Ofrecer huevos en Pascua es una tradición que se remonta a varios siglos atrás. Según algunas fuentes la costumbre de regalar huevos en Pascua tiene su origen en el siglo IV.
En
aquella época la Iglesia no aconsejaba el consumo de huevos durante la
Cuaresma. Sin embargo, las gallinas seguían poniendo huevos, ajenas a
preceptos ni normas religiosas. Tirar los huevos hubiera sido un pecado.
De tal forma, que no quedaba más remedio que guardarlos. En unas
semanas se conseguía una sobreabundancia de huevos a los que había que
dar salida.
El
domingo de Resurrección, primer día en el que este precepto ya no rige,
se convertía en la fecha señalada, y qué mejor que compartir o regalar
los huevos que no se habían consumido durante la Cuaresma. De esta
forma, fue naciendo una costumbre.
Ofrecer
una cesta de huevos frescos era sin duda un magnífico detalle, pero si
además los huevos se coloreaban o se pintaban se convertían en un
auténtico regalo.
En
el siglo XII la Iglesia bendecirá la costumbre de regalar huevos como
símbolo de resurrección a la salida de la misa de Pascua. Una costumbre
que se ha mantenido hasta no hace mucho, especialmente en las zonas
rurales, donde abuelos y padrinos entregan a los ahijados panecillos con
dos huevos que se llevaban a bendecir.
El huevo, símbolo de vida, fecundidad y renovación
Sea
como fuere, el huevo tiene una gran importancia como símbolo de la
Pascua que coincide con el inicio de la primavera, lo cual no es
casualidad. En primavera, la naturaleza sale de su letargo, iniciándose
un nuevo ciclo vegetal. Es el despertar a la vida. Si esto lo
trasladamos al terreno espiritual, la Pascua representa una nueva vida
que culmina con la resurrección. Teniendo en cuenta que el huevo desde
siempre ha simbolizado la fecundidad, la vida y la renovación, la
asociación Pascua, Primavera y Huevo, no puede ser más exacta.
Otras
fuentes afirman que el huevo simboliza los cuatro elementos de la vida.
La cáscara representa la tierra; la membrana, el aire; la clara, el
agua; y la yema, el fuego.
Los huevos en chocolate y el conejo de Pascua
A
partir del siglo XVIII, cuando la industria chocolatera consigue
avances importantes en el manejo y tratamiento del chocolate, se empieza
a vaciar los huevos frescos y a rellenarlos de chocolate. Más tarde
llegaron otras formas: conchas, campanas, carruajes... copiando figuras
de la escuela austriaca, con sus colores y formas.
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