LAS CLAVES DE LAS PAREJAS CON DIFERENCIA DE EDAD
Los especialistas señalan que esta atracción tiene que ver con necesidades psicológicas no resueltas y  que lo fundamental no va ligado a lo físico, sino a la personalidad,  la sabiduría y al poder que simboliza una persona con experiencia. En los  tiempos actuales, cada vez es más común encontrar parejas que cuentan al  menos más de diez años de diferencia entre ambos. Si bien la tendencia,  histórica por lo demás, sigue siendo mayoritaria en cuanto a hombres mayores  que se unen con mujeres menores, los especialistas aseguran que existe un  claro aumento de relaciones inversas, es decir, en que la mujer tiene más  edad que su pareja.
De este último tipo de relaciones se sabe menos, ya que sigue siendo mal mirado a pesar del  cambio en la percepción social. Lo contrario ocurre con los varones maduros,  quienes hasta son valorados públicamente por estar con una dama mucho  menor.
«La relación en que  la mujer tiene más edad se da con mayor frecuencia que antes, pero sigue  siendo clandestina. Casi siempre, ella no se atreve a hacerla pública  porque siente vergüenza y culpa frente a sus hijos, su familia y la sociedad  en general. Además, tiende a darse más en la clase alta, donde una situación  así es difícil de tolerar», señala el psiquiatra Juan Ariel Zúñiga.
En cifras, sólo se  puede constatar lo que registran las uniones legales y que son un ínfimo  porcentaje —se estima extraoficialmente que una cuarta parte— respecto  de las que se establecen de hecho. De los 78.077 matrimonios civiles que  se celebraron en 1997, el 5,1 % fue de parejas con una diferencia de más  de diez años. El 4,3 % (3.421) correspondió al caso donde el hombre es  mayor y sólo el 0,8 % (560) a la instancia en que la mujer contaba mayor  edad.
MOTIVACIONES
En general, los pronósticos de los especialistas no son muy auspiciosos                para este tipo de uniones, ya que señalan que se trata de relaciones                transitorias, siendo pocas las que llegan a envejecer juntas. «No                duran más de cinco años, período tras el cual cualquier relación                tiende a quebrarse o a consolidarse», comenta Zúñiga.
Los profesionales explican          que en este tipo de uniones el atractivo físico y la atracción sexual          no es lo fundamental. Influye más la personalidad, la sabiduría y el poder          que simboliza una persona mayor. También pesa la seguridad económica que          pueda brindarse, la superioridad cultural y la experiencia.
Zúñiga agrega que la          elección de parejas mayores se relaciona con necesidades psicológicas          inconclusas, de las que en general, no se tiene conciencia: «A nivel inconsciente          se busca en el otro satisfacer necesidades no resueltas. Por ejemplo,          mujeres que han tenido una carencia paterna importante durante su infancia          tienden a buscar hombres mayores que les den protección y seguridad»
En la contraparte,          el varón joven se siente atraído por mujeres mayores porque busca una          imagen materna. «Son relaciones bastante edípicas, en la que ellos sienten          que es más cómodo que una mujer les dirija la vida»,dice Zúñiga.
ESTABILIDAD O FRACASO
En casos extremos, cuando hay una diferencia de más de 20 años,                uno de los dos trata de llevar al otro a su ámbito. Si la mujer                es menor trata de rejuvenecerlo o termina «aseñorándose» para poder                relacionarse con el entorno de él. Contra la creencia popular que                supone un hombre mayor «embobado» con su joven pareja, la gran parte                de las veces, es la mujer quien se adapta al estilo de vida que                impone el varón, restringiendo su autonomía. Estas uniones tienden                a fracasar si el principal vínculo es el paternalismo. «Cuando los                roles dentro de la relación son muy rígidos, en el sentido de que                el hombre siempre actúa como el padre de su pareja, es muy difícil                que sigan adelante», señala el psiquiatra.
Entre más extremas         son las edades, más difícil será que se prolongue la relación porque en          algún momento la parte menor querrá tener a su lado a alguien más joven.          En esta fase, la sexualidad juega un rol importante. El éxito de este          tipo de uniones está determinado por la adaptación de ambos mundos a las          vivencias, necesidades y experiencias del otro, sin la obligación de perder          sus propias libertades.
TESTIMONIOS
Cuando tenía 20 años, Catalina inició una relación con un hombre separado de 35. Duró  poco más de dos años. «Me deslumbró a través de conversaciones, literatura  y música... A pesar de la diferencia de edad, teníamos mucha afinidad  e intereses en común: nos unía el gusto por el arte, por los mismos libros,  él tocaba guitarra y yo era fanática de las peñas. Pero lo que más me  atrajo es que con él me sentía protegida.
Sentir que me guiaba me daba mucha seguridad. Además, fue muy astuto, ya que se integró rápidamente a mi grupo de amigos, por lo que al poco tiempo éramos considerados una pareja más. Fue una relación muy intensa y marcó mi paso de adolescente a mujer».
Sentir que me guiaba me daba mucha seguridad. Además, fue muy astuto, ya que se integró rápidamente a mi grupo de amigos, por lo que al poco tiempo éramos considerados una pareja más. Fue una relación muy intensa y marcó mi paso de adolescente a mujer».
Felipe, de 25, mantiene          una relación con una mujer diez años mayor. «Lo que más me atrae es su          espíritu de libertad que rompe mis esquemas, junto al hecho de que tiene          más experiencia en todo sentido. El sexo es un elemento más de la relación,          y para mí, no es el vital. Con ella las cosas son claras, sin rodeos,          a diferencia de las mujeres de mi generación donde todo requiere de introducción          y explicaciones. Eso sí, tratamos de no ser vistos en público, porque          nos hemos encontrado con amigos comunes y no han sido buenas experiencias».
SEXUALIDAD
La mujer alcanza su mayor intensidad sexual cuando el hombre comienza                a decaer. Zúñiga dice: «El hombre tiene su peak a los 18 años y                se mantiene en forma intensa hasta los 30, edad en que comienza                gradualmente a decaer. La curva de la mujer es al revés. Generalmente,                comienza a tener una vida sexual satisfactoria después de que nacen                sus hijos, es decir, después de los 30. Se produce una explosión                intensa, y después de los 40 tiene un renacer sexual ».
Por ello cerca de los          60 años son pocos los varones que se mantienen activos a un nivel satisfactorio          para una mujer joven. En ese sentido, no resulta extraña la unión entre          un hombre de 25 años y una mujer de 40 o 45, ya que ambos están en su          apogeo sexual.
De todas              maneras, es cierto que los hombres suplen su decadencia sexual con              la experiencia, lo que puede resultar muy cómodo para mujeres que              aún no logran su apogeo. El psiquiatra agrega que «puede ser más suave              y paternal para tratarla, para iniciarla sexualmente. Sin embargo,              a medida que pasen los años, la mujer necesitará otro tipo de relación».
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