Contenido:
1. Beneficios del vino tinto
Existe mucha investigación alrededor del vino tinto. Se ha creído que tiene efectos importantes en la salud cardiovascular. Muchas organizaciones siguen realizando estudios que ayuden a confirmar estos hallazgos.
El vino tinto se ha conocido por ser un protector de la salud cardiovascular. Diversos estudios científicos han relacionado la dieta mediterránea donde se consume vino en cantidades moderadas con el menor riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares. Los franceses son un ejemplo de eso, ya que a pesar de consumir mantequillas, natas y quesos, y mostrar un nivel de colesterol alto, presentan menor riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares. Los franceses a diferencia de los habitantes de los países nórdicos tomaban en las comidas una copa de vino tinto. Desde ese momento se analizo los componentes no alcohólicos del vino tinto.
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2. El poder antioxidante del vino tinto
Los taninos son sustancias naturales, astringentes y amargas que proceden de la maceración de los hollejos y de la crianza en madera. Los taninos de la piel de la uva son más saludables aún que los de la madera. Esta piel contiene compuestos fenólicos (ácidos fenólicos, flavonoides y resveratrol) que tienen una gran capacidad de proteger a las lipoproteínas LDL de la oxidación, (inhiben el colesterol malo, que si se oxida pasaría a formar una placa de ateroma en la pared de las arterias). La dieta francesa con una copa de vino tinto en las comidas contribuye a evitar que las plaquetas sanguíneas se aglutinen.
El vino tinto es más beneficioso que el vino blanco, debido a su proceso de elaboración, el mosto se macera con la piel y con las pepitas, permitiendo que las sustancias beneficiosas que contiene la piel de la uva pasen al vino. Además, la uva negra es más rica en taninos.
3. ¿Cuál es la relación entre el vino tinto y las enfermedades del corazón?
Durante las últimas décadas, se han publicado varios estudios en revistas científicas acerca de por qué beber alcohol pudiera relacionarse con una reducción de la mortalidad por enfermedades del corazón en algunos grupos demográficos. Como se mencionaba anteriormente se ha sugerido que el beneficio pudiera deberse al vino, en especial al vino tinto, por los beneficios potenciales de los componentes, como los flavonoides y otros antioxidantes, para reducir el riesgo de aparición de enfermedades del corazón. Algunos de estos componentes pueden encontrarse en otros alimentos como las uvas y el jugo de uvas rojas. Sin embargo existen otros factores vinculados a estas poblaciones como la actividad física, consumo de frutas y vegetales y bajo consumo de grasas saturadas. Sin embargo, no existe estudios que relacionen directamente el consumo del vino y el riesgo de adquirir una enfermedad del corazón o ataque al cerebro.
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4. ¿Existen beneficios potenciales de beber vino u otras bebidas alcohólicas?
Se están llevando a cabo investigaciones para averiguar cuáles pudieran ser los beneficios aparentes de beber vino o alcohol en algunos grupos demográficos, entre ellos factores como la función de los antioxidantes, un aumento de la lipoproteína de alta densidad (HDL) o "buen" colesterol o las propiedades anticoagulantes. Los antioxidantes pueden obtenerse a partir de varias frutas y verduras, incluyendo el jugo de uvas rojas.
El efecto mejor conocido del alcohol es un pequeño aumento del colesterol HDL. Sin embargo, la actividad física habitual es otra manera efectiva de aumentar el colesterol HDL. El alcohol o algunas sustancias como el resveratrol que se encuentra en las bebidas alcohólicas podría evitar que las plaquetas en la sangre se adhieran entre sí. Esto puede reducir la formación de coágulos y el riesgo de un ataque cardíaco o al cerebro. La manera en que el alcohol o el vino influyen en el riesgo cardiovascular merece más investigaciones, pero por el momento la Asociación Estadounidense del Corazón no recomienda beber vino ni cualquier otra forma de alcohol para conseguir estos beneficios potenciales. La Asociación Estadounidense del Corazón recomienda que para reducir su riesgo personal hable con su médico acerca de cómo reducir su colesterol y presión sanguínea, controlar el peso, hacer suficiente ejercicio y seguir una alimentación saludable. No hay pruebas científicas de que beber vino o cualquier otra bebida alcohólica pueda sustituir estas medidas convencionales.
5. ¿Existen riesgos cardiovasculares relacionados con el consumo de alcohol?
Beber demasiado alcohol puede aumentar los niveles de algunas grasas en la sangre (triglicéridos). También puede producir presión arterial elevada, insuficiencia cardíaca y un aumento en las calorías que se ingieren. (Ingerir demasiadas calorías puede provocar obesidad y un mayor riesgo de llegar a tener diabetes). Beber en exceso y embriagarse puede provocar un ataque al cerebro. Otros problemas serios incluyen el síndrome alcohólico fetal, miocardiopatía, arritmia cardíaca y muerte cardíaca súbita.
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