martes, 13 de marzo de 2012

VIDA DESPUES DE LA MUERTE

La historia de Pam se difundió hace algunos años a través de un programa documental de un canal de televisión de cable.
Fue un hecho notable cuyo valor principal reside en que se pudo controlar todo el proceso bajo condiciones médicas de monitoreo, muy rigurosas.
Se sabe que hay muchas personas que han sobrevivido luego de permanecer algún tiempo sin vida. Es decir, sin respirar y sin actividad cerebral alguna.
Luego de esta experiencia, algunos de ellos, han referido haber visto su cuerpo desde arriba, escuchar todo lo que ocurre a su alrededor y percibir una sensación altamente placentera de plenitud paz y felicidad.
Otros dicen haber visto un túnel que eventualmente se sienten impulsados a recorrer para encontrarse con seres espirituales o con familiares ya fallecidos que los esperan.
Los que han vuelto, lo han hecho porque no era su hora y aunque el deseo de quedarse allí suele ser intenso, esas entidades los convencen de volver a su cuerpo.
Pam era una mujer sana, que de improviso se le diagnosticó un aneurisma cerebral muy profundo aparentemente inoperable.
Tuvo que trasladarse a otro país, donde localizó a un cirujano que se atrevía a hacer ese tipo de operaciones con algún grado de esperanza.
En la sala de operaciones, Pam fue anestesiada, sus ojos y sus oídos fueron tapados y su cuerpo fue enfriado a muy baja temperatura para evitar daños cerebrales. Debían provocar su muerte clínica, hacer que su respiración cesara y mantener su cerebro sin actividad alguna por dos horas a fin de poder llegar hasta el aneurisma.
Para acceder hasta ese lugar, los médicos utilizaron un instrumento eléctrico para perforar el hueso del cráneo.
Lo primero que escuchó Pam fue ese sonido, a pesar de estar profundamente anestesiada y luego se vio a si misma sentada sobre los hombros del cirujano observando la escena.
Sentía una paz absoluta y un bienestar indescriptible mientras miraba con curiosidad a los médicos y a los instrumentos; e inclusive podía escuchar sus diálogos cuando en un momento dado hubo que realizar un cambio de estrategia.
Posteriormente vio una luz y se sintió impulsada a ir hacia ella. Pudo ver un grupo de personas y escuchó que su abuela la llamaba. Reconoció a un tío suyo que había fallecido joven que le había enseñado a tocar la guitarra siendo niña.
Esas personas, algunas desconocidas, le recordaron que tenía que volver, pero ella se resistía a abandonar ese lugar tan placentero.
Les preguntó si la luz era Dios y le dijeron que no, que la luz se produce cuando Dios respira.
Su tío le dijo que la ayudaría a regresar, y cuando se encontró nuevamente en la sala de operaciones, con un leve empujón la obligó a volver a su cuerpo.
La operación de Pam fue un éxito. Los médicos escucharon con atención su experiencia durante la intervención y pudieron comprobar que las minuciosas descripciones de esta paciente sobre la disposición del quirófano, la forma de los instrumentos que se utilizaron, dónde estaban guardados, y el diálogo mantenido entre ellos coincidía plenamente con la realidad, a pesar de no haber estado consciente en ningún momento.
Su vida a partir de ese momento cambió, ahora vive intensamente cada minuto de su existencia sin miedo, desinteresada de los bienes materiales y bendice su enfermedad, que le brindó la oportunidad de ver más allá de la vida.
Algunos investigadores, especialistas en anestesia, en colaboración con el físico matemático Penrose, explican este fenómeno desde la física cuántica.
El cerebro, a nivel de los microtúbulos de las neuronas, se conducen como los microchips de las terminales de una computadora, procesando información relacionada con el todo. Si cesa la vida, la información no se pierde, se expande hacia el entrelazamiento de otros campos cuánticos.
Cada persona pertenece a un campo relacionado con el todo. Por ejemplo, si sufre una amputación, el campo del miembro faltante permanece intacto, y una prueba de ello son los dolores fantasmas de miembros que han sido removidos y que permanecen como si estuvieran todavía.
Cuando una persona muere queda el campo, que es más que el cuerpo, es mente y es conciencia.

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