Contenido:
1. Cómo evitar el proceso de envejecimiento
Alimentarse y nutrirse correctamente es algo esencial en todas las edades del ciclo vital, aunque cada etapa es diferente en los requerimientos específicos. En la madurez, las recomendaciones dietéticas se centran en aumentar los alimentos con mayor capacidad de retrasar el envejecimiento y de prevenir enfermedades. Aunque no podemos hacer nada por detener nuestro “reloj biológico” de nuestras células, si existen al menos tres formas de luchar contra los radicales libres, la otra causa importante de envejecimiento precoz y de enfermedad.
A. Favorecer los procesos depurativos.
De esta forma, se eliminan los radicales libres formados como resultado de la propia actividad del organismo o procedentes de la contaminación externa. Para conseguirlo hay que ayudar al organismo a llevar a cabo sus propios procesos de limpieza:
Tomar suficiente líquido para producir más orina (agua, frescos, caldos, infusiones, etc.), y de frutas y hortalizas, la mayor parte de la cuáles son diuréticas.
Respirar correctamente.
Evitar el estreñimiento, al incluir alimentos integrales y vegetales por su riqueza en fibra y una buena hidratación.
Realizar ejercicio físico regular y personalizado, para sudar y eliminar toxinas.
B. Evitar tanto como sea posible la contaminación por sustancias tóxicas como el tabaco, el alcohol u otras drogas.
C. Consumir alimentos ricos en antioxidantes.
Los alimentos vegetales, especialmente las frutas y las verduras, proporcionan ciertas sustancias que neutralizan la acción oxidante de los radicales libres. 2. Recomendaciones dietéticas
La dieta a partir de esta edad, cuando no existen enfermedades asociadas, se limita a una alimentación equilibrada de acuerdo a los requerimientos personales, teniendo en cuenta ciertos matices:
A la hora de comer, distinga entre hambre y apetito. Muchas veces no tenemos necesidad de comer específicamente, si no un deseo de comer algo específico (un antojo por ejemplo), al confundir esta sensación con el hambre, el consumo calórico será mayor al que realmente necesitamos por lo que podremos aumentar de peso.
Comer despacio, de manera relajada y tomándose el tiempo que sea necesario, como mínimo 30 minutos. En caso de estar preocupado, ansioso, es mejor tomarse unos minutos para reposar, respirar profundamente y relajarse antes de empezar a comer. Recuerde comer sentado en la mesa, de un modo tranquilo.
Fraccione la alimentación en varias tomas, como mínimo tres comidas principales (desayuno, comida y cena) y respete los horarios de las comidas, sin saltarse ninguna comida.
Planifique los menús con antelación para poder prepararlos adecuadamente.
Mastique bien los alimentos, ya que la digestión de muchos de ellos (cereales, patatas y legumbres) comienza en la boca. De esta forma se aprovecha más su valor nutritivo y la digestión será mejor.
Los alimentos ricos en hidratos de carbono complejos (cereales, legumbres y patatas) deben constituir la base de la alimentación siempre y cuando se ajusten las cantidades a las necesidades energéticas personales.
Para evitar obesidad reduzca al máximo el consumo dulces y postres por su alto contenido de azúcares simples y calorías; sobre todo en caso diabetes o alteraciones de lípidos en sangre.
Cuide el origen de la grasa de los alimentos. Conviene reducir la de origen animal (grasa saturada) debido a su capacidad de aumentar los niveles de colesterol en sangre y de acumularse en las paredes de las arterias dificultando el paso de la sangre por ellas y aumentando el riesgo de desarrollar arteriosclerosis.
Por el contrario, aumente el consumo de pescado y consuma aceite de oliva crudo, ambos alimentos son ricos en ácidos grasos insaturados y tienen ventajas muy importantes como reducir los niveles de triglicéridos y colesterol sanguíneos.
No abuse de la sal de mesa o de los alimentos ricos en sodio (embutidos, sopas deshidratadas, papas tostadas, etc.).
Tome suficiente cantidad de agua (1,5-2 litros al día) para mantener el cuerpo bien hidratado y favorecer la función renal.
Consuma 3 porciones de lácteos al día como mínimo, leche, quesos y yogurt esto le aportará la cantidad de calcio necesaria contribuye al mantenimiento de la masa ósea y por lo tanto a la prevención de osteoporosis
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