Los Sentimientos son válidos siempre
¿Les ha pasado que están enojados con alguien y no se habían dado cuenta? ¿O esas ocasiones en que a pesar de estar tristes/enojados/cansados siguen sonriendo como si nada pasara? ¿O cuando no quieren que nadie los vea llorar? ¿O es que acaso soy la única rara en el mundo? Jejeje.
Hace días me dí cuenta que estoy enojada con una persona, desde hace un par de años, y no me había dado cuenta. Suena loco, lo sé, pero resulta que había ocultado esa molestia en una lista enorme de pretextos para evitar ver o hablar con esa persona. Y para colmo, se que no es la única vez que me ha pasado. En esta ocasión recordé que fue por un par de comentarios que hizo, y se que fue sin mala intención, simplemente es su forma de ser, pero esos comentarios me molestaron tanto, que hasta la fecha me parece fuera de lugar y nunca se lo dije (y para ser sincera, ni creo que se lo diga).
Creo que este es uno de mis mayores conflictos, siempre he pensado que los amigos son lo mejor del mundo, así que enojarse con uno de ellos me parecía incorrecto. Siempre pongo en una balanza aquéllo que me molestó de mi amigo/a contra el apoyo, el cariño, las experiencias compartidas... y obvio, generalmente ganan los buenos sentimientos. También generalmente puedo perdonarlos sin mayor problema. El perdón es importante, no se trata de solo dar la vuelta a la página, sino entender que una persona puede cometer errores, sin que tenga la intención de herirnos... además que el perdón también le ayuda a uno mismo. En este caso en particular, no es que la ofensa haya sido mayor a mi cariño por esa persona, al contrario, es tan insignificante que ni me atrevo a mencionárselo.
Muchas veces nos empeñamos en negar nuestros sentimientos "negativos", ¿cómo nos vamos a enojar con un amigo/a? ¿cómo nos vamos a sentir tristes en una fiesta? ¿cómo nos vamos a sentir solos si tenemos personas que nos quieren? Pero así nos sentimos a veces, y es válido reconocerlo y sentirlo. Sólo las reinas de la primavera deben reír y saludar a todo el mundo, siempre; los demás nos podemos dar el lujo de no sentirnos bien, hagámoslo.
Lo peor es que le transmitimos a los niños el mismo mensaje de "reprime sentimientos negativos", porque apenas se cae el pequeño, le decimos "no llores, no te pasó nada"... si fuera un adulto seguro nos diría "pero como que no me pasó nada? que no viste que me caí y todavía me duele", ¿o sea que los adultos sí podemos quejarnos y los niños no? ¡Pues claro que se pueden quejar! Una cosa es no asustar al chamaco con nuestra reacción (que a veces es más exagerada que la del niño), y otra muy diferente es ofrecerle nuestro consuelo si lo quiere/necesita.
O si el niño no quiere saludar a los abuelos, "no seas así y dale un beso a tus abuelitos". No digo que tengan que ser mal educados, pero a veces simplemente uno no está de humor para repartir besos. Igual que a veces el niño se enojará con su hermano, o con su mejor amigo, y es válido que se sienta así. No es necesario decir "no te enojes, porque es tu hermano", al contrario, precisamente por ser hermanos y compartir tanto (tiempo, espacio, juguetes, atenciones), es más fácil que uno se enoje con ellos. Lo mejor sería entender que se puede enojar, pero que pueden hablar, negociar, reconciliarse y reír juntos otra vez.
Hace días me dí cuenta que estoy enojada con una persona, desde hace un par de años, y no me había dado cuenta. Suena loco, lo sé, pero resulta que había ocultado esa molestia en una lista enorme de pretextos para evitar ver o hablar con esa persona. Y para colmo, se que no es la única vez que me ha pasado. En esta ocasión recordé que fue por un par de comentarios que hizo, y se que fue sin mala intención, simplemente es su forma de ser, pero esos comentarios me molestaron tanto, que hasta la fecha me parece fuera de lugar y nunca se lo dije (y para ser sincera, ni creo que se lo diga).
Creo que este es uno de mis mayores conflictos, siempre he pensado que los amigos son lo mejor del mundo, así que enojarse con uno de ellos me parecía incorrecto. Siempre pongo en una balanza aquéllo que me molestó de mi amigo/a contra el apoyo, el cariño, las experiencias compartidas... y obvio, generalmente ganan los buenos sentimientos. También generalmente puedo perdonarlos sin mayor problema. El perdón es importante, no se trata de solo dar la vuelta a la página, sino entender que una persona puede cometer errores, sin que tenga la intención de herirnos... además que el perdón también le ayuda a uno mismo. En este caso en particular, no es que la ofensa haya sido mayor a mi cariño por esa persona, al contrario, es tan insignificante que ni me atrevo a mencionárselo.
Muchas veces nos empeñamos en negar nuestros sentimientos "negativos", ¿cómo nos vamos a enojar con un amigo/a? ¿cómo nos vamos a sentir tristes en una fiesta? ¿cómo nos vamos a sentir solos si tenemos personas que nos quieren? Pero así nos sentimos a veces, y es válido reconocerlo y sentirlo. Sólo las reinas de la primavera deben reír y saludar a todo el mundo, siempre; los demás nos podemos dar el lujo de no sentirnos bien, hagámoslo.
Lo peor es que le transmitimos a los niños el mismo mensaje de "reprime sentimientos negativos", porque apenas se cae el pequeño, le decimos "no llores, no te pasó nada"... si fuera un adulto seguro nos diría "pero como que no me pasó nada? que no viste que me caí y todavía me duele", ¿o sea que los adultos sí podemos quejarnos y los niños no? ¡Pues claro que se pueden quejar! Una cosa es no asustar al chamaco con nuestra reacción (que a veces es más exagerada que la del niño), y otra muy diferente es ofrecerle nuestro consuelo si lo quiere/necesita.
O si el niño no quiere saludar a los abuelos, "no seas así y dale un beso a tus abuelitos". No digo que tengan que ser mal educados, pero a veces simplemente uno no está de humor para repartir besos. Igual que a veces el niño se enojará con su hermano, o con su mejor amigo, y es válido que se sienta así. No es necesario decir "no te enojes, porque es tu hermano", al contrario, precisamente por ser hermanos y compartir tanto (tiempo, espacio, juguetes, atenciones), es más fácil que uno se enoje con ellos. Lo mejor sería entender que se puede enojar, pero que pueden hablar, negociar, reconciliarse y reír juntos otra vez.
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