viernes, 25 de noviembre de 2011

DEPRESIÓN


¿Es normal sufrir depresión o ansiedad durante el embarazo?

El embarazo generalmente se presenta como una etapa en la que las mujeres están rebosantes de alegría por estar esperando un bebé. Esto es especialmente cierto en nuestra cultura, en la que valoramos muchísimo la maternidad. Sin embargo, no todas las mujeres viven los embarazos llenas de felicidad, y no porque sean malas mamás, sino porque los cambios hormonales que ocurren durante este periodo pueden provocar una depresión . Al menos una de cada diez mujeres sufre problemas de depresión durante el embarazo.


Durante muchos años los expertos han creído, de forma equivocada, que las las hormonas del embarazo  protegían a las mujeres de las depresiones. Se pensaba que era después de tener al bebé, una vez que los niveles hormonales descendían, cuando las mujeres estaban más expuestas a la depresión. Ahora, sin embargo, se cree que el rápido incremento de los niveles hormonales que se da al inicio del embarazo puede variar la química del cerebro y conducir a la depresión.


Los cambios hormonales también pueden hacer que te sientas angustiada y más ansiosa de lo normal. La ansiedad o la angustia son condiciones que se pueden tratar, y que se deben tratar durante el embarazo.


A menudo, la depresión y la ansiedad no se diagnostican porque muchas mujeres no les dan importancia a sus sentimientos: piensan que se deben a los cambios de humor  temporales que acompañan el embarazo. Sin embargo, es importante que tu doctor sepa cómo te sientes. La salud emocional es tan importante como la salud física y, de hecho, tu salud emocional puede afectar a tu salud física.


Las investigaciones muestran, por ejemplo, que la depresión y la ansiedad pueden incrementar el riesgo de tener un bebe prematuro. Si los síntomas de la depresión no se tratan, esto puede poner en peligro tu capacidad para cuidar de ti misma y de tu bebé.

¿Cómo puedo saber si corro el riesgo de tener depresión o ansiedad durante el embarazo?

Algunos factores comunes de riesgo son:


Historia personal o familiar de depresión o ansiedad. Si en el pasado has tenido problemas de depresión o de ansiedad extrema (o si en tu familia hay personas que sufren de depresión), existen más posibilidades de que te deprimas durante el embarazo. Aunque nunca hayas experimentado una depresión o un problema serio de ansiedad, es posible que estés más susceptible a estos problemas ahora, si has tenido tendencia a sentirte angustiada, ansiosa o triste en determinados momentos.


Haber perdido un bebé previamente. Si en el pasado has perdido un bebé, es muy normal que ahora estés preocupada por lo que ocurrirá. Y si la pérdida ha sido reciente, o si has tenido abortos espontáneos varias veces durante el año pasado, quizás todavía no hayas tenido tiempo de recuperarte emocional o físicamente. Además, si tienes problemas de salud, estarás más vulnerable a la depresión y a la ansiedad.


Dificultades en tu relación de pareja. Si te encuentras en una relación de pareja difícil, y hablar con tu esposo no te está ayudando, éste es un buen momento para ir a un psicólogo o a un consejero de parejas. No pienses que la llegada del bebé lo va a arreglar todo. En realidad, los recién nacidos añaden tensión a la relación. Por eso es importante que no dejes para más adelante el pedir ayuda, especialmente si estás siendo víctima de violencia doméstica.


Problemas con el embarazo. Un embarazo complicado o de alto riesgo, puede tener un impacto emocional, particularmente si estás teniendo que pasar por semanas de reposo en cama o numerosas pruebas genéticas. (Las mujeres que van a tener gemelos, generalmente están en esta categoría.) Puede ser duro tener que pasar por procedimientos complicados, y eso se combina con el miedo acerca de si tu bebé estará bien. De la misma forma, no poder trabajar o cumplir con otras cosas que estás acostumbrada a hacer, hace que sea más difícil mantener el equilibrio emocional. Pero si tomas ahora los pasos adecuados, reducirás el riesgo de tener problemas después del nacimiento y podrás disfrutar más del bebé que tanto te ha costado traer al mundo.


Eventos estresantes en tu vida. ¿Problemas financieros? ¿Te estás mudando? ¿Has cambiado de trabajo? ¿Planeas quedarte en la casa después de haber estado años trabajando? Cualquier preocupación de este tipo, así como haber roto una relación, la muerte de un familiar o amigo cercano o la pérdida de un trabajo, puede hacer que te sientas muy mal emocionalmente.


Historia pasada de abusos. Las mujeres que han sobrevivido abusos emocionales, sexuales, físicos o verbales, pueden tener una baja autoestima y la sensación de estar desamparadas o aisladas. Estos sentimientos pueden contribuir a aumentar el riesgo de sufrir depresión. El embarazo, además, puede traer malos recuerdos de abusos pasados, porque la falta de control sobre los cambios por los que está pasando tu cuerpo puede recordarte la falta de control que experimentaste cuando sufriste el abuso.


Tratamientos de fertilidad. Si tuviste problemas para quedar embarazada, es posible que hayas sufrido mucho estrés. Y si has pasado por varios tratamientos de fertilidad, quizás todavía sientas los efectos emocionales de esos meses, o incluso años, de tratamientos en los que tratabas de quedar encinta. Además, ahora que finalmente lo estás, es común tener mucho miedo a perder lo que tanto te ha costado concebir. Todas estas cosas pueden hacer que tengas más tendencia a la depresión.


Otros factores de riesgo. Si eres joven, y estás soltera, o si el embarazo no estaba planeado, el riesgo de tener una depresión también es más grande.

¿Cuáles son los síntomas de la depresión?

Algunos de los síntomas que verás abajo, como fatiga o problemas para conciliar el sueño, son comunes entre las mujeres saludables durante el embarazo. Pero cuando se combinan con un sentimiento de tristeza o desesperanza, o si interfieren con tu habilidad para funcionar, es probable que la depresión tenga algo que ver.


Si no te sientes capaz de hacerte cargo de tus responsabilidades diarias, o piensas a veces en la posibilidad de hacerte daño a ti misma, debes llamar inmediatamente a tu doctor o comadrona , para que te refieran a un consejero profesional o psicólogo. Ver a un psicólogo o a un psiquiatra no quiere decir que estés loca, ni es una indicación de debilidad. Al revés, es una forma muy inteligente de tomar los pasos necesarios para cuidar de tu salud y tu seguridad, y las de tu bebé.


En ocasiones las mujeres latinas decimos que estamos mal de los "nervios" para explicar nuestros bajones emocionales, y después no tratamos estos "nervios" de la forma adecuada. En nuestra cultura los trastornos psicológicos no suelen entenderse muy bien y a veces las personas que nos rodean no nos dan la comprensión que necesitamos, especialmente cuando se supone que estamos en una de las etapas más felices de nuestra vida. Pero es muy importante que tomes en serio esos "nervios" y recibas el tratamiento adecuado si resultan ser depresión.


Si has experimentado tres o más de los siguientes síntomas durante más de dos semanas, habla con tu doctor acerca de si debes ver a un psicólogo:


• Una sensación de que nada es ya divertido ni agradable


• Sentirte triste, o "vacía" durante la mayor parte del día, todos los días


• Dificultad para concentrarte


• Irritabilidad extrema o agitación, o llanto excesivo


• Dificultad para dormir, o estar durmiendo todo el tiempo


• Fatiga extrema o que nunca se acaba


• Un deseo de comer todo el tiempo o de no querer comer para nada


• Sentimientos de culpa por sentirte inadecuada o pensar que no vales nada, o sentimientos de desesperanza


Finalmente, los cambios de humor exagerados, con ciclos de depresión que alternan con periodos de felicidad extrema, acompañada de un aumento en la actividad, poca necesidad de dormir o comer, pensamientos rápidos, comportamiento social inadecuado o poco sentido común, pueden indicar la presencia de un trastorno serio llamado "desorden bipolar", que requiere atención inmediata. Llama a tu doctor si tienes cualquiera de estos síntomas.

¿Cuáles son los síntomas de la ansiedad?

Llama a tu doctor para obtener una referencia para ver a un psicólogo, si te sientes abrumada y nerviosa todos los días o si estás teniendo:


• Ataques de pánico. Éstos pueden venir sin ningún aviso e incluyen: latidos muy rápidos del corazón, mareos o desorientación, palmas de las manos sudorosas, falta de aliento y sentir que estás a punto de tener un ataque al corazón o de desmayarte.


• Preocupación frecuente y recurrente acerca de la salud de tu bebé o una sensación frecuente de que algo terrible está a punto de pasar.

¿Cómo se tratan la depresión y la ansiedad durante el embarazo?

La psicoterapia y la medicación antidepresiva son medios adecuados para tratar estas situaciones durante el embarazo. Pídele a tu doctor que te dé una referencia para ver a un psicólogo o a un psiquiatra, o pide a tu compañía de seguros una lista de los profesionales en el tratamiento de la salud mental que hay en tu área. No intentes tratarte a ti misma tomando remedios caseros como la hierba de San Juan. No se sabe si estos remedios son seguros durante el embarazo y no son buenos sustitutos de la ayuda profesional.

¿Cómo puedo ayudar a prevenir la depresión y la ansiedad durante el embarazo?

La depresión y la ansiedad son problemas bioquímicos, y por ello es posible que no puedas evitarlos completamente si tienes tendencia a sufrirlas. Pero si cuidas de ti misma emocionalmente, los síntomas pueden ser más llevaderos.


Tómate las cosas con calma. Resiste el deseo de hacerte cargo de todas las tareas que puedas antes de que el bebé llegue. Es posible que pienses que necesitas tener listo el cuarto del bebé, limpiar la casa, o trabajar todo lo que puedas antes de tomarte la baja por maternidad, pero no es así. Arriba de toda la lista de cosas que tienes que hacer ponte a ti misma. Las mujeres latinas tenemos tendencia a hacernos cargo de todo y de todos. Somos el motor de nuestra familia. Sin embargo éste es un momento en que debes tomarte las cosas con más calma. No sólo es tu salud, sino también la de tu bebé la que debes proteger. Por eso, lee un libro, desayuna en la cama, o da un paseo tranquilo y agradable. Escoge algo que te haga sentir bien. Cuidar de ti misma es una parte esencial del cuidado de tu bebé.


Siéntete cerca de tu pareja. Asegúrate de pasar todo el tiempo que puedas con tu esposo y de nutrir la relación. Tómense unas vacaciones si pueden. Haz lo que sea necesario para fortalecer la conexión, para que cuando llegue el bebé, ese lazo de unión siga presente.


Habla de todo. Habla de tus miedos y preocupaciones acerca del futuro con tu pareja, tu familia y tus amigos.


Controla el estrés. No dejes que la frustración vaya creciendo en tu vida. Encuentra formas de cuidar de ti misma emocionalmente. Tómate descansitos, duerme mucho, haz un poco de ejercicio y come bien. Si ves que la ansiedad está aumentando, intenta tomar una clase de yoga para el embarazo, medita o lleva a cabo cualquier práctica espiritual que te haga sentir bien.

¿Qué puedo hacer para no caer en una depresión posparto?

Alrededor de la mitad de las mujeres que sufren de depresión durante el embarazo, desarrollan después depresión posparto , pero el hecho de que la depresión se trate durante el embarazo, reduce mucho las posibilidades de tener después depresión posparto. Éstas son algunas otras cosas que puedes hacer:


• Acostúmbrate a cuidar de ti misma ahora, para que llegue a ser una parte de tu rutina. Planea periodos de descanso y ratitos donde puedas concentrarte solo en ti después del nacimiento del bebé.


• Habla con tu pareja acerca de cómo te puede ayudar con las tareas del hogar y de cómo van a cuidar uno del otro, además de cuidar del bebé.


• Crea una red de apoyo ahora (una red de familiares, amigos, tu esposo, tu doctor o tu psicólogo) para que todo esté listo cuando llegue el pequeño.


• Consigue a alguien que te ayude después del parto con las tareas domésticas y el cuidado del bebé para que puedas tener tiempo de bañarte, tomar una siesta o dar un paseo.

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