En los años 60, la modelo Twiggy  cambió el ideal de belleza. Revolucionó todo con su extrema delgadez, y  desde entonces, todas las modelos han seguido este ideal estético que ha  llevado a tantas de sus seguidoras hacia enfermedades tan graves como  la bulímia y la anoréxia. Porqué el peso, las dietas, y la figura, igual  que el photoshop, se tiene que saber controlar, porqué sino acabamos  dando una imagen extrema.
Cuanto  daño nos hizo Twiggy... en lugar de su delgadez, tendríamos que haber  alabado su corte de pelo, que para esa época sí que era una gran  novedad.

 Particularmente,  me encanta el corte de pelo,voy a hacer  referencia a una actriz que ha optado por él y que siempre que  la veo me recuerda a Twiggy (pero la versión 2.0, muchísimo más guapa).

Desde  hace unos años en las pasarelas no dejan desfilar a sus modelas, si  estas no tienen un índice de masa corporal (peso con relación a la  altura) mayor a 18. Pese a esto, y a intentos como el que hizo la  revista glamour cuando publicó fotos de Lizzie Miller, una mujer  californiana con un peso de 80 kilos orgullosa de éste, el prototipo de  mujer sigue siendo la delgadez.
El  año pasado, haciendo un trabajo de investigación sobre la moda, me daba  cuenta, que me gustaba más la ropa colgada en una percha que sobre el  cuerpo esquelético de las mujeres que iban y venían sobre la pasarela.  Lo veía tan irreal, que incluso la ropa me parecía fea. Y esque, como  dice la película, ¡las mujeres de verdad tienen curvas!(1). Y  todas deberían sentirse orgullosas de ellas. Aprender a querer el  cuerpo propio es el único camino para lucir geniales, porqué cuanto más  lo queramos, con más orgullo lo luciremos, y esa seguridad, es la que  acaba encandilando a los demás, seguridad que brilla por si ausencia en  muchas pasarelas...
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