Cada día que pasa me encuentro con más personas con muchos miedos. Miedo al fracaso, miedo al cambio y a una multitud de cosas infinitas.
A menudo me pregunto del porque yo no tengo ese miedo al fracaso e intento transmitir de que hay que arriesgarse si uno quiere ganar. Pienso que cada persona debe perseguir sus objetivos ya sean laborales o de otro tipo, aunque parte de esos objetivos conlleve un riesgo que deba asumir, debe ser consecuente de cuanto riesgo está tomando y si es excesivo no valdrá la pena dado que hay que saber poner las cosas en una balanza y ver hacia que lado se inclina.. no se trata de ser un suicida ;)
Mientras persigues lo que quieres tienes que valorar lo que tienes.
El miedo al fracaso es como un partido de fútbol, cuando metes un gol te envalentonas y quieres volver a meter otro, sin embargo cuando fallas y te meten uno te vuelven a surgir las dudas, pero nunca hay que perder la esperanza de poner ganar el partido y es aquí cuando surge la inteligencia emocional para no desmotivarte y para volver a cambiar otra vez el marcador a tu favor, sólo los auténticos guerreros consiguen sobreponerse a los golpes.
Con la lección aprendida, nunca hay volver a relajarse y siempre hay que mirar la portería contraria para volver a perforar la red sin volver a descuidar la defensa, un autentico devorador de objetivos jamás tiene límites y jamás se conforma con nada. La mejor manera de perderle el miedo al fracaso es meterle un gol
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