peligro
  • Uso de palabras erróneas, no pronunciar las palabras correctamente, hablar con frases confusas
  • Retraerse del contacto social
  • Tener alucinaciones, discusiones, comportamiento violento y dar golpes
  • Tener delirios, depresión, agitación
  • Dificultad para realizar tareas básicas, como preparar las comidas, escoger la ropa apropiada o conducir
Las personas con mal de Alzheimer severo ya no pueden:
  • Entender el lenguaje
  • Reconocer a los miembros de la familia
  • Llevar a cabo actividades básicas de la vida diaria, como comer, vestirse y bañarse
Otros síntomas que pueden ocurrir con el mal de Alzheimer:

Pruebas y exámenes

El mal de Alzheimer se puede diagnosticar con frecuencia a través de una historia clínica y un examen físico por parte de un médico o enfermera experimentados. Un médico elaborará una historia clínica, hará un examen físico (incluyendo un examen neurológico) y llevará a cabo un examen del estado mental.
Se pueden ordenar exámenes para ayudar a determinar si otros problemas médicos pueden estar causando la demencia o empeorándola. Estas afecciones abarcan:
La tomografía computarizada (TC) o la resonancia magnética (RM) del cerebro se pueden hacer para buscar otras causas de demencia, como tumor cerebral o accidente cerebrovascular.
  • En las etapas tempranas de la demencia, la imagen cerebral en las gammagrafías puede ser normal. En etapas posteriores, una resonancia magnética puede mostrar una disminución en el tamaño de diferentes áreas del cerebro.
  • Aunque estos exámenes no confirman el diagnóstico de Alzheimer, sí excluyen otras causas de demencia (como accidentes cerebrovasculares y tumor).

Tratamiento

Infortunadamente, no existe cura para la enfermedad de Alzheimer. Los objetivos del tratamiento son:
  • Disminuir el progreso de la enfermedad (aunque esto es difícil de hacer)
  • Manejar los problemas de comportamiento, confusión, problemas del sueño y agitación
  • Modificar el ambiente del hogar
  • Apoyar a los miembros de la familia y otros cuidadores
Los tratamientos más prometedores abarcan cambios en el estilo de vida, medicamentos y suplementos antioxidantes como ginkgo biloba y vitamina E.
TRATAMIENTO FARMACOLÓGICO:
La mayoría de los fármacos empleados para tratar el mal de Alzheimer apuntan a retardar la tasa a la cual los síntomas empeoran. El beneficio de estos fármaco con frecuencia es pequeño y los pacientes y sus familias no siempre pueden notar mucho cambio.
Los pacientes y cuidadores deben hacerles a sus médicos las siguientes preguntas acerca de si usar estos fármacos y cuándo:
¿Cuáles son los efectos secundarios potenciales del medicamento y vale la pena el riesgo, dado que probablemente habrá sólo un pequeño cambio en el comportamiento o el desempeño? ¿Cuándo es el mejor momento, si lo hay, para usar estos fármacos en el curso del mal de Alzheimer?
Dos tipos de medicamentos están disponibles:
  • Donepezil (Aricept), rivastigmina (Exelon) y galantamina (Razadyne, antiguamente llamado Reminyl) que afectan el nivel de un químico en el cerebro llamado acetilcolina. Los efectos secundarios abarcan indigestión, diarrea, inapetencia, náuseas, vómitos, calambres musculares y fatiga.
  • La memantina (Namenda) es otro tipo de fármaco aprobado para el tratamiento del mal de Alzheimer. Los efectos secundarios abarcan agitación o ansiedad.
Se pueden requerir otros medicamentos para controlar comportamientos agresivos, agitados o peligrosos, los cuales usualmente se administran en dosis muy bajas.
Puede ser necesario suspender medicamentos que empeoran la confusión, como analgésicos, cimetidina, depresores del sistema nervioso, antihistamínicos, pastillas para dormir y otros. Sin embargo, los medicamentos nunca se deben cambiar o suspender sin hablar con el médico.

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