La Vida no Termina hasta que no Termina
Estoy tan ocupada que no pude ver en el cine la película “Julie and Julia” sobre la vida de la legendaria Julia Child. Para quien no lo sepa, Julia fue una cocinera, escritora y chef estadounidense responsable por la introducción de la cocina francesa en Estados Unidos.
Hace algunas semanas hice fila en el Centro Comercial Multiplaza, me dice la muchacha que vende entradas… “no señora ya no está en cartelera: ¡la quitamos ayer!” me fui tan triste y desanimada, había reservado la tarde para tenerla libre, me fui a la oficina a trabajar.
Ok, hay un límite a lo que puedo hacer… ver películas aunque los disfruto enormemente está en el final de mi lista… me le perdí, hasta que salga en video la veré….(pensé). Y si, durante diciembre la alquilé y la vi. Me gustan las historias de mujeres, me gusta cocinar (aunque rara vez lo hago, está al final de la lista de prioridades) y Julia es una leyenda. Además Meryl Streep es mi actriz favorita.
Quiero compartirles unas frases que me encantaron de esta película.
“Tú eres la mantequilla de mi pan y el pan de mi vida. Te amo querida”
No sé ustedes pero a mí me parece una gran frase…el esposo de ella para el día de San Valentín.
Meryl Streep hablando sobre la relación entre Julia y su esposo:
“Dos personas que lucen como abuelos… los miras teniendo sexo, estando enamorados, siendo lo mejor que pueden ser ellos mismos y apoyándose el uno al otro”
Y ésta, que me parece un clásico, ella (Julia Child) buscando qué le gusta hacer en la vida, cuál será su propósito, su contribución en la misma… ha seguido a su esposo a Europa, y la verdad, no tiene una agenda propia. Ya está cerca de cumplir los cuarenta años.
¿Cuántas mujeres no hemos vivido por esa vivencia personal? Me refiero a dejar de lado alguna aspiración personal de desarrollo profesional por supeditarla a la agenda familiar. Y ¿cuántos hombres olvidan sus sueños por sentirse atrapados en la obligación de ser el principal sustento familiar?
Pero Julia, logró oír su voz interna y encontrar dentro de sí su valor y potencial. Cuando, luego de disfrutar vivir en Francia, se da cuenta que necesita tener su propia, agenda, su propia vida independiente de la de su esposo, su propio trabajo, actividad, motivación individual.
El pregunta:
“¿Qué es lo que te gusta realmente hacer?”
Ella contesta:
“Comer!”
Y a través de esa respuesta, sintiéndose apoyada por el amor de su vida, buscó dentro de ella misma y encontró que cocinar era un camino, su camino para hacer la contribución que hizo. No obstante, el rechazo y la aparente falta de capacidad de algunos críticos tradicionales que eran algo “cuadrados” cuando ella inició lecciones de alta cocina, en Francia.
Pero siendo honesta con ella misma, fue persistente y logró aprender las técnicas, les impregnó con un estilo propio, personal y único que la hicieron tan famosa.
Cuando uno logra incorporar lo que uno hace con pasión sin que el tiempo sea una carga, cuando se pasan las horas y no sé siente que el tiempo pasa porque lo que hacemos es placentero para nosotros, es tal vez, una oportunidad de evaluar en profundidad para qué somos buenos, cómo podemos contribuir y ser exitosos y felices. Julia Child fue un ejemplo precisamente de eso.
La exploración de nuevos intereses mediante una clase, un hobby o un club pueden ser el inicio de un cambio de carrera en la búsqueda de la verdadera pasión.
¿Para qué eres bueno?
¿Qué te hace realmente feliz?
¿Qué te inspira, te mueve?
¿Qué es lo que realmente te gusta hacer?
Julia Child lo encontró alrededor de los 40 años, algo tarde dirían algunos, así como tarde también tarde, dirían otros, le llegó el amor a su vida, pero lo que Julia nos enseña, es que dejar que los convencionalismos, de edad, expectativas sociales o de otro tipo, definan nuestra vida, es un error, ella fue una prueba viviente de un montón de excepciones y de cómo valió la pena pensar distinto. En el caso de Julia, ella murió de noventa años, así que tuvo, más de 50 años para trascender con su legado y ser feliz disfrutando de una gran historia de amor.
Ellos –Julia y su esposo– probaron con su vida, que es posible vivir una relación que socialmente la gente visualiza solo en las etapas de juventud (por la pasión, energía e intensidad), teniendo la edad de una abuela.
Así que vuelvo a mi frase, “la vida no termina hasta que no termine”, que en otras palabras para mí significa, siempre tenemos oportunidad de reevaluar, corregir y vivir a nuestro máximo potencial.
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