jueves, 29 de diciembre de 2011

CUESTIÓN DE ACTITUD

Ser joven es tener altas y bajas, entusiasmos y desalientos. Es vibrar con los momentos buenos y pasar por encima de lo que nos golpea con una sonrisa apagando los percances.  ¡Ser Joven! ¿A quién no le gusta permanecer joven?

Ser joven es amar la vida, contar a la vida, abrazar la vida, perdonando hasta los golpes que esta arroja.  Ser joven es apiadarse de los más débiles, no tener vergüenza de hacer la señal de la cruz en público, cantar una canción en pleno ómnibus y apreciar una buena ocurrencia.

Ser joven es a veces, escribir un diario, copiar poesías de amor y repetirlas al novio o a la novia, con acento y firma propios. Ser joven es estar abierto a lo nuevo, respetando lo inmutable, lo perenne de los siglos anteriores.

Ser joven es compadecerse de quién sufre, con aquella voluntad inmensa de hacer el milagro de restituir la salud a aquellos que la gente estima y quiere. Ser joven es beberse una linda puesta de sol, aire libre y noches estrelladas. No meterse en vidas ajenas, guardar silencios imposibles, ponerse del lado de los niños, gustar de la lectura, tener odio a la guerra y ser manipulado.

Ser joven es tener los ojos mojados de esperanza y dormirse con los problemas, en la certeza de que la solución madrugara mañana. Ser joven es amar la sencillez, el viento, el perfume de las flores, el canto de los pájaros. Tener alergia a lo dramático, a lo solemne. Es dudar de las palabras.

Ser joven es vibrar con el gol del equipo favorito, emocionarse con películas de ternura y simpatizar secretamente con alguien visto sólo de paso. Ser joven es soñar con excursiones de egresados, soñar con una gira por Europa y una recorrida por Disneylandia… algún día.

Ser joven es sentirse un poco cohibido delante de extraños, no perder el hábito de andar a apurones, temblar delante de los exámenes y detestar la gente mandona. Ser joven es continuar gustando de tirarse en el pasto, caminar en la lluvia, iniciar cursos de inglés o guitarra, sin terminarlos nunca.

Ser joven es no dar bolilla a lo que dicen o piensan otros. Pero enojarse cuando distorsionan nuestras mejores intenciones. Ser joven es el deseo de detener el reloj, cuando se es feliz, cuando la compañía es agradable y la fortuna nos sonríe.

Ser joven es caminar firme el sendero a la luz de alguna estrella lejana. Ser joven es permanecer descubriendo, amando, sirviendo sin nunca hacer distinción de personas. Ser joven es creer un poco en la inmortalidad, en la vida. Es querer la fiesta, el juego, la luna… lo imposible.

Ser joven es estar sediento de infinitos que terminan luego allí. Es solo pensar en la muerte de vez en cuando. Es no saber nada y saberlo todo. Ser joven es gustar de dormir y creer en el cambio. Es meter un dedo en la torta y lamer los helados. Cantar fuera de tono, masticar apurado pero tragar despacio las palabras de los mayores.

Ser joven es envolver las cosas en el celofán de no hacer mal. Es creer en lo que no vale la pena, pero ¡ay! Si la vida no fuera así. ¡Ser joven es mezclar todo esto con la edad que se tenga!

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