UN MENSAJE DE ESPERANZA PARA LOS QUE DESEAN EMPEZAR DE NUEVO
En el interior de São Paulo, Brasil, habia un próspero agricultor, cuya estancia era una verdadera tarjeta postal.La quinta producia frutas de calidad y en cantidad. Sus cabezas de ganado eran de raza seleccionada.
La casa era impecable y de muy buen gusto. No habia quien no elogiase la Estancia Esperanza del señor Fabrízio.
Pero aun con toda esa abundancia y belleza, el señor Fabrício se  sentía muy triste. Su único hijo no parecía interesarse ni un poco por  los negocios de su padre.
A la verdad lo que a el le gustaba mucho era derrochar el dinero del padre, con fiestas, lujos y diversión.
El señor Fabrízio, sin embargo, amaba demasiado a su hijo e  incansablemente lo aconsejaba a cambiar de vida, a lo que el joven hacia  “oidos sordos”, no dandole la menor importancia a sus consejos.
   Un dia, el anciano padre, ya avanzado en años, pidió a sus  empleados que construyesen un pequeño galpón y, dentro de el una horca.
 Junto a la horca, el colocó una placa con las siguientes palabras:  “Para que nunca más desprecies las palabras de tu padre y comprendas que  tu papa tenia razon”.
Más tarde, el llamó al hijo y lo llevó al galpón.
-          Hijo mío, ya estoy viejo y , cuando yo tenga que partir,  se que tu tomarás esto te quedarás con todo lo que es mio. Con la vida  que llevas hoy, ciertamente dejarás la estancia en las manos de los  empleados y gastarás todo el dinero con tus amigos. Venderás los  animales y los bienes, para sustentarte, y, cuando el dinero acabe, te  quedarás solo. Entonces te arrepentirás amargamente por no haberme dado  oídos. Es por esa razón que construí esta horca. Es para ti. Quiero que  me prometas que si esto te ocurre como te previne, te ahorcarás en esta  horca- dijo el señor Fabrício.
 El tiempo pasó y el padre murió. Tal como habia previsto, el joven  vendió todos sus bienes, gastó todo lo que tenia, perdió los amigos y la  propia dignidad.
 Desesperado y afligido, se recordó de las palabras del padre,.
-          Ah, mi padre!… Si yo hubiese oído tus consejos!…Cuanto lo  siento! Ahora ya es demasiado tarde! – se arrepentió el muchacho.
 Con lágrimas en sus ojos, el joven observó a lo lejos el pequeño galpón y se recordó la última recomendación de su padre.
  Se Dirigió lentamente hasta allí y, con el corazón dilacerado de  remordimiento, subió las escaleras y colocó la cuerda al cuello.
-Ah, si tuviese una chance de comenzar de nuevo.
Con estas ultimas palabras de remordimiento,  el joven saltó de repente y sintió por un instante la cuerda apretar su garganta.
El brazo de la horca, sin embargo, era hueco y cuando saltó la cuerda  se partió al medio, haciendo caer sobre el muchacho muchas gemas, joyas  y piedras preciosas, como también una pequeña notita con las siguientes  palabras:
“Esta es Tu nueva oportunidad. Yo te amo mucho!
 Tu padre”.
“Oye, Hijo mío, la instrucción de tu padre y no desprecies la  dirección de tu madre. Porque adorno de gracia serán a tu cabeza y  collares a tu cuello” (Prov. 1.8,9)
  Si existe una razón de porqué soy una persona profundamente  agradecida a  Dios es por causa de todas las nuevas oportunidades que he  tenido en mi vida de volver a empezar, cada vez que he fallado en  alguna de mis tentativas de hacer algo.
Siempre que he leído las Sagradas Escrituras, me he identificado  personalmente con personajes como el Rey David, Moisés, Elias, Pedro,  etc., los grandes héroes de la fe, que se hicieron inmortales no solo  por sus hazañas personales sino por sus terribles metidas de pata, por  sus fracasos y caídas.
  Historias celebres que dejaron su marca en el tiempo como la del  hijo pródigo de los Evangelios, te animan y te libran del remordimiento  de errores del ayer. El saber que existe un Dios abundante en gracia y  misericordia, que no mira tu pasado, sino lo que puedes llegar a hacer a  partir de hoy, a partir de este momento.
 Es alentador conocer el infinito Amor de Dios! El es un Padre  amoroso, tan maravilloso quien puede darnos una nueva oportunidad para  volver a empezar si nos arrepentimos de verdad, si reconocemos que hemos  errado el blanco, si cambiamos de rumbo y volvemos en dirección del  camino correcto!
  Si las cosas no salieron como habías planeado, mi amigo, si les  fallaste no solo a los que más te querían sino también a tu Hacedor y  Creador! Sabe bien que no todo está perdido! No creas que es el fin de  tu camino! Si decides volver a intentarlo una vez mas, cree que aún  habra para ti nuevas puertas abiertas y un futuro tan prometedor asi  como las promesas eternas de Dios! Créelo, hoy es el tiempo para una  nueva oportunidad! Hoy es tu tiempo para volver a empezar!
Autor: Alberto Conti – Tesoros del Alma
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