Muchas personas piensan que el ser vegetariano es difícil y prefieren descartar la dieta vegetariana por la dificultad de adaptación, pero déjame decirte que el cambio a una dieta vegetariana es más fácil de lo que puedas pensar.
Para empezar una dieta vegetariana lo que debes hacer es lo siguiente: en primer lugar, piensa en tres comidas vegetarianas que ya te gustan. Las más comunes son verduras fritas al estilo chino, sopa de verduras, o pasta primavera. En segundo lugar, piensa en tres recetas que preparas habitualmente que puedan ser adaptadas con facilidad a un menú vegetariano. Por ejemplo, una receta favorita de chile puede ser elaborada con los mismos ingredientes; tan sólo sustituye la carne por alubias o proteína vegetal texturizada. Prepara burritos de alubias (usando alubias refritas vegetarianas enlatadas) en lugar de burritos de carne. Muchas sopas, guisos y estofados pueden ser convertidos en platos vegetarianos con pocos cambios sencillos. Finalmente, revisa algunos libros de cocina vegetariana de la biblioteca y experimenta con las recetas durante una semana o así, hasta que encuentres tres de ellas que sean deliciosas y fáciles de preparar. De esa forma, con mínimos cambios en tus menús, dispondrás de nueve cenas vegetarianas.
Todos somos diferentes, y lo que para unos es sencillo a otros le cuesta una enormidad. Por esta razón, proponemos tres maneras diferentes de dar el primer paso:
Cambio gradual. Mucha gente prefiere ir dejando la carne poco a poco hasta que descubren que llevan mucho tiempo sin consumirla y se han acostumbrado. Conforme pasa el tiempo te vas haciendo más seguro de qué cocinar, qué responder, cómo comer. Tus nuevos hábitos alimenticios se van fortaleciendo. Has tenido tiempo suficiente para construir una base sólida que refuerce tus convicciones. Este tipo de enfoque se va adaptando a tus rutinas. Si tienes problemas para adaptarte a cambios bruscos, este estilo funcionará bien contigo y cuando menos te lo esperes ya será parte de tus rutinas habituales.
Frente al cambio de un día para otro, este enfoque tiene algunas desventajas a tomar en cuenta: Te puedes quedar atorado en alguna parte del proceso y nunca hacer el cambio a la dieta vegetariana. Mucha gente decide dejar de comer mamíferos, pero sigue comiendo aves y peces, o dejan también las aves pero continúan comiendo peces. También puede suceder que cambian el hábito de comer animales por el de comer grandes cantidades de huevo y queso y se extrañan de que sus niveles de colesterol no disminuyan. Hay que tener un plan para que esto no suceda. Siempre crees que no es el mejor momento para empezar. Te lo has propuesto desde hace mucho pero retrasas la toma de decisión definitiva. Si ya estás convencido de que es lo que realmente quieres hacer, ponte una fecha y comienza a dar pequeños pasos para alcanzar tu meta. No hay pero que valga.Cuando decides hacerte vegetariano hay algunos temas que debes dominar:
Para empezar una dieta vegetariana lo que debes hacer es lo siguiente: en primer lugar, piensa en tres comidas vegetarianas que ya te gustan. Las más comunes son verduras fritas al estilo chino, sopa de verduras, o pasta primavera. En segundo lugar, piensa en tres recetas que preparas habitualmente que puedan ser adaptadas con facilidad a un menú vegetariano. Por ejemplo, una receta favorita de chile puede ser elaborada con los mismos ingredientes; tan sólo sustituye la carne por alubias o proteína vegetal texturizada. Prepara burritos de alubias (usando alubias refritas vegetarianas enlatadas) en lugar de burritos de carne. Muchas sopas, guisos y estofados pueden ser convertidos en platos vegetarianos con pocos cambios sencillos. Finalmente, revisa algunos libros de cocina vegetariana de la biblioteca y experimenta con las recetas durante una semana o así, hasta que encuentres tres de ellas que sean deliciosas y fáciles de preparar. De esa forma, con mínimos cambios en tus menús, dispondrás de nueve cenas vegetarianas.
Todos somos diferentes, y lo que para unos es sencillo a otros le cuesta una enormidad. Por esta razón, proponemos tres maneras diferentes de dar el primer paso:
Cambio gradual. Mucha gente prefiere ir dejando la carne poco a poco hasta que descubren que llevan mucho tiempo sin consumirla y se han acostumbrado. Conforme pasa el tiempo te vas haciendo más seguro de qué cocinar, qué responder, cómo comer. Tus nuevos hábitos alimenticios se van fortaleciendo. Has tenido tiempo suficiente para construir una base sólida que refuerce tus convicciones. Este tipo de enfoque se va adaptando a tus rutinas. Si tienes problemas para adaptarte a cambios bruscos, este estilo funcionará bien contigo y cuando menos te lo esperes ya será parte de tus rutinas habituales.
Frente al cambio de un día para otro, este enfoque tiene algunas desventajas a tomar en cuenta: Te puedes quedar atorado en alguna parte del proceso y nunca hacer el cambio a la dieta vegetariana. Mucha gente decide dejar de comer mamíferos, pero sigue comiendo aves y peces, o dejan también las aves pero continúan comiendo peces. También puede suceder que cambian el hábito de comer animales por el de comer grandes cantidades de huevo y queso y se extrañan de que sus niveles de colesterol no disminuyan. Hay que tener un plan para que esto no suceda. Siempre crees que no es el mejor momento para empezar. Te lo has propuesto desde hace mucho pero retrasas la toma de decisión definitiva. Si ya estás convencido de que es lo que realmente quieres hacer, ponte una fecha y comienza a dar pequeños pasos para alcanzar tu meta. No hay pero que valga.Cuando decides hacerte vegetariano hay algunos temas que debes dominar:
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