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Se trata de "una de las terapias alternativas más populares  para el tratamiento del dolor en cuello y espalda, que representan más  de un tercio de las cerca de 100 millones de visitas que anualmente  reciben los fisioterapeutas estadounidenses. Las últimas revisiones de  estudios científicos han encontrado pocas evidencias de que esta técnica  sea efectiva para el tratamiento de la lumbalgia y ningún estudio ha  comparado distintas formas de masaje para el alivio de los problemas  musculares", comentan los investigadores. 
 
En su ensayo, publicado en el último “Annals of Internal  Medicine´”, los científicos han comparado la eficacia del masaje  relajante (también conocido como sueco y uno de los más extendidos en el  mundo) con el masaje estructural en 401 personas de entre 20 y 65 años  con dolor crónico de espalda inespecífico de al menos tres meses de  duración. 
 
El masaje sueco, que pretende inducir un estado general de  relajación incluye effleurage (son movimientos a lo largo y en dirección  al corazón), petrissage (sirven para aliviar tensiones y calentar la  musculatura, es el primero que se realiza ya que permite que la persona  se familiarice con el masaje), presión de puntos o fricción profunda,  entre otros movimientos. El estructural es una técnica de integración  postural, desarrollado a principios del siglo pasado por Ida Rolf, que  mezcla técnicas de masaje profundo y manipulativo. 
 
 
 
Todos los participantes, que habían rellenado cuestionarios  previos sobre sus síntomas y cómo estos limitaban su actividad diaria,  fueron divididos entres grupos: masaje sueco, masaje estructural o  cuidados tradicionales (medicación en la mayoría de casos) a lo largo de  10 semanas.   
 
Los datos del trabajo demuestran que más de un tercio de  los pacientes que recibieron los dos tipos de masajes reconoció mejoría  de los síntomas en comparación con solo uno de los 25 pacientes que se  sometieron a la terapia clásica. 
 
A las 10 semanas de tratamiento, dos tercios de los  sometidos a la terapia alternativa frente a un tercio de los que  siguieron los cuidados clásicos afirmó gozar de una mejor y mayor  funcionalidad que antes de empezar el ensayo. Además, los masajeados  pasaron menos días en la cama, estuvieron más activos y consumieron  menos antiinflamatorios que los que no se sometieron a las técnicas  manipulativas. 
 
"Hemos encontrado que el masaje es tan eficaz como otras  terapias: ejercicio, yoga, acupuntura o medicación para el dolor de  espalda. Pero, además, es más seguro", reconoce el autor principal del  ensayo. 
 
Aunque admite que desconoce las "razones últimas por las  que el masaje tiene efectos beneficiosos en la lumbalgia, los ciertos es  que ambos tipos de técnicas son efectivas para los pacientes". 
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