Ser  joven es tener altas y bajas, entusiasmos y desalientos. Es vibrar con  los momentos buenos y pasar por encima de lo que nos golpea con una  sonrisa apagando los percances.  ¡Ser Joven! ¿A quién no le gusta  permanecer joven?
Ser  joven es amar la vida, contar a la vida, abrazar la vida, perdonando  hasta los golpes que esta arroja.  Ser joven es apiadarse de los más  débiles, no tener vergüenza de hacer la señal de la cruz en público,  cantar una canción en pleno ómnibus y apreciar una buena ocurrencia. 
Ser  joven es a veces, escribir un diario, copiar poesías de amor y  repetirlas al novio o a la novia, con acento y firma propios. Ser joven  es estar abierto a lo nuevo, respetando lo inmutable, lo perenne de los  siglos anteriores.
Ser  joven es compadecerse de quién sufre, con aquella voluntad inmensa de  hacer el milagro de restituir la salud a aquellos que la gente estima y  quiere. Ser joven es beberse una linda puesta de sol, aire libre y  noches estrelladas. No meterse en vidas ajenas, guardar silencios  imposibles, ponerse del lado de los niños, gustar de la lectura, tener  odio a la guerra y ser manipulado.
Ser  joven es tener los ojos mojados de esperanza y dormirse con los  problemas, en la certeza de que la solución madrugara mañana. Ser joven  es amar la sencillez, el viento, el perfume de las flores, el canto de  los pájaros. Tener alergia a lo dramático, a lo solemne. Es dudar de las  palabras.
Ser  joven es vibrar con el gol del equipo favorito, emocionarse con  películas de ternura y simpatizar secretamente con alguien visto sólo de  paso. Ser joven es soñar con excursiones de egresados, soñar con una  gira por Europa y una recorrida por Disneylandia… algún día.
Ser  joven es sentirse un poco cohibido delante de extraños, no perder el  hábito de andar a apurones, temblar delante de los exámenes y detestar  la gente mandona. Ser joven es continuar gustando de tirarse en el  pasto, caminar en la lluvia, iniciar cursos de inglés o guitarra, sin  terminarlos nunca.
Ser  joven es no dar bolilla a lo que dicen o piensan otros. Pero enojarse  cuando distorsionan nuestras mejores intenciones. Ser joven es el deseo  de detener el reloj, cuando se es feliz, cuando la compañía es agradable  y la fortuna nos sonríe. 
Ser  joven es caminar firme el sendero a la luz de alguna estrella lejana.  Ser joven es permanecer descubriendo, amando, sirviendo sin nunca hacer  distinción de personas. Ser joven es creer un poco en la inmortalidad,  en la vida. Es querer la fiesta, el juego, la luna… lo imposible.
Ser  joven es estar sediento de infinitos que terminan luego allí. Es solo  pensar en la muerte de vez en cuando. Es no saber nada y saberlo todo.  Ser joven es gustar de dormir y creer en el cambio. Es meter un dedo en  la torta y lamer los helados. Cantar fuera de tono, masticar apurado  pero tragar despacio las palabras de los mayores.
Ser  joven es envolver las cosas en el celofán de no hacer mal. Es creer en  lo que no vale la pena, pero ¡ay! Si la vida no fuera así. ¡Ser joven es  mezclar todo esto con la edad que se tenga! 
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