
Origen de la tradición:
Las posadas son fiestas que tienen como fin, preparar la Navidad. Comienzan el día 16 y terminan el día 24 de Diciembre.
Su origen se remonta a los tiempos de la conquista, cuando los españoles llegaron a México, los aztecas creían que durante el solsticio de invierno, el dios Quetzalcóatl (el sol viejo) bajaba a visitarlos. Cuarenta días antes de la fiesta, compraban los mercaderes a un esclavo en buenas condiciones y lo vestían con los ropajes del mismo dios Quetzalcóatl. Antes de vestirlo, lo purificaban lavándolo. Salían con él a la ciudad y él iba cantando y bailando para ser reconocido como un dios. Las mujeres y los niños le ofrecían ofrendas. En la noche, lo enjaulaban y lo alimentaban muy bien.
Nueve días antes de la fiesta, venían ante él dos "ancianos muy venerables del templo" y se humillaban ante él. Durante la ceremonia, le decían: "Señor, sabrás que de aquí a nueve días se te acabará este trabajo de bailar y cantar porque entonces has de morir". Él debía responder: "Que sea muy en hora buena". Llegado el día de la fiesta, a media noche, después de honrarlo con música e incienso, lo tomaban los sacrificadores y le sacaban el corazón para ofrecérselo a la luna. Ese día en los templos se hacían grandes ceremonias, dirigidas por los sacerdotes, que incluían ritos y bailables sagrados, representando la llegada de Quetzalcóatl, así como ofrendas y sacrificios humanos en honor a él.
Durante el mes de diciembre, no sólo festejaban a Quetzalcóatl, sino que también celebraban las fiestas en honor a Huitzilopochtli. Estas fiestas duraban veinte días, iniciaban el 6 de diciembre y terminaban el 26 del mismo mes, eran fiestas solemnes que estaban precedidas por 4 días de ayuno y en las que se coronaba al dios Huitzilopochtli poniendo banderas en los árboles frutales. Esto es a lo que llamaban el "levantamiento de banderas". En el gran templo ponían el estandarte del dios y le rendían culto.
El pueblo se congregaba en los patios de los templos, iluminados por enormes fogatas para esperar la llegada del solsticio de invierno. El 24 de diciembre por la noche y al día siguiente, 25 de diciembre, había fiestas en todas las casas. Se ofrecía a los invitados una rica comida y unas estatuas pequeñas de pasta llamada "tzoatl".
Los misioneros españoles que llegaron a México a finales del siglo XVI, aprovecharon estas costumbres religiosas para inculcar en los indígenas el espíritu evangélico y dieron a las fiestas aztecas un sentido cristianos, lo que serviría como preparación para recibir a Jesús en su corazón el día de Navidad.
En 1587 el superior del convento de San Agustín de Acolman, Fray Diego de Soria, obtuvo del Papa Sixto V, un permiso que autorizaba en la nueva España la celebración de unas Misas llamadas "de aguinaldos" del 16 al 24 de diciembre. En estas Misas, se intercalaban pasajes y escenas de la Navidad. Para hacerlas más atractivas y amenas, se les agregaron luces de bengala, cohetes y villancicos y posteriormente, la piñata.
En San Agustín de Acolman, con los misioneros agustinos, fue donde tuvieron origen las posadas.
Los  misioneros convocaban al pueblo al atrio  de las iglesias y conventos y  ahí rezaban una novena,  que se iniciaba con el rezo del Santo Rosario,  acompañada  de cantos y representaciones basadas en el Evangelio, como  recordatorio  de la espera del Niño y del peregrinar de José  y María de  Nazaret a Belén para empadronarse. Las posadas  se llevaban a cabo los  nueve días previos a la  Navidad, simbolizando los nueve meses de espera  de María. Al  terminar, los monjes repartían a los asistentes fruta y  dulces  como signo de las gracias que recibían aquellos que aceptaban   la doctrina de Jesús.
Las posadas, con el tiempo, se comenzaron a llevar a cabo en barrios y en casas, pasando a la vida familiar. Estas comienzan con el rezo del Rosario y el canto de las letanías. Durante el canto, los asistentes forman dos filas que terminan con 2 niños que llevan unas imágenes de la Santísima Virgen y de San José: los peregrinos que iban a Belén. Al terminar las letanías se dividen en dos grupos: uno entra a la casa y otro pide posada imitando a San José y la Santísima Virgen cuando llegaron a Belén. Los peregrinos reciben acogida por parte del grupo que se encuentra en el interior. Luego sigue la fiesta con el canto de villancicos y se termina rompiendo las piñatas y distribuyendo los "aguinaldos".(1)
Las posadas, con el tiempo, se comenzaron a llevar a cabo en barrios y en casas, pasando a la vida familiar. Estas comienzan con el rezo del Rosario y el canto de las letanías. Durante el canto, los asistentes forman dos filas que terminan con 2 niños que llevan unas imágenes de la Santísima Virgen y de San José: los peregrinos que iban a Belén. Al terminar las letanías se dividen en dos grupos: uno entra a la casa y otro pide posada imitando a San José y la Santísima Virgen cuando llegaron a Belén. Los peregrinos reciben acogida por parte del grupo que se encuentra en el interior. Luego sigue la fiesta con el canto de villancicos y se termina rompiendo las piñatas y distribuyendo los "aguinaldos".(1)
Las Piñatas 
Es difícil imaginar una posada sin una piñata  pues es el evento principal esperado por chicos y grandes. Como la  mayoría de las tradiciones mexicanas las piñatas son el resultado de  varias mezclas culturales aunque su origen aun es algo incierto.
Las hipótesis más exactas ubican el origen de las piñatas  en China, pues en la ceremonia del año nuevo se confeccionaban la  figura de una vaca cubierta con papeles de colores llena de semillas.  Los mandarines golpeaban con varas la figura para esparcir por el campo  su contenido, posteriormente se quemaba el papel y las cenizas se  guardaban, pues se consideraban de buena suerte.
Se  le atribuye a Marco Polo conocer las piñatas en oriente y llevarlas a  Italia en el siglo XII pues su nombre deriva del italiano pignattas  que significa olla y posteriormente a España. En Europa se le dio a la  piñata un enfoque religioso y al primer domingo después del Miércoles de Ceniza se le llamaba Domingo de Piñata. La cual consistía en una olla de barro con papeles de colores rellena de dulces, y para romperla, se vendaban los ojos.
Las  piñatas llegan a México por medio de los colonizadores españoles. Los  misioneros Augustitos utilizaron las piñatas con fines evangelizadores,  pues su ambiente festivo, atraía a la gente a las ceremonias religiosas.  Durante la época de las posadas se colgaban en las confiterías “sabrosos panales, piñas cubiertas, zanahorias, tunas y otras frutas que halagaban la vista” es probable que de alli halla surgido la mexicanísima forma de las piñatas.
El  simbolismo que existe detrás de las piñatas también es variado hay quien  sostiene que cada uno de los picos representa uno de los siete pecados  capitales los cuales deben ser vencidos por medio de la fé y al quebrar  la piñata se obtienen dulces y frutas como símbolo de la recompensa  divina. El contenido de una piñata suele ser frutas de temporada como  cacahuates, jícamas, naranjas, limas, tejocotes, cañas y dulces.
La  piñata es una tradición que a lo largo del tiempo se ha vuelto mexicana y  se ha mantenido a través de los años así que para estas fechas no nos  queda mas que decir “Dale, dale, dale no pierdas el tino, porque si lo pierdes, pierdes el camino” (2)
Flor de Nochebuena 
En ninguna  decoración navideña puede faltar la hermosa flor de Nochebuena o  Cuetlaxóchitl, nombre náhuatl que significa “flor de pétalos resistentes  como el cuero”.
Esta flor es  originaria de México y recibe el nombre de flor de Nochebuena porque  florece precisamente durante los meses de noviembre y diciembre.
Las culturas  mesoamericanas amaban la naturaleza y en especial las flores, por lo que  esta flor fue utilizada por ellos no sólo para decorar y alabar a sus  dioses, sino también como planta medicinal y para teñir el cuero, el  algodón y otros textiles. También llegó a ser un símbolo de “nueva vida”  para los guerreros muertos en batalla.
Durante la época de  la Colonia, cuando los frailes evangelizaron a los indios, empezó a ser  utilizada para decorar los nacimientos en las iglesias y conventos,  dándoles un gran colorido y belleza.
La hermosa flor de  Nochebuena no es la que creemos porque sus hermosos pétalos rojos, no  son pétalos sino hojas, que al madurar se vuelven rojas, o blancas. La  verdadera flor, aunque no lo creas, la forman las bolitas amarillas que  se ven en el centro.
La flor de  Nochebuena también tiene otros nombres como Flor de Pascua, Estrella de  Navidad, Santa Catalina, Flor de fuego y en Guatemala la conocen como  Guacamayo.
En 1834, los  botánicos dieron a esta hermosa flor su nombre científico, la llamaron  Euphorbia pulcherrima y aunque suena medio feo, pulcherrima significa "la más bella".
En 1828, esta  hermosa flor fue descubierta por el entonces embajador de Estados  Unidos, R. Poinset, quien al verla tan hermosa la hizo su favorita y le  puso su nombre, desde entonces, en Estados Unidos y otros países  europeos en donde el embajador la envió, la conocen con el nombre de  Poinsetia. 
Por último te voy a contar una hermosa leyenda sobre significado de la Flor de Nochebuena, dice así:
“Cuando Dios creó  la naturaleza en la Madre Tierra, les pidió a las plantas que crearan  sus mejores flores para entregar al mundo y que cada una seleccionara  las estaciones del año para su nacimiento. También les pidió que siempre  dieran a todo aquel que las tomara en sus manos y en su vida, todo lo  mejor de ellas: belleza, amor, armonía y sabiduría.  
 Cierto día, Dios  vio que una planta en especial desde el momento de su nacimiento daba  todo lo más sagrado que se encontraba en su esencia, con el fin de ser  elegida por los humanos para llevar a sus vidas la belleza, amor,  armonía y la sabiduría que su creador le había entregado como misión. 
 Pero por más que  se esforzaba por ser elegida, nadie se paraba ante ella para admirarla.  Nadie la apreciaba pues su flor era muy pequeña y sus hojas muy  grandes; esto la entristecía. Sin embargo no dejaba de luchar por ser  feliz, aun cuando ningún hermano la quería. 
 Al ver esto,  Dios fue hasta la planta y le dijo: “Veo que eres muy hermosa y que  realizas tu misión con mucho amor, aun cuando tu belleza no es valorada y  sin embargo luchas por ser feliz dando tu amor incondicional a tus  hermanos pues sabes que lo necesitan. Por eso te voy a dar mi sangre.  Cuando la depositó en sus hojas, se transformaron en el rojo más hermoso  que existe, y así la se convirtió en la flor más bella, que florecería  además en la época más importante de la Tierra, en la navidad para ser  la representante del amor y la esencia divina del universo”. 
Desde aquel momento  la planta de flor pequeña y de grandes hojas se transformó en la bella  Flor de Nochebuena, haciéndola la más representativa del nacimiento del  amor y la esperanza en el mundo. 
Así la Flor de  Nochebuena es acogida por cada año en los hogares, logrando que cumpla  con la misión de traer: belleza, amor, esperanza, sabiduría y armonía a  las vidas de todas las personas de la Tierra


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